Chismes & Pleitos o Ideas & Acciones: Lo que se canta en Costa Rica
Recuerdo perfectamente el cancionero oficial para las clases de música de mis días escolares: un librito de pasta suave llamado “Lo que se canta en Costa Rica”. Contenía (o contiene, la verdad no sé si aún lo venden) canciones populares, himnos de toda América Latina, composiciones nacionales y muchas otras. En mi mente de niño, lo que más me llamaba la atención era el grosor del libro vs las contadisimas canciones que ensayábamos: “¡esto no se canta en Costa Rica!”, me decía a mi mismo. Valga la anécdota para introducirnos al tema de hoy: lo que canta el gobierno de turno en Costa Rica vs lo que debería estar cantando.
Mire Ud., el Gobierno de la República se ha convertido en la cámara de eco de la Presidencia, pero la Presidencia como institución ha dejado de ser la cabeza del Poder Ejecutivo y una investidura que trasciende a la persona que la ejerce. Así es: la gestión de la cosa pública se ha personalizado y ha degenerado en “Chaves y Cisneros S.A. “, y las reglas, el decoro, el respeto, los hechos y hasta la ley son secundarios. Nótese como cualquier funcionario que discrepa del Presidente es suspendido o despedido (para muestra un reciente botón: las Gerencias Médicas de la C.C.S.S. al haber cuestionado los falaces argumentos sobre la construcción del Hospital de Cartago). Lo mismo aplica para un amplio sector de la prensa, la Asamblea Legislativa, el Poder Judicial, el TSE, el ICE: si Ud. no aplaude, es entonces enemigo y candidato a una enconada retaliación. Este modo de actuar que ve enemigos en todas partes, que primero amenaza y después se desdice, este actuar inflamado, rencoroso y vengativo, esto es lo que se canta en Costa Rica actualmente. Presenciamos una pésima telenovela en donde no hay semana sin pleito ni intriga. Eso es un hecho: a Usted le puede agradar o no ese modo de actuar del Presidente y su gobierno, pero su beligerancia es un hecho incuestionable
Independientemente de cuán correcta considere mi interpretación anterior, estimado lector, lo que sí es verdad absoluta es que NO deberíamos estar hablando de eso. El mundo de hoy corre demasiado rápido, la tecnología avanza a una velocidad delirante, la geopolítica sufre frecuentes convulsiones, la economía da tumbos, acelerando y desacerándose por geografías y sectores. Un contexto mundial de Volatilidad, Incertidumbre, Confusión, Ambigüedad. En medio de esa realidad, ¿qué deberíamos estar cantando en Costa Rica? En mi opinión, deberíamos de estar enfocados en unos pocos temas críticos y nada más. Pienso que una agenda “lógica” debería”, poco más o menos, limitarse a los siguientes temas:
· Seguridad: me parece increíble que el gobierno condicionase los proyectos de ley para la contención del crimen organizado a la así llamada legislación de “Jornadas 4×3”. Solo este hecho dice muchísimo de cuáles son las verdaderas prioridades del Ejecutivo. Pero bueno, ahora que ese reto parece haber sido conjurado, está pendiente escuchar del Ejecutivo ulteriores iniciativas: préstamos para equipo policial, solicitudes de apoyo internacional, contratación de más personal. Es ahora.
· Infraestructura: no solo estamos a la espera de que el gobierno gestione la conclusión de la Circunvalación, la ampliación de la Ruta 1 en sus diferentes sectores, la carretera a San Carlos, la 32, etc. sino que no han propuesto una sola nueva iniciativa de infraestructura de gran nivel. Por el contrario, en medio de los problemas de desempleo y la depresión del sector constructivo, congela la construcción de nuevos hospitales y centros de salud argumentando una ya probada falsa “quiebra” de la C.C.S.S. Y de nuevo, nada de nuevas iniciativas.
· Educación: venimos de un apagón educativo como nunca en nuestra historia. Los jóvenes perdieron meses de clases al ser tratados como rehenes por los sindicatos, para luego tener que sufrir el impacto de la pandemia y una “tele-educación” básica para la cual nadie estaba preparado. Eso son hechos y algo hay que hacer para ayudar a nuestros estudiantes, pero el Ministerio de Educación no tiene la menor idea de qué está haciendo ni como compensar el rezago sufrido. Presentaron una “Ruta de la Educación”: unas filminas sin documentación que las sustente, argumentando que es un “proceso vivo” (¿¿¿¿????), para luego emprenderla contra la alianza con la Fundación Omar Dengo… sin tener un sustituto para este programa. Ni hablemos de temas conexos como la instrucción en Inteligencia Artificial, Pensamiento Crítico u otros. Nada.
· Empleo: la economía se recupera tras la apertura post-pandemia, pero el gobierno nos está debiendo algo – cualquier cosa – para impulsar el empleo. Curiosamente, la única gestión que ha realizado sobre este tema es impulsar contra viento y marea las “Jornadas 4×3”, un proyecto de ley espinoso y lleno de “tiros con efecto” para con el trabajador. ¿Nueva infraestructura? ¿Atracción de inversión extranjera? Por el contrario, rompe la alianza con CINDE, que ha funcionado bien, con argumentos ridículos.
· Cambio climático: el gobierno debería estar gestionando con carácter de emergencia la construcción del nuevo reservorio para la irrigación en Guanacaste usando las aguas que vienen de la represa del Arenal. Debería asimismo estar pensando en otros reservorios y medidas para gestionar las inminentes sequías y el aumento de las temperaturas, así como sistemas de rompeolas, diques y similares para lo que se viene. Lo mismo aplica para las carreteras nacionales, tan susceptibles a deslaves y derrumbes. Debería estar pensando en leyes para impulsar los “bosques urbanos” para enfriar las ciudades, hacer de carácter legal la certificación LEED de todos los edificios nuevos – y quizá un enfoque parcial para los ya existentes – más estaciones de carga para la incipiente flotilla eléctrica nacional, así como el impulso a la generación y almacenamiento distribuido. Pero, nada…
· Tasa de Natalidad: el gobierno debería impulsar medidas para impulsar a las nuevas generaciones a procrear más costarricenses. Se nos agotó el bono demográfico y los sistemas de pensiones y en general, la población económicamente activa comienza a decaer. Debería estarse pensando en permisos de paternidad por ley, créditos fiscales, atracción de migrantes calificados. De nuevo, como el pez: nada, nada y nada.
Sueño despierto con escuchar al Señor Presidente hablando de estos y otros temas como un Estadista, con visión a futuro, con nobleza y entrega para con el pueblo que confió en él: no es posible que gaste a manos llenas la investidura de Primera Persona de la República, con todo el poder y la responsabilidad que tal posición conllevan, y el tiempo y atención de todo un país, en estar “agarrado del moño” con periodistas, medios de comunicación, funcionarios medios, ministros, diputados, etc.
No señor, no se le eligió para hacer de personaje de “lucha libre”. Deje de vender humo: trabaje, decida y mejore este país. Lo cierto es que bastantes broncas tenemos ya para únicamente recibir del gobierno un deplorable karaoke semanal en donde solo cantan las sirenas.
Fernando Quesada V.
Gerente de Proyectos Photo by David Clode on Unsplash
Opinión: Seduciendo al idiota que hay en mí
De sirenas, políticos y ahogados…
Una vez más y como le sucede continuamente a este su ensayista aficionado favorito (¡Plop!), pues me ha picado una idea. Como en tantas ocasiones, sucedió mientras tomaba una ducha. Me bajaba el champú por la cara (higiene antes que calvicie) y recordé un par de videos y noticias sobre campañas políticas muy actuales en un gran país del norte. En medio del jabón y la comezón en los ojos tuve que sonreír una vez más. Fue una sonrisa algo mordaz, mitad satírica, mitad tristona, con acentos de punzante ironía y notas de estoica aceptación. Noté de repente que tenía también un fuerte sabor a champú, lo que me trajo de vuelta a la realidad entre vertiginosos enjuagues faciales. Me propuse entonces poner por escrito el tema, para mi propia salud mental y nuestra íntima conversación. Les cuento ahora, ya seco y confortable, lo que estaba pensado.
Pensaba que la Política -con “P” mayúscula de “Planificar”, de “Perspectiva”, de “Pensar” -se supone que coloca en puestos críticos a personas calificadas para los mismos. Debería ser la venturosa conjunción de una demanda de altos requisitos con una oferta por ello muy especializada. Los puestos Políticos (senadores, alcaldes, ministros, presidentes, diputados y afines) demandan conocimiento, entrega y ética. Pero en estos tiempos que corren, los políticos (ahora sí, con “p” minúscula de “pillo”, de “patán”) son cualquier cosa menos eso. Hoy más que nunca los políticos (o para mayor precisión, la imagen que representan, construida a través de sus equipos de campaña, consultores y otros engendros de esa ralea) son más bien magos de feria. Diríamos, prestidigitadores baratos dedicados a distraer nuestra atención. Apelan a recursos audiovisuales, a retórica de embustero, a aspavientos infantiles. ¿Cómo es posible que haya políticos que aspiran a elegirse con eslóganes como “Balas, Bebés, Jesús”? (no me pregunten…) ¿Cómo puede un político en ejercicio de un cargo público de primer nivel dejarse decir que el gobierno “quiere saber a qué hora va usted al inodoro”? ¿Cómo puede alguien argumentar que las armas automáticas con que se cometen las masacres no son de manera alguna un elemento en esas tragedias? Estas y otras muchas preguntas me hacía yo mientras aplicaba el champú. Creo que emiten estos horripilantes cantos porque nos saben marineros asustados en medio de las tormentas actuales, con oídos prestos a sus voces de sirena. Son voces que simplifican problemas complejos, tonadas que cargan las culpas en “otros”, melodías que bloquean las conversaciones importantes. Entonces y a partir de burlas, cortinas de humo y otras canalladas matan la conversación. Y nosotros, como hipnotizados, ni nos hemos percatado de nada. Se acabó el diálogo y el debates. Sin apenas notarlo nos estamos dando de batazos defendiendo a la sirena de nuestra predilección. ¿Y el cambio climático? ¿Y la economía? ¿Y la desigualdad? ¿Y la deforestación? Nada, cero, conjunto vacío. De aquellos virulentos polvos, estos radioactivos lodos. Porque, de nuevo, de lo que se trata es de embrujarnos, de hechizarnos, de encontrar una fibra sensible (armas, aborto, religión… lo que sea) ante lo cual el resto del mundo se desvanezca ante nuestros ojos y convierta al político en un mesías de pacotilla. Se vende como ungido salvador para su ejército de hipnotizados seguidores con anteojeras ideológicas que aseguran paso de percherón.
“¿Qué hay de nuevo en todo esto?”, se preguntarán. Pues nada y todo. Nada porque los políticos siempre han utilizado este tipo de estratagemas. Todo, porque antes se trataba de la sirena que cantara más afinada, la de la mejor tonada. Antes también vendían humo, pero humo no tóxico. Hoy en día la calidad del gusto político promedio está a la par del musical, pues ahora se trata de seguir a la sirena más estruendosa, la más discordante, la más tóxica. A ratos pareciera que intencionalmente buscamos la peor opción. Algo así como locura colectiva. Nos guían solo las emociones, el enojo, nuestro cerebro primitivo, el “imbécil” reactivo e impulsivo que habita en mí. A ese tipejo no le importan razonamientos ni argumentaciones, una vez que se ha decantado por una opción, parece misión imposible sacarlo de su trinchera por más evidencias que salgan a la luz. ¿Por qué cuesta tanto decir “me equivoqué”? ¿Por qué tanto orgullo de nuestra parte? ¿Por qué hacemos de la política algo personal y eminentemente subjetivo, sin espacio alguno para la razón y los acuerdos? ¿Por qué siempre el grito y nunca la escucha? ¿Por qué?
Usualmente las referencias a las sirenas mencionan su belleza y sus cautivantes cantos. Lo que olvidamos de esta leyenda es la segunda y trágica parte del mito. Sí, aquella que cuenta que si un desgraciado marinero les escuchaba se lanzaba por la borda, siguiéndolas embelesado hasta el fondo para no salir jamás. Cuidado. Si vamos a prestar oídos a las sirenas modernas, hagamos las de Ulises y atémonos al mástil de la razón. Mejor aún, hagamos lo que su tripulación y tapémonos los oídos: somos débiles y ellas muy seductoras. La democracia actual se está convirtiendo en un circo de lo grotesco más que un análisis colectivo de problemas, contextos y candidatos. Y de paso, la turba de sirenas políticas está descoyuntando la sociedad.
Siento la necesidad urgente de otra ducha, les dejo.
Fernando
Foto de Stormseeker en Unsplash
PS: ya que estamos hablando de sirenas, terminemos con una nota más positiva. Un clásico…
Foto: Melodía de Agua y Fuego / Photo: A Song of Water & Fire
ESPAÑOL: tan refrescante como apasionado, este atardecer captó mi lente con su mezcla de grises y dorados. La técnica de apertura extendida permite el efecto de una imagen donde la marea muestra su eterno devenir. En la foto de abajo, la húmeda arena es lienzo reflejando el cielo. Cambia, todo cambia…
Fernando
ENGLISH: ranging between refreshing and passionate, the wild combination of grays, blacks, gold and red of this sunset captured my lens. In the top image, the extended lens aperture technique allowed the “flow” feeling of the tide. In the immediately above scene, the wet sand reflects the sunset. Warmth. Feelings. Change.
Fernando
Valiosos, Variados y Vitales: VECINOS, Oda a lo cercano.
Partiendo de que “los amigos son la familia que escogemos”, pues entonces los vecinos tienen clara ventaja para integrarse a nuestras íntimas “comunidades del anillo”. ¿Por qué es esto así? La respuesta es obvia: su máxima cercanía para con nosotros maximiza la oportunidad de interactuar. O para decirlo más sencilla & redundantemente: por su vecindad. Porque, y siguiendo con los refranes, “mejor pájaro en mano que cien volando”. Mejor aún, sazonemos el refrán con el sabor de los tiempos que corren: “mejor humano en mano que cien teleconferenciando”. Lean ustedes como se ha dado esto en mi micro-mundo a continuación.
Bueno, supongo que no le cuento nada nuevo si afirmo que la cuarentena asociada a la crisis global del COVID-19 cambió la dinámica en todas partes. El barrio donde habito no es la excepción. Se hizo evidente el valor inherente del vecino, quien en otras circunstancias nos era solo un desconocido al cual si acaso le dedicábamos un forzado y displicente “buenos días”. Este columnista se ha acercado a sus vecinos y ellos a nosotros. Nos hemos unido, asociado, en última instancia, nos hemos hecho más “humanos”, desapareciendo ese extraño velo del “anónimo” tejido con frios y protocolarios “buenos días y punto final”. En un marcadísimo contraste, las barreras físicas (distancia social, mascarillas, etc.) se han reforzado; pero las barreras mentales han caído.
Todo empezó transcurridos uno o dos meses de la cuarentena. En medio de la época más caliente del año, nos “asábamos” en casa, encerrados día y noche, sitiados por el virus. Una mañana, mientras “matábamos” el tiempo en el jardín, escuché una voz al otro lado de la cerca. Era mi vecino, quien me ofrecía espontáneamente una cerveza fría. Sí, así no más, solo porque sí. O mejor dicho, ¿por qué no? Fue un instante esclarecedor, una epifanía, un “eureka” con sabor a (sabrosa y helada) malta. “Caramba, esta gente está pasando por lo mismo que nosotros y están aquí, pero aquí no más a nuestro lado. Cuánto tenemos en común, cuánto podemos apoyarnos.” Cura de soledades y ermitaños forzados, la relación humana se ha estrechado a dos metros de distancia. Ese fue el detonante de muchos otros “eurekas” con otras familias del barrio, las cuales ahora nos servimos de red de apoyo, recordándonos con solo un saludo (ahora sí, sentido, real, a los ojos) que “somos de los mismos”, que estamos en la misma refriega y que combatimos a un enemigo invisible motivados por los mismos motivos vitales: hijos, sueños, anhelos y esperanzas. Se ha hecho evidente el valor de conocer al vecino y de poder confiar en esas familias a unos pasos a distancia. Son soporte inmediato y cercano en caso de emergencias, urgencias y necesidades. Y en los tiempos que corren, representan buena parte de lo que nos queda de “normalidad”, de humanidad, de genuina interacción.
Lamentablemente, debo reconocer que siempre hay sus excepciones y todos hemos tenido o tenemos un vecino incómodo. Pero bueno, la convivencia exige amoldarse y alzar la bandera de la tolerancia: “el respeto al derecho ajeno es la paz”, nos enseñó un prócer mexicano ya hace un “tiempito”. En fin, suficiente de refranes, reflexiones e intrincadas disquiciones, que me está esperando mi buen amigo, mi vecino.
¡Salud!
Fernando
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De las oportunidades que traen los virus & similares calamidades
Dicen los viejos que “no hay mal que por bien no venga”. Es una hermosa manera de transmitir optimismo aún en las circunstancias más difíciles. Y, si hilamos fino, es también una invitación a buscar, a actuar, a encontrar las oportunidades ocultas cuando arrecian las crisis. Crisis en sinónimo de cambio, de súbita alteración de las circunstancias. Si sabemos dónde buscar y cómo administrar el cambio, a largo plazo las crisis – como la actual tormenta del coronavirus COVID-19 – bien pueden aportar beneficios.
Recien leí un artículo en la revista The Economist que trata precisamente el tema. Nos dice el artículo en cuestión que el coronavirus servirá como acelerador – más bien como catalizador – para los esquemas de trabajo remoto (“Work From Home” – Teletrabajo) y similares. También apunta a que las cadenas de abastecimiento (“Supply Chains”) se tensarán al máximo. Inevitablemente, algunas fallarán. Por ende, las políticas de manejo de inventarios de algunas corporaciones podrían eventualmente revisarse. Asimismo, se hace patente la necesidad de re-considerar la distribución actual de los centros de producción: la enorme dependencia que tiene el mundo con China, India y otros países se ha hecho evidente. Algunas empresas pueden buscar nuevas tierras.
Mi patria, Costa Rica, no escapa a esta realidad. Y como en río revuelto habría ganancia de pescadores se me ocurren algunas cosas que podemos hacer (el estimado lector aportará las propias). En primer lugar, creo que documentar adecuadamente el nivel de respuesta de nuestro resiliente sistema de salud nacional y los resultados conseguidos al afrontar esta tremenda prueba es una gran idea. Estos datos pueden ser luego usados como insumos para publicidad y mercadeo de nuestro país – los financistas, las transnacionales y otras entidades supranacionales buscan confianza y seguridad a la hora de invertir. Ser un país “resistente a las pandemias” se convertiría en parte de nuestra marca-país, atrayendo nuevas industrias y empresas preocupadas por la ya mencionada dependencia con China y otras geografías.
Asimismo, los esquemas de teletrabajo entraron en servicio a marchas forzadas. Siendo así, vale la pena que las autoridades competentes (gerentes, directores, supervisores, tanto del sector público como privado) lleven a cabo mediciones y comparaciones de la productividad durante este período. ¿Para qué? Bueno, si no hay una disminución drástica de la misma – y ni hablar en caso de que aumente – pues tenemos entonces evidencia contundente de que es YA la hora de implementar esta política a gran escala. En algunas instituciones y/o departamentos, sería interesante medir la productividad inclusive a nivel individual: hay gente que simplemente no está lista para esto y otra que sí lo está.
La crisis resalta también la importancia de la conectividad, para así soportar adecuadamente un masivo teletrabajo. Costa Rica necesita con carácter de máxima urgencia implementar mejoras en las redes y velocidades de conexión de datos: estamos hablando de fibra óptica, conexiones simétricas, 5G, redundancia en los cables submarinos, etc.
Hay muchas otras aristas que analizar: aspectos como la independencia alimentaria, impulsar la digitalización & acceso remoto a todo tipo de trámites estatales, reforzar nuestras porosas fronteras terrestres, mayores filtros en puertos y aeropuertos, ofertar paquetes turísticos “blindados” (seguros de viaje, sin cargos por cambios, etc.). Se puede pensar también en telemedicina, en la regulación y estandarización de los actuales protocolos de limpieza en el transporte público. Hay muchos procesos por mejorar, como identificar cual es la frecuencia idónea para la entrega de medicamentos en la CCSS. Hasta el menor tránsito en las calles puede utilizarse para acelerar el trabajo en proyectos viales, puentes, mantenimiento ferroviario y similares. Y valga mencionar que todos deberíamos aprender de una vez y por todas la manera correcta de saludar, estornudar, toser y lavarse las manos: cuantas gripes, influenzas, resfriados y epidemias podrían evitarse; quitándole presión al sistema de seguridad social.
Como conclusión, comprendamos que no hay que llamarse a engaño: este tipo de eventos no solo se repetirá, sino que es posible que llegue a ser la nueva norma. El cambio climático, la globalización, los renacientes nacionalismos, las migraciones y las guerras comerciales así lo sugieren. Estamos ante lo que el Pentágono caracterizó como un mundo Volátil, Incierto, Complejo, Ambiguo (mundo “VUCA” por sus iniciales en inglés).
De forma tal que cuando perdamos, no perdamos la lección. Sigamos adelante: la patria nos necesita. Iba a despedirme con “un abrazo” pero mejor no: que sea un golpecito de codos.
Fernando
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PD: Les dejo abajo un video que le sube el ánimo a cualquiera – algo que todos necesitamos: ¡que regresen pronto los abrazos!
Costa Rica: Sentido homenaje a Don Rodolfo Méndez Mata
Ninguna persona ha sido honrada por lo que recibió. Los honores se extienden por lo que ha dado. Calvin Coolidge.
El 3 de enero de 1937 – hace casi 83 años – vino al mundo don Rodolfo Méndez Mata. Nacido en San José, cursó la primaria en la escuela Juan Rudin y la secundaria en el Colegio Seminario. Se graduó luego como Ingeniero Civil en la prestigiosa Universidad de Kansas, Estados Unidos. Hombre de familia, procreó cuatro hijos.
Don Rodolfo ha ejercido variados cargos públicos, incluyendo el de Diputado de la República (1994-1998), Ministro de la Presidencia (1990-1992) y es el único costarricense (a mi entender) que ha ejercido el cargo de Ministro de Obras Públicas y Transportes en tres ocasiones, como lo atestiguan sus años de servicio en el puesto entre 1978-1982, 1998-2000 y desde el 2018 hasta la fecha. Es precisamente este último periodo de servicio público el que me ha impulsado a escribir este artículo. Dicen que los honores deben extenderse en vida: sean entonces estas líneas mi humilde contribución al honor que don Rodolfo merece. Porque… ¿Quién, pasados sus 80 años y merecidamente jubilado, optaría voluntariamente por salir del retiro para ejercer de nuevo la complicadísima, casi tortuosa labor de regente del MOPT? Hay que estar loco – y don Rodolfo está más lúcido que todos nosotros – o bien tener una vocación profesional sobresaliente, amén de una voluntad y espíritu de servicio casi sobrehumanos.
Son precisamente esas cualidades, aunadas a su experiencia y calidad profesional, las que están convirtiendo su actual gestión en la más productiva que ha tenido el alicaído MOPT durante los últimos 40 años. Y no lo dice únicamente quien suscribe, lo reconocen voces tan variopintas como Olman Vargas, Director del Colegio de Ingenieros y Arquitectos; la Directora de la Cámara Nacional de Transportes, Silvia Bolaños; Rubén Vargas, Secretario General de la Unión de Taxistas y muchas otras.
La evidencia soporta estas positivas opiniones: nunca habíamos visto tanta obra en inminente o franca ejecución. Considérense la ampliación de la vía Limonal-Cañas, la ruta 32, Lindora, Circunvalación Norte, pasos a desnivel en esa misma ruta, pasos a desnivel en la ruta a Cartago, asfaltado en la ruta a Monteverde, los pasos a desnivel en la carretera a Cartago, la próxima ampliación de la ruta 1, las vías exclusivas para el transporte público, el puente del Saprissa, solo por mencionar algunas intervenciones.
De mi parte, quisiera simplemente extender un reconocimiento a don Rodolfo acompañado de un sentido agradecimiento. Su valentía, su voluntad y su capacidad están a punto de resolver una serie de “nudos viales” (espejos de nuestros nudos mentales como sociedad) que han tenido ahogado al país por décadas. Que Dios le conceda muchos años más, caballero, para que mire prosperar su obra, la cual debe ser reconocida por todos los costarricenses de esta y las próximas generaciones.
PD: Estoy terminado de escribir este artículo cuando miro en las noticias que pronto iniciarán además las obras para acabar con los problemas de tránsito asociados a los semáforos de los Hatillos. ¿Será posible que pronto podamos circular sin detenernos a lo largo de toda esta crucial carretera? Les propongo una idea: bauticemos al anillo de circunvalación como la Ruta Nacional Rodolfo Méndez Mata.
ARTÍCULO PUBLICADO EL 27 DE NOVIEMBRE EN EL DIARIO DIGITAL CR HOY
“Whatsappito, Whatsappito, que habitas en mi cel, dime con qué alimento mi odio, desde que revisé ayer”
Aparentemente habrá que añadir un nuevo grupo de Libros Sagrados a la Biblia: las “Epístolas Zuckerbérgicas”, pues si algo nos llega por Facebook, Instagram o Whatsapp entonces automáticamente es Sagrada Verdad. Veo una sonrisa disimulada: como chiste, hasta alguna gracia tendrá, pero en el fondo es un asunto muy serio. Nos estamos convirtiendo en incautos digitales capaces de admitir cualquier estupidez con tal de que llegue a nosotros a través de un conocido, por medio de Whatsapp.
El ejemplo más reciente es doloroso. Es difícil de creer y de aceptar pero el Ministro de Educación fue removido del puesto a punta de mentiras. Sí, de mentiras. Porque es mentira que exista alguna actividad en el calendario del MEP para celebrar el orgullo gay y es una flagrante mentira que los drones para los colegios técnicos agropecuarios sean sistemas de espionaje ”a lo 007”. Es mentira que los baños neutros sean antros de libertinaje (de hecho, todos tenemos un baño neutro en la casa… a menos que el arquitecto le instalara dos inodoros juntos). Lo curioso del caso es que cualquiera de estas cosas puede ser comprobada rápidamente buscando en internet. Sin embargo, un venenoso coctel de pereza, credulidad y comportamiento de manada nos hace incapaces de detenernos un momento y hacernos preguntas obvias, preguntas naturales, preguntas lógicas y evidentes. Por ejemplo: ¿Cómo sabe esto la persona que me lo envía – cuál es su fuente? ¿Qué dicen los diarios, los telenoticieros, los programas de opinión en la radio al respecto? ¿Algun analista o periodista reconocido ha denunciado este asunto? ¿Algún Diputado, la Contraloría, la Fiscalía? ¿Qué dice la página del Ministerio o de la entidad a la cual ataca el mensaje? ¿Podrá tener algún interés en particular la persona que comparte “esto” para atacar así? De repente el mensaje pasa la prueba y resulta ser verdad, pero aceptarlo así como así es muy peligroso. No hace mucho Edgar M. Welch condujo seis horas desde su casa para luego entrar y disparar en la pizzeria “Comet Ping Pong” en Washington DC. ¿Por qué? Bueno, el caballero en cuestión había leído “noticias” en Facebook y Twitter donde se aseguraba que en ese lugar operaba una organización mafiosa que explotaba sexualmente a niños y era dirigida por… Hillary Clinton. Dichosamente, la policía actuó rápidamente y nadie salió herido, capturando al crédulo de Mr. Welch con su rifle de asalto AR-15.
La lección es evidente, pero vamos a dejarla por escrito: si el mensaje llega por redes sociales, no hay que creerlo sin antes investigar. Esto es especialmente válido cuando el mensaje “suena bien”, o sea, cuando refuerza lo que yo ya creo saber. Es muy probable que simplemente me estén manipulando. Me están “endulzando” el oído, diciendome precisamente lo que quiero escuchar: el Gobierno hizo tal cosa, el Ministro es un tal por cual, los “Progresistas” están cambiando aquello, los “Conservadores” hicieron tal y tal barbaridad. Dice el refrán que uno no ve el mundo como es, sino como quiere verlo. Nunca ha sido esto más cierto que ahora, porque su Whatsapp y su Facebook, amigo lector, son un espejo de quien Usted es. Están diseñados para eso, para que Usted los revise todos los días, a cada instante, mostrándole solo lo que Usted quiere ver. Son una “chupeta digital”, son su burbuja privada, su mundo, su perspectiva, su visión, un sistema que refuerza incesantemente sus creencias y posturas. Más aún, esos mensajes le son compartidos probablemente por gente que piensa igual que Usted… lo que nos hace olvidar que hay miles de millones de otras personas en este mundo, muy diferentes a Usted y yo. Ahora bien: ¿Qué clase de reflejo devuelve ese espejo? ¿Hay odio, burla, rencor? ¿Tolerancia, positivismo, esperanza? Cuidado porque Usted es precisamente “eso”. Los analistas indican que luego de 70 likes, Facebook lo conoce a Usted mejor que su propia madre. Grave reflexión será.
Finalicemos con un cuento: “Con ojos desorbitados, la malvada bruja preguntó: “Whatsappito, Whatsappito, que habitas en mi cel, dime con qué alimento mi odio, desde que revisé ayer”. Y el espejo respondió: “Sí mi amo, a sus ordenes responderé, mire cuanta basura y rencor recolecté para Usted”.
Cuidemos ese reflejo, amigos. Cuidemoslo.
Fernando
Fuentes:
- https://www.nytimes.com/2016/12/05/business/media/comet-ping-pong-pizza-shooting-fake-news-consequences.html
- https://www.independent.co.uk/life-style/gadgets-and-tech/news/facebook-knows-you-better-than-your-friends-do-because-likes-reveal-so-much-about-your-character-9973398.html
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Depósitos, “timing”, confianza y país
“La incapacidad de abrirse a la esperanza es lo que bloquea la confianza, y la confianza bloqueada es la razón de los sueños arruinados” – Elizabeth Gilbert
En mi primera juventud yo era absurdamente tímido. Viendo mis diarias tribulaciones, mi padre me compró un libro de autoayuda donde – entre muchos otros – se acuñaba el concepto de “cuenta bancaria emocional”. El concepto caló en mí. La analogía es la siguiente: ““la cuenta bancaria emocional es una metáfora de la confianza incorporada a una relación. Es el sentimiento de seguridad que tenemos respecto de otro ser humano.” (S. Covey). Cuando hacemos algo positivo a favor del otro, estamos “depositando” en la cuenta bancaria emocional. Cuando incumplimos promesas, cuando fallamos en la comunicación, cuando somos descorteses, estamos “retirando fondos”: mantener la cuenta lejos de los números rojos exige dedicación y esfuerzo consciente. En este artículo postulo – francamente, no sé con cuanta originalidad – que podemos hacer extensivo el concepto a la política y a los gobiernos. En este momento, tenemos un gobierno nuevo con solo semanas de haberse estrenado. Vienen arrancando y sin embargo (canta Sabina), la cuenta bancaria emocional ya está casi colorada. Objetivamente, eso es una injusticia: estamos, por decir lo menos, juzgando al libro por la portada; pero siendo el nuevo gobierno una vez más color rojiamarillo (con tintes rojiazules, entre otros) aunado con el desencanto que vivimos como sociedad para con la política en general lo hacen también un triste pero innegable hecho. Es como casarse estando peleado de antemano con el novio. Ante estos hechos, ¿qué puede hacer el novio, digo, el gobierno? Según la analogía, debe depositar. Veamos.
En el fondo todo se resume en la confianza. La confianza es el aceite que lubrica las relaciones. El gobierno debe apresurarse a generar confianza, depositando a favor del pueblo que lo puso en el poder. En este sentido, el “timing” es crucial. De nada le vale al novio el planear ahorrar por tres años para entregarle a la novia el “anillo soñado” si no le entrega al menos flores durante las primeras semanas y no la saca a cenar de vez en cuando: se va a cansar la novia con tan larga espera y puede que le revienten el anillo en la cara. Esta situación, en jerga de Gerencia de Proyectos, se traduce en que tenemos dos “drivers” esenciales para el proyecto 2018-2022: el tiempo y la satisfacción de los interesados. En este sentido, iniciativas como los proyectos TOPICS (ataque a los cuellos de botella por parte del MOPT) son excelentes, pues generan resultados rápidos a corto plazo. Otro buen ejemplo de “flores” para la novia (el pueblo) son los mega-operativos policiales: son prueba rápida de “amor correspondido” de parte del gobierno. Pero con todo y lo bueno que son estos esfuerzos, no bastan. Deben implementarse otras iniciativas ganadoras a corto plazo que oxigenen la relación, extendiendo el enfoque a los otros cinco ejes establecidos por el Sr. Presidente: educación, salud, ambiente, empleo, déficit fiscal. Todo ello mientras se cocinan los grandes esfuerzos que deben saldarse a mediano plazo (diríamos, antes del siguiente cambio de mando) y a largo plazo (más allá de ese periodo). Por ejemplo, en el área de infraestructura, el gobierno debe fijarse un plazo para la inauguración de Circunvalación Norte (un objetivo a mediano plazo) y otro para el tren interurbano (mediano-largo plazo). En cuanto a seguridad, debe fijarse un plazo para detener las negativas tendencias en violencia social (homicidios por cada cien habitantes y otros). Omito por trillado el tema fiscal, pero ciertamente gravita alrededor de todo lo demás como un espíritu chocarrero con sede oficial en Cuesta de Moras.
Concluyo: la confianza lo es todo. Gran parte de los problemas de gobernabilidad, productividad y eficacia de la gestión pública se deben a una ya crónica desconfianza entre todas las partes (pueblo, líderes, empleados públicos, empresa privada, etc.). Por ello, un sabio manejo de los tiempos y de la naturaleza de los proyectos a lanzar y gestionar durante cada año del mandato podría ser un principio rector de altísimo valor para el nuevo gobierno y para nuestro país: le deseamos suerte al Sr. Alvarado y su equipo, al final, su suerte es la nuestra… estamos todos en el mismo barco.
Este artículo fue publicado en el diario digital CRHOY el 26 de mayo del 2018 – link.
“Cuando la confianza es alta, la comunicación es fácil, instantánea y efectiva ” – Stephen Covey