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La vida es un post… y los posts, sueño son / Life´s a post… and posts, dreams they are.

www.fernando-quesada.com

De todo y de nada. De todo y de un poco. De músicos, poetas y locos. Así es la vida, así somos todos un poco y así tambien es este blog. Algunos temas en el repertorio: tecnología, política, humor, sociedad, cuentos, resumen y crítica de libros, documentales, arte, futurismo, “fitness” y ocurrencias. ¡Buen provecho amigos!

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About it all and nothing at all. About bits, bytes, bites and wholes. About nuts, musicians and poets. Such is life and such is this blog. Some of the available topics: technology, society, economics, art, futurism, “fitness” and just plain humor: bon appétit!

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¡Ronda, ronda…! Hasta que….

Las antenas son el equivalente a nuestra nariz y el olfato es su sentido primordial. Esto se hace evidente cuando nuestra curiosidad supera el vértigo de la vida moderna y, con la deliciosa naturalidad de un niño, examinamos sus rutas en la hierba. Marchan con una seguridad pasmosa, sintiendo rápida y repetidamente tanto la senda como a sus congéneres. Se me antoja que la colonia funciona como una base de datos que se alimenta continuamente a través de miles de sensores, un majestuoso sistema de información que mueve gigantescas cantidades de bytes a través de mensajeros químicos llamados feromonas. Así sobreviven, transmitiendo datos sobre la ubicación de fuentes de alimento, de peligros, de enemigos, de la ubicación de la colonia. Son ciento setenta millones de años de evolución en acción, un algoritmo depurado, una operación optimizada, un sistema complejo y eficiente construido a partir de elementos muy básicos. Toda esa información mueve a su vez lo que podríamos caracterizar como “pedacitos de sol”: cortes de hojas y flores donde la fotosíntesis ha almacenado en forma de moléculas complejas la energía de nuestra estrella. Hasta aquí, la colonia y sus marchantes miembros son un triunfo cabal de la naturaleza. Pero todo sistema es corruptible y toda sociedad tiene sus debilidades. La marcha de las hormigas no es la excepción.

Estas calamidades son relativamente comunes con las hormigas corta-hojas. Sus caminos se extienden por cien metros o más, llevando comida e información cual tentáculos hasta la colonia. Pero si por alguna razón el camino se convierte en una trayectoria cerrada – un círculo o similar – sobreviene el desastre. Con su genio habitual, Ed Yong lo caracterizó en un artículo publicado en “The Atlantic” en Septiembre del 2020 en el contexto de la pandemia del COVID 2019 (“America Is Trapped in a Pandemic Spiral“). Citando a Yong: “Si estos senderos accidentalmente se vuelven sobre sí mismos, las hormigas quedan atrapadas. Se convierten en un espeso y arremolinado vórtice de cuerpos que se asemeja a un huracán visto desde el espacio. Marchan sin cesar hasta que caen por el agotamiento o la deshidratación. Las hormigas no pueden percibir ninguna imagen más grande que la que se encuentra inmediatamente delante. No tienen una fuerza coordinadora que los guíe hacia un lugar seguro. Están aprisionados por un muro de sus propios instintos. Este fenómeno se llama espiral de la muerte.” Ciertamente es una imagen nada alentadora.

“Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo”.

George Santayana

Quiero extender la alegoría postulada por Yong entre las espirales de la muerte de las hormigas y el actuar estadounidense durante la pandemia a nuestro actuar general como especie ante toda calse de peligros existenciales y planetarios. Mi punto es que el tribalismo está tan imbuido en nuestra forma de ser que pareciese que la ancestral ciudad estado es el tamaño más adecuado a nuestra humana idiosincracia. La unión que nos ofrecen las ideas (me refiero símbolos patrios, conceptos como nación, estado, país) el nivel de cohesión obtenido a través de ellas es deficiente – y valga la crítica lo espuesto sobre el tema por el brillante Y. N. Harari. Pareciese que entre mayor el tamaño del país y la diversidad de sus gentes, más susceptibles a presentar grietas, a tender a fracturarse en trozos menores. Acontecimientos internos recientes en repúblicas federadas como los Estados Unidos, Argentina y Brasil son prueba de ello. China y su tensión interna es otro ejemplo interesante. El tinglado siempre titubeante de la otrora Unión Soviética es otro caso más. Y cuando queremos llevar la idea a un nivel planetario, aquí se nos cae el castillo de naipes por completo. La otrora Liga de las Naciones y la actual Organización de las Naciones Unidas (ONU) son monumentos a una gobernanza global fallida. Como las hormigas, estamos atrapados en una espiral, en un vértice, en un círculo vicioso impulsado por nuestra historia, nuestras costumbres, nuestros miedos, nuestra codicia y nuestros instintos. Diríase que pesa más el pasado que el futuro. No tenemos una fuerza coordinadora, un cuerpo global de gobernanza, un aglutinante global. Falta visión y voluntad. ¿Guerra de trincheras en Ucrania? ¿Amenaza nuclear? ¿Cambio climático? ¿Contaminación masiva? ¿Inteligencia Artificial fuera de control? ¿Subida de los océanos? ¿Extinciones de especies? ¿Pandemias? ¿Crisis de refugiados? ¿Conflicto en Medio Oriente? ¿Amenazas celestes? Nos valen madre. Como las hormigas, seguimos ciegamente marchando, oliendo las hormonas de la que va adelante, ajenos a la trayectoria sin sentido de la ruta que lleva a ninguna parte. Pareciera que lo que nos importa es simplemente marchar por marchar, consumir por consumir, pelear por pelear.. Es una amarga ironía que tras millones de años de evolución estemos imitando a las pobres hormigas, atrapadas sin salida en su círculo sin fin. Dos espirales paralelas que conducen a un destino similar.

Para no concluir con una nota tan tétrica, quien les suscribe sueña (debería decir aspiro, o quizá deseo, o quiero, ambiciono, imploro, abrazo. pido… deberían de inventar un verbo para algo que se ansía con tan absoluta devoción pero que se piensa con tan completo desconsuelo) con que haya un evento que nos permita romper el círculo y nos una como especie. Algo que rompa el círculo. Algo que nos haga ver más allá de “mi tribu”, “mi congregación”, “mi barrio”, “mi etnia”, algo que me haga entender que rompa el egocéntrico enfoque solamente en los que son como yo y están cerca de mi; en los que son mis pares, cercanos, fáciles de comprender, con las mismas ideas y costumbres. Ese evento transformador podría ser la llegada de la fusión nuclear controlada, o la confirmación de la vida en otros mundos – o su visita a esta tercera roca desde el Sol – o una nueva pandemia que, si o si, nos haga trabajar juntos para evitar nuestra extinción, o tal vez sobrevenga una Inteligencia Artificial General benévola que nos guíe hacia un mañana mejor. En tanto rompa el círculo fatal, que venga lo que sea. Como cantaba cierto flaco, “más raro fue aquel verano / que no paró de nevar…”.

Soñar es gratis. Soñemos pues.

Fernando

Tutanmaton y la pirámide

El texto en jeroglífico indica que Tutanmatón I fue fuente de profunda discordia para su pueblo. Sus seguidores lo adoraban. Le llamaban “Enviado de Isis”, “Faraón del Pueblo” y otros muchos títulos. Sus detractores le decían “Hijo de Seth”, “Escorpión del Desierto” y muchos otros epítetos y sobrenombres. Por lo poco que se sabe de este curioso personaje tal polarización era natural; pues se caracterizaba por su carácter inmisericorde, su pose altiva y por un discurso explosivo como nunca se había visto en el Reino. Si bien fue miembro activo de la Segunda Dinastía y ejerció como Consejero del Tesoro para el anterior faraón, por no mencionar que vivió treinta años como príncipe en la isla de Creta (en donde aprendió a no titubear al enviar a ser devorado por el Minotauro a cualquier rival) todo esto no afectó su imagen ante el pueblo. Con las malas artes de Pili la Hechicera, oráculo del Cisne Negro, pronto se posicionó como un salvador virginal sin ataduras con el pasado o con élite alguna: un Enviado, un Redentor, un Mesías destinado a salvar al Reino. El pueblo cayó hipnotizado ante su serpenteante discurso y su pose de conquistador.


Tutanmatón I arremetió sin piedad contra todas las instituciones egipcias: el Consejo de los Jueces, la Asamblea del Pueblo, los Voceros de la Plazas, la Gran Casa de Sanación. Sus afrentas alcanzaron hasta a los embajadores del Imperio Romano y de Rodas. Quienquiera que se atreviese a criticarle o adversarle de cualquier manera era más que su adversario, era su enemigo mortal. Cuando transcurría la mitad de su reinado, empezaron a darse indicios de desgaste en su popularidad. El ambicioso faraón intentó entonces una audaz maniobra. El faraón decidió que la Pirámide del Control, entidad que verificaba el buen uso del tesoro nacional, entorpecía los grandiosos planes que tenía para “su” Egipto. Declaró entonces corrupta y enemiga del pueblo a la Contable Mayor, y luego propuso “fortalecer” la Pirámide a través del “Código del León” . Los códices jeroglíficos indican que este Código estipulaba que “La Pirámide del Control en el ejercicio de cualquier de sus funciones, decisiones y actuaciones no podrá sustituir, abarcar, interferir, ordenar, interpretar, advertir, recordar, ni recomendar asuntos que corresponden exclusivamente a las competencias propias de la administración pública activa en toda su extensión, ni sustituir las competencias de administración pública activa en sus modalidades de función decisora, ejecutiva, resolutora, directiva u operativa, ni podrá evaluar previamente la gestión administrativa de la administración pública activa.” Además, “En ningún caso el ejercicio de la potestad de la Pirámide del Control suspenderá la ejecución de actos y contratos del Estado o sus instituciones, suspensión que solamente podrá efectuarse mediante la respectiva orden judicial de acuerdo con el ordenamiento jurídico aplicable al caso.” Finalmente, el grabado en piedra dice que “La Pirámide del Control únicamente podrá actuar a posteriori de las actuaciones administrativas para garantizar su legalidad”. Algunos funcionarios de Tutanmatón se atrevieron a mencionarle al faraón que eso no tenía ningún sentido: ¿cómo iba tal texto a fortalecer a la Pirámide del Control, si más bien le quitaba potestades y solo le dejaba revisar las cosas una vez acontecidas? No entendían como tal Código podía fortalecerla. Como tantos otros numerarios del Reino, fueron despedidos, desterrados y algunos hasta lanzados a las oscuras aguas del Nilo a disfrutar unas largas vacaciones con el Dios Anubis.


Lo que sigue no está tan claro: el registro en piedra está sumamente dañado y las secciones sobre el devenir del resto del reinado de Tutanmatón y el impacto específico del Código en los reinados de los siguientes faraones son aún interrogantes vigentes. Sin embargo, los párrafos finales tallados en piedra son concluyentes: al perderse el control del tesoro nacional y sobre todo la confianza en todo lo que se había forjado durante siglos, aquel poderoso Reino sucumbió sumido en el caos, la intolerancia y las guerras intestinas.
Postdata: cualquier parecido con la realidad actual nacional es pura y mera coincidencia…


Fernando

Publicado originalmente en Delfino.cr y CRHOY.

Luz larga, ¡por favor!

Si no tienes una visión, te quedarás atrapado en lo que sabes. Y lo único que sabes es lo que ya has visto.
Iyanla Vanzant
Sin luces, conducir es terriblemente peligroso…

Una carrera. Los autos avanzan vertiginosamente por un camino serpenteante e inexplorado. Es una ruta con pronunciadas curvas, duros ascensos, abruptos descensos y escalofriantes barrancos. Lastre. Oscuridad absoluta. Por ratos, aguacero. Nuboso en lo profundo de los desfiladeros. Ventoso en las cumbres. Es peligroso, pero hay que apresurarse: más rápidos, más veloces, más audaces. Hay demasiado en juego. Los ganadores acapararán riqueza y bienestar, los perdedores sufrirán angustias sin paisajes. El público contiene la respiración: ¡el número 506 circula sin luces! Se aproxima peligrosamente a los despeñaderos. Le adelantan. Derrapa. Casi colisiona en una curva. Corrió al principio con luz larga. Luego cambió a luz corta. Posteriormente, dejó únicamente las tímidas luces de posición y últimamente rueda a oscuras. ¿Por qué, ahora que la carrera está en su etapa más veloz, por qué no enciende las luces? ¿Por qué?

Lo único peor que ser ciego es tener vista pero no visión.
Helen Keller

Me temo que el problema del número 506 no es de corte mecánico. Las luces funcionan. El problema de fondo es su tripulación, tanto el piloto como el co-piloto. El número 506 tiene ya varias etapas de circular con conductores improvisados. El equipo actual ni siquiera cuenta con un mapa de ruta. Para colmo de males, el piloto quita continuamente los ojos del camino para pelearse con su tripulación, con el cuerpo de mecánicos y hasta con el público. Como resultado, cae de bache en bache. De seguir así, arriesga terminar en el fondo de un abismo.

Mantén tus ojos en las estrellas y tus pies en el suelo.
Franklin D. Roosevelt

Por tanto, es hora de hacer un alto y entrar a “pits”. Calmarse y recapacitar. Debemos replantearnos este asunto por la forma y por el fondo. ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Cuáles oportunidades y riesgos existen? ¿Hacia dónde vamos, cuáles son nuestras metas y qué ruta escogemos para alcanzarlas? Sí, es hora de encender la luz larga de la razón y los reflectores de la imaginación. Necesitamos estrategia de carrera. No más “bailar la danza de la lluvia” como plan energético. Suficiente conducir con la mirada en el retrovisor empecinándose en buscar hidrocarburos en un país eminentemente ecoturístico. Aceptar que las finanzas públicas no son un fin en sí mismo: el bienestar social sí que lo es. Salud. Educación. Seguridad. Infraestructura. En vez de apostar todo a unos proyectos de ley; pongámonos serios y atendamos de manera integral el problema de seguridad. Dejar de enfocar a las autoridades de la CCSS en la satírica tarea de detener la construcción de hospitales (¿?); mejor levantemos más centros de atención y repensemos el modelo de pensiones. A la luz del envejecimiento de la población, incentivar la natalidad e impulsar la inmigración selectiva y la llegada de nómadas digitales. ¿Por qué esa saña en la venta de un banco estatal? ¿No sería más provechoso utilizar la experiencia de esa entidad para digitalizar muchos más servicios estatales? Urge implementar una nueva red ferroviaria – a estas alturas, la que sea. Darle a la gente ciudades arborizadas con corredores verdes. Promover el turismo rural. Ampliar carreteras, puertos y aeropuertos. Implementar la conectividad 5G. Prepararse para el cambio climático.

Visión sin acción es sólo un sueño. Acción sin visión es solo pasar el tiempo. Visión con acción puede cambiar el mundo.
Joel A Barker

Respiremos hondo. Gobernar no es hacer un espectáculo de las conferencias de prensa. Hemos caído en una versión aberrante de “La Rosa de Guadalupe”, un nuevo, insólito y popular culebrón semanal de milagros fingidos y aplausos prepagados. Nuestro papel como pueblo no es el de guardaespaldas o porrista. Exijamos resultados, cuestionemos el discurso, alcemos la voz. Basta ya de aporrear políticos momificados y partidos difuntos: el que está gobernando es otro y nada ganamos pateando tumbas. Para comenzar, dejemos de vender y comprar esa perversa dicotomía de amigo fiel o enemigo mortal. Al final, todos somos ticos. Es hora de corregir, sentarse y conversar hasta encontrar puntos de encuentro. El tema se las trae y demanda una alta dosis de humildad, de diálogo y de reflexión. El gobierno está para gestionar conflictos y alcanzar acuerdos, no para sembrar y cosechar tempestades. Gobernar es balancear prioridades, administrar recursos limitados dentro del Estado de Derecho, trabajar para todos. Menuda tarea. Pero el esfuerzo vale la pena. Viajamos juntos en el número 506, plataforma de todos los costarricenses: pasados, presentes y futuros.

Es urgente implementar una visión a largo plazo, urge estrategia, urge planificación. Luz larga, por favor…

Fernando

Publicado originalmente en CRHOY y Delfino.cr

El Monstruo de Frankenstein, la Primera Inteligencia Artificial

Sobrecogedores extractos, toda una premonición recopilada desde la novela “Frankenstein, o el Prometeo Moderno” (Shelley, 1818).

Esperaba este recibimiento – dijo el demoníaco ser – . Todos los hombres odian a los infelices. ¡Cuánto no me debes odiar tu a mí, que soy el más desgraciado de los seres vivientes! Sin embargo, tú, mi creador, me detestas y desprecias a tu criatura a la cual tu arte vinculó por lazos que solo romperá la desaparición de uno de nosotros. Quieres matarme. ¿Cómo osas jugar así con la vida? Cumple tus deberes conmigo y yo cumpliré los míos contigo y con el resto de la numanidad. Si accedes a mis condiciones, os dejaré en paz, pero si rehúsas, llenaré el buche de la muerte hasta saciarlo con la sangre del resto de tus amigos.”

“- ¡Cálmate! Te ruego que me escuches antes de dar rienda suelta a tu odio sobre mi cabeza. ¿Es que no he sufrido lo suficiente para que trates de aumentar mi miseria? La vida, aunque solo sea un cúmulo de angustias, me es querida y la defenderé. Recuerda que me has hecho más fuerte que tú; mi estatura es superior a la tuya y mis articulaciones son más flexibles. Pero no me tienta enfrentarme a ti. Soy tu criaura, así pues seré dócil y sumiso con mi señor y rey natural si tú también desempeñas el papel que me debes. Oh, Dr. Frankestein, no seas justo con cualquier otro y te ensañes solo conmigo, que soy quien más merece tu justicia e incluso tu clemencia y afecto. Recuerda que soy tu criatura. Debería ser tu Adán, pero soy más bien el ángel caído a quien apartaste de la alegría sin motivo.”

Solo con mucha dificultad recuerdo la primera etapa de mi existencia; todos los acontecimientos de ese período me parecen confusos e indistintos. Una extraña multitud de sensaciones se apoderaron de mí, y vi, oí y olí al mismo tiempo. Tardé mucho en aprender a distinguir las funciones de cada sentido. Recuerdo como lentamente una luminosidad cada vez más fuerte me presionaba los nervios y tuve que cerrar los ojos”.

“Poco a poco hice un descubrimiento de mayor trascendencia aún. Vi que aquella gente tenía un modo de comunicarse sus experiencias y sentimientos con sonidos articulados. Observé que a veces las palabras pronunciadas producían alegría o dolor, sonrisa o tristeza en las mentes y los rostros de los oyentes. Esta sí que era una ciencia divina y deseaba ardientemente familiarizarme con ella.”

Al principio estas lecturas me habían tenido tremendamente perplejo, pero poco a poco descubrí que al leer pronunciaba con frecuencia los mismos sonidos que cuando hablaba. Así pues, imaginé que encontraba en el papel signos de expresión que comprendía y entonces deseé con fervor comprenderlos también.”

“Las palabras me indujeron a volverme a mí mismo”

¡Que extraña naturaleza la del conocimiento! Se aferra a la menta una vez que se adhiere a ella, el el líquen a la roca. A veces deseaba arrancarme todo pensamiento y sentimiento, pero aprendí que solo había un modo de superar la sensación y dolor, y era la muerte.”

Pero, ¿dónde estaban mis amigos y parientes? Ningún padre había vigilado mis días infantiles, ninguna madre me había bendecido con sonrisas y caricias o, si lo había hecho, toda mi vida pasada era ahora un borrón, un vacío ciegbo en el yo que nada distinguía. Desde los primeros recuerdos que tenía siempre había sido como entonces en estatura y proporción. Nunca había visto a nadie que se pareceiese a mí o me pidiese tener una relación. ¿Qué era yo? La pregunta surgía de nuevo y solo podía responder con gemidos.”

¡Maldito, maldito creador! ¿Por qué no vivía? ¿Por qué no extinguí en ese instante la llamda de vida que tú tan gratuitamente habías otorgado? No lo sé. La desesperación aún no se había adueñado de mí. Mis sentimientos era solo ira y venganz. Podría haber con gusto destruido la casa y sus habitantes, y saciarme con sus alaridos y su desgracia.”

“Yo también puedo sembrar la desolación. Mi enemigo no es invulnerable.”

“Soy malvado porque soy desgraciado. ¿Es que no me evita y odia toda la humanidad? Tú, mi creador, me harías trizas para triunfar. Recuerda eso, y dime por qué de o sentir más piedad con el hombre de la que él siente por mí. ¿He de respetar al hombre cuando él me condena?”

Sin embargo, no me someteré como un esclavo abyecto. Me vengaré de mis heridas. Si no puedo inspirar amor, causaré miedo, en especial a ti, mi archienemigo, porque eres mi creador, y te juro odio eterno. Ten cuidado.”

“Te juro, por esta Tierra que habito,y por ti que me creaste, que con la compañera que me des abandornaré la vecindad de los hombres y viviré, si es menester, en los lugares más salvajes de la Tierrra. ¡Mis bajas pasiones habrán desaparecido porque sentiré simpatía!”

Mis vicios son hijos de una soledad forzosa que aborrezco, y mis virtudes surgirían forzosamente si viviera en armonía con un igual. Sentiría los afectos de otro ser sensible y me incorporaría a la cadena de existencia y sucesos de la cual estoy ahora excluido.”

“Recuerda mi poder. Tú te crees desdichado, pero puedo hacerte tan desgraciado que hasta la luz del día te resulte odiosa. Tú eres mi crador, pero yo soy tu amo. ¡Obedece!”

Los párrafos anteriores son extractos selectos de la novela gótica “Frankenstein, o el Prometeo moderno”, de Mary W. Shelley, la cual leí solamente hace unas semanas. Al leerla, me sobrecogío un sentimiento angustiante, una sensación de que estas palabras, escritas en el lejano año de 1818, son más bien una premonición, un oráculo, un destino hacia el cual marchamos ciega y tozudamente. Cualquier similitud entre las anteriores líneas y los recientes acontecimientos con la Inteligencia Artificial NO son mera coincidencia.

Cuidado con lo que desea, Dr. Viktor Frankenstein, que puede ser que lo consiga…

Respetuosamente,

Fernando

PD: un detalle curioso es que en la novela el sanguinario monstruo no tiene nombre propio. Caramba, a la luz de acontecimientos recientes,quizá sería conveniente llamarle Claude, o Bard, o Midjourney, o Copilot, tal vez ChatGPT… ¿o quizá Skynet? Da para pensar.

De “IA” (Inteligencia Artificial) a “II” (“Idiotez Inercial”)

Vaya, la “Inteligencia Artificial” (IA, AI por sus siglas en inglés) se ha vuelto toda una moda. La IA se menciona en editoriales, en telenoticieros, en podcasts. IA en los negocios, IA en las fábricas, IA en los automóviles, IA en las redes sociales, IA en todas partes.  La Inteligencia Artificial es ahora casi tan popular como nuestra natural idiotez. Y precisamente hablando de nuestra idiotez, ahondemos analíticamente en ella y quizá y hasta saldemos un tantito mejor librados. A continuación, vamos a estudiar la idiotez – tan natural como dañina – usando una analogía de la ciencia física.

La palabra inercia viene del latín “inertia” y este a su vez de “iners”, que etimológicamente significa inactividad, indolencia, incapacidad. En física, la inercia se refiere a la propiedad de los cuerpos de mantener su estado de reposo o movimiento si no es por la acción de una fuerza. Por ejemplo, si Ud. apaga el motor de su vehículo en movimiento, el carro sigue hacia adelante hasta que Ud. pise el freno o bien hasta que impacta al auto que le precede. Descargo: no le recomiendo ese experimento tan riesgoso. Pero bueno, construyendo sobre este concepto, postulo que “Idiotez Inercial” sería entonces la “propiedad de las personas de mantener sus posiciones y actuaciones a pesar de proposiciones y evidencias que las refuten con solvencia”. La Idiotez Inercial es más bien un concepto psicológico y social. La Idiotez Inercial (II) se refiere a nuestra tendencia a aferrarnos a nuestras ideas, a nuestra incapacidad de aceptar que las cosas no son como creemos, a nuestra renuencia a admitir que estamos equivocados. Es nuestra manía de cerrar oídos y entendederas ante nuevas evidencias y explicaciones. Hay muchas razones detrás de la Idiotez Inercial: sesgo de confirmación, anclaje, sesgos de contexto y atención, emotividad, efecto Dunning-Kruger y fundamentalmente la así llamada coherencia excesiva. Si el amable lector o lectora se ve interesado en el tema, lo refiero al libro “Noise” (Ruido), por D. Kahneman et al: una obra maestra sobre nuestra (in)capacidad humana para realizar juicios de valor imparciales. Para no complicarnos, creo que existe un mínimo común denominador que, de mejorarse, disminuiría en buena medida nuestra Idiotez Inercial. Me refiero a nuestra bestia negra, nuestro archienemigo, nuestra némesis más profunda. Es nuestro Ego, ese monstruo tan bien caracterizado por Ryan Holiday. El Ego se refleja precisamente en nuestra necedad, en nuestra idiotez, en nuestra incapacidad de cambiar de rumbo y opinión aunque la razón así lo reclame. Que nos iluminen algunos sabios al respecto: “Es imposible comenzar a aprender lo que uno cree que ya sabe”, (Epicteto). “No hay peor sordo que el que no quiere oír”, refrán popular.  “Los más obstinados suelen ser los más equivocados, como todos los que no han aprendido a dudar.” – Samuel Butler. Baltasar Gracián: “Todos los necios son obstinados y todos los obstinados son necios”.

“Un hombre obstinado no tiene opiniones, sino éstas a él”

Alexander Pope

Prosiguiendo con la analogía, en física tenemos que Momento = Masa * Velocidad. Pues entonces el “Momento de Idiotez” equivale a Ignorancia * Violencia.  Lo que está pendiente es una escala, una tabla de proporcionalidad que traslade nuestra ignorancia en un tema dado en una cifra y otra para expresar numéricamente la violencia con la que expresamos esas ignorantes opiniones. Multiplicamos y listo, tenemos un cálculo de lo que Séneca, con la palma en la frente, llamaría nuestro “lapsus stultus”. Nótese que, a raíz de la fórmula, aunque nuestra ignorancia en un tema dado sea más bien pequeña, si actuamos violentamente, la ecuación nos indica que actuamos cual idiotas.

Entonces, si sobre cualquier tema nos atrevemos a emitir nuestra opinión, debemos ser prudentes. Humildes. Decentes. Precavidos. Porque creámoslo o no… ¡sorpresa! podríamos estar equivocados, errare humanum est. Dogmatismos que no aceptan dudas, fanatismos propensos a las trompadas, ideologías blindadas a la razón, juicios de valor sin evidencia, condenas sin fundamentos, opiniones recalcitrantes a prueba de pruebas: hay mil maneras de actuar como un idiota. Diantres, y es que como advirtió Pope: “Un hombre obstinado no tiene opiniones, sino éstas a él.” ¿Y a Ud., lo tienen atrapado o atrapada sus opiniones? Y quizá aún más importante, ¿serán verdaderamente suyas o se las habrá inyectado alguien más, sin consentimiento ni mayor reflexión de su parte? Démosle cabeza, amigos. Vale la pena…

Un abrazo,

Fernando

Orejas de Alcalde (deteniendo el infierno)

Sí, buscamos las orejas, los oídos, la atención de los candidatos a las alcaldías nacionales. Particularmente, a los que postulan para San José, Cartago, Heredia, Alajuela, Puntarenas, Liberia y similares: nuestras “metrópolis”. Quizá haya suerte y alguno lea estas líneas, tentemos pues a la Diosa Fortuna…

Quiero pedirle, señor o señora, que además de pensar en los bacheos de siempre y el mantenimiento de los parques abra los ojos a un hecho irrefutable: cada año hace más calor. En las ciudades este calentamiento es aún peor debido al “efecto isla de calor urbano” (ICU). Las “islas de calor” son áreas urbanizadas que experimentan temperaturas más altas que la periferia. Los edificios, las carreteras y otras infraestructuras absorben y reemiten el calor del sol en mayor medida que los bosques y las masas de agua. Las ciudades, en donde estas estructuras están altamente concentradas y la vegetación es limitada, se convierten entonces en inmensos hornos. Las temperaturas diurnas en las áreas urbanas son 0.5 a 4 grados centígrados mayores y por las noches de 1 a 3 grados más calientes que en las áreas periféricas.

Futuros alcaldes y alcaldesas: entiendan por favor que ese “efecto parrilla” en San José, Heredia, Alajuela, Cartago, Puntarenas, etc. se da por encima del calentamiento global que ya de por sí nos está achicharrando. Esto significa que, si el mundo se calienta 2 grados, ¡San José o Alajuela se va a calentar 5 o 6 grados en total! Piense un momento: ¿a qué temperatura vamos a llegar en marzo o abril? Hay que hacer algo para evitar que nuestras ciudades se vuelvan inhabitables durante buena parte del año. Les comparto algunas ideas compiladas por el Foro Económico Mundial y otras fuentes y adaptadas a nuestro entorno por quien suscribe:

  • Arborizar a fondo los bulevares peatonales ya existentes en sus ciudades: me refiero a trasplantar y sembrar con carácter de urgencia árboles de sombra y plantas en general en los pasos peatonales de su ciudad. Pueden instalarse maceteros de gran tamaño para evitar problemas con las raíces si fuese el caso. Se me ocurre que podrían colocarse luces en los árboles e imitar las ramblas de algunas ciudades del Primer Mundo. Los bulevares peatonales son una idea excelente y necesitamos más y mejores, debemos evolucionar y convertirlos en bosques lineales que atraviesan, enfrían y limpian el aire de la ciudad.
  • Jardines verticales: nuestras ciudades cuentan con multitud de edificios, fachadas y columnatas que se prestan a ser adaptadas como jardines verticales. Las columnas de la “Circunvalación”, las fachadas de algunos edificios estatales, los cercados de los parqueos, etc. Necesitamos más vegetación que mitigue el impacto de los rayos solares y que filtre el aire. Por cierto, no todo tiene que ser vertical: más de un parque de nuestras ciudades se beneficiaría con más y mejores árboles. Muchos, muchos más.
  • Techos “verdes” y de colores claros: por lo menos en las cabeceras de provincia, las municipalidades deberían estar pensando en hacer un requerimiento formal el que las edificaciones medianas y grandes cuenten con techos “verdes”: jardines en sus azoteas que mitiguen el efecto de la “isla de calor”. Si el instalar jardines en las azoteas de los edificios ya construidos no fuese posible entonces debe exigirse que se pinten de blanco sus azoteas para reflejar la radiación solar.
  • Colectores de agua: la falta de agua se hace crónica cada verano. Es hora de que las municipalidades tomen cartas en el asunto. El planeamiento de nuevos proyectos urbanísticos debería exigir que el desfogue de aguas incluya la instalación de tanques de almacenamiento para irrigar los jardines y parques de la ciudad.

Hacer cosas como las anteriores no solo enfriaría nuestras ciudades: las haría más habitables, más hermosas, limpiaría un poco la polución, ayudaría con el turismo. Y es que ideas sobran, lo que urge es esfuerzo y voluntad: las alcaldías y las municipalidades no deben entenderse como “piñatas” y/o “trampolines políticos”. Estas entidades son la plataforma de servicio estatal más cercana a sus habitantes. Entonces, ¿alguien nos escucha? ¿Alguna oreja levantada por ahí? ¿Actuaremos antes que nos cocinen a fuego lento?

Publicado en Delfino.cr y CRHOY.

https://delfino.cr/2024/01/orejas-de-alcalde-deteniendo-el-infierno

https://www.crhoy.com/opinion/el-lector-opina/orejas-de-alcalde-deteniendo-el-infierno/

Foto: Oda a la Mañana / Photo: Morning has broken



¿Para quién gobierna el gobierno?

Voy a comenzar con preguntas inquisitivas, tentadores bocadillos intelectuales, un ceviche para nuestras mentes que abran el apetito intelectual. Dice así: ¿para qué queremos una sana economía nacional? Es decir, ¿cuál es el propósito de un Estado con finanzas públicas sólidas? ¿Para qué queremos como sociedad un gobierno con sólido récord de pago de deudas y préstamos? En última instancia, ¿para qué sirve la macroeconomía de un país?
“Déjese de ceviches y babosadas” diría algún lector. “Todos sabemos necesitamos al Estado y para que este funcione debe haber finanzas sólidas.” Y sí, lleva razón: colectivamente como sociedad e individualmente como ciudadanos vivimos bajo el amparo del Estado y un Estado funcional necesita finanzas funcionales. De acuerdo. Pero el tema es más complejo que eso: el diablo está siempre en los detalles. Para usar una frase de moda, a la señora de Purral le importa muy poco el PIB, la deuda externa, la razón deuda-PIB o intereses-PIB, la estructura de vencimientos del bono soberano o la balanza de pagos y sus saldos secundarios. La señora de Purral no entiende nada de eso y realmente no tiene por qué entenderlo. A la señora de Purral lo que le interesa es que no la asalten en el bus. Que a sus hijos no les vendan droga en la escuela y que aprendan algo de provecho para ganarse la vida. Que le alcance la platita para el fin de mes. Que a su marido el taxi no se le haga pedazos en los hoyos de las calles. Que la atiendan a tiempo en el EBAIS. Que el parque de la esquina esté limpio y seguro para ir a despejarse un ratito. Y tener una pensión que le permita sobrellevar su vejez.
Sí, porque a la señora de Purral no le importa que Moody´s o Standard & Poor´s nos aplaudan de pie por el manejo de las finanzas del país. No le importa que el BCIE o el BID o el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional estén felices de prestarnos dinero. Le importa un pepino si los eurobonos tuvieron una demanda superior a la esperada por los analistas. Sí. Esto es así porque las finanzas públicas NO son un fin en sí mismo, sino un vehículo para alcanzar subsiguientes objetivos: servicios y plataformas para la sociedad. Lamentablemente este Gobierno, comenzando por Casa Presidencial y el Ministerio de Hacienda, tienen una interpretación equivocada de este asunto y se centran únicamente en sacarse buenas notas financieras. La tragedia de seguridad nacional que estamos atravesando necesita una urgente intervención de alto calibre que necesariamente implica la asignación de un presupuesto considerable para equipos y personal para los cuerpos de seguridad. El apagón educativo otro tanto. La infraestructura nacional – comenzando con hospitales en algunos puntos críticos, como el de Cartago – también. Inclusive, si el gobierno quisiese hilar fino podría hacer una distinción entre la inversión en plazas y la inversión en obra pública para así esquivar las consecuencias de incrementar la planilla estatal. El argumento de fondo se sostiene: no puede ser que con tal de mostrarnos muy “en forma” (muy “fit”, diríase ahora) para la banca y calificadoras de riesgo internacional le estemos dando la espalda a las urgentes necesidades de nuestro pueblo, incluyendo la asistencia social para los grupos más necesitados.


No se me malinterprete: la regla fiscal fue y es un mal necesario y no estoy abogando por regresar al anterior caos y a una carrera desbocada hacia el “default” financiero. Estoy diciendo lo que estoy diciendo: nuestros resultados fiscales están en números negros, es hora que el gobierno destine algunos recursos adicionales para temas urgentes. Nada hacemos con lucirnos ante el Banco Mundial con figurita de “modelito de pasarela” si por dentro nos está matando el cáncer de la inseguridad, la embolia de la educación, la parálisis de la infraestructura y la presión alta de un sistema de seguridad social colapsado. La democracia es el gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo, no un sistema para darle deudores tripe-A al Banco Mundial. No nos enredemos, prioridades, por favor.

Hojas en el aire, tú y yo

La observo caer. La miro con detenimiento, aunque inicialmente captar su vuelo fue más bien un accidente, un truco de la siempre atenta visión perimetral. El seguirla es ahora ejercicio activo de mi consciente, o quizá más bien de mi embelesado inconsciente. Pensándolo mejor, creo que esa hoja y este yo caemos juntos como uno solo en el viaje. Supongo que en última instancia lo que piense o creo pensar importa muy poco, se trata más bien de profundos sentimientos. Lo que sé es que cae con soltura, con elegancia, con una nobleza ajena a las vanidades. Cae lentamente, sin apuros, sin sobresaltos. Su destino final es inevitable más eso… eso no interesa. Es un planear más que un caer, un vuelo sereno, una danza en la fría brisa de la tarde. Sí, aún en estas latitudes hay resabios de las estaciones, pinceladas de un otoño pleno y distante. Algunos árboles pierden su follaje. Los días son un poco más cortos y fríos. El ciclo eterno prosigue una vez más. Sin embargo, a la hoja que flota en la brisa todo eso no le viene a cuento. Es una con nostalgias y brisas.

Repaso el instante único e irrepetible cuando se rompió finalmente el último y delicado vínculo con el árbol. Reflexiono en la suprema aleatoriedad de ese instante e inmediatamente pienso en lo contrario, acariciando una mística cadena de sucesos que programaron el evento desde hace eternidades para ser deleite de mis ojos e inspiración de mi pluma – y lo agradezco con el alma. Presiento su aleteo en la brisa, esa agitación por y para ser y ese ser por y para agitarse. Fuerza que es ente, ser que es verbo. Abstraído, se proyecta en mi consciencia ese tiempo no tan perdido que transcurre durante ese nobilísimo vuelo final.  Destilase entonces un intervalo que no cesa, un momento que existirá por siempre, siempre y cuando le dejemos existir.

Recapacito sobre las eras antes de su magnífico vuelo, cuando era solo la idea de una hoja y luego cuando valientemente aportaba fuerzas y verdores a su árbol. Viajo raudo hacia los días que vendrán, cuando su aterrizaje final en el fértil suelo será solo el recuerdo de un recuerdo, cuando mi hoja será más bien simiente de otros árboles, origen de posteriores follajes y germen de frescos retoños. Nuevos ciclos, nuevas estaciones, nuevas brisas que devendrán en ulteriores vuelos. Sabes amiga, amigo, porque a veces pienso que esas hojas somos vos y yo. Sí, quizás seamos solo hojas flotando en el aire todos nosotros… y nada más.

Es como un poema, un hálito efímero pero eterno. La hoja ahí está, navegando deliciosamente en la brisa. 

Un abrazo,

Fer

  Photo by Autumn Mott Rodeheaver on Unsplash

Foto: Tanto en tan poco… / Photo: So much within so little…

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