Foto: Rabo de Nube
¡Hola! Estaba pensando cuál debería ser el texto que acompañase a esta a un tiempo humilde e inspiradora fotografía, y vino a mi mente la canción “Rabo de Nube”, por Silvio Rodríguez. Nada más que decir: que sea el arte del cantautor (video y letra más abajo) nuestros compañeros al disfrutar de esta poética escena, la cual capté hace poco desde el mismísimo frente de mi casa.
Ánimo,
Fernando
Rabo de Nube (Silvio Rodríguez)
Si me dijeran: pide un deseo
Preferiria un rabo de nube
Un torbellino en el suelo
Y una gran ira que sube
Un barredor de tristezas
Un aguacero en venganza
Que cuando escampe
Parezca nuestra esperanza
Un barredor de tristezas
Un aguacero en venganza
Que cuando escampe
Parezca nuestra esperanza
Si me dijeran: pide un deseo
Preferiria un rabo de nube
Que se llevara lo feo
Y nos dejara el querube
Un barredor…
Escapando de la cárcel del Egoísmo
Introducción
He tenido una idea. Vaya, vaya, me dirán, ya era hora. Supongo que no será muy novedosa pero en lo que me permiten captar mis limitadas entendederas, su directa y clara exposición sí aporta valor. Al menos facilita un nuevo punto de vista y eso ya es algo, especialmente ahora que estamos iniciando un nuevo y ya probadamente agreste año (la toma del Capitolio estadounidense es solo una muestra de lo que se avecina). Sin más dilaciones, mi idea es que la Historia – sí, con mayúscula, pues me refiero a la Historia de Todos, la Historia de la Humanidad – no es sino un Escape. Así es, un escape de una cárcel muy particular, pues en esa cárcel somos simultáneamente prisioneros y carceleros. Es la Cárcel del Egoísmo, antigua como la Humanidad misma, la más severa de las prisiones.
Ying y Yang
Comienzo por decir que la lucha individual y personal contra el egoísmo está suficientemente diseccionada – un excelente ejemplo es el libro “Ego is the Enemy”, por Ryan Holiday (lo recomiendo encarecidamente, así como las otras obras del mencionado autor). Más mi perspectiva en este pequeño ensayo es que la Historia de Todos puede ser también comprendida como un esfuerzo grupal para escapar del Egoísmo. Es una odisea conjunta a través del tiempo y el espacio, a través de geografías y generaciones. Es un viaje construido a traves del agregado de nuestras decisiones individuales – las elecciones políticas son el ejemplo más obvio y quizás el más importante. Y es que nuestras decisiones gravitan siempre entre dos polos diametralmente opuestos. A saber, el primero apuntando únicamente a acaparar, monopolizar, acumular. Es la fuerza del “Yo”, ciega al exterior y al Prójimo, en toda la magnitud de esta palabra. En diametral oposición, nos hala la fuerza del “Nosotros”. Es lo que nos impele a buscar puntos en comun, a la tolerancia y la empatía. Es ese magnetismo que nos atrae hacia los demás, hacia afuera, a ponernos en los zapatos ajenos. Y así gravitan nuestras vidas, danzando atraída por estas dos fuerzas, Ying y Yang del Espiritu Humano.
La Historia como un Agregado
Ahora bien, el balance neto de nuestros actos como Humanidad es lo que construye la gran línea de tiempo que caracteriza nuestro andar como especie. Postulo que la Historia puede interpretarse como la lucha colectiva por alcanzar una masa crítica de consciencia (o quizás de inconsciencia) global que nos permita comprender lo anteriormente expuesto: nuestro futuro es uno y uno solo: al final, no existen los “demás”. Lamentablemente, la travesía no es lineal ni mucho menos y avanzamos con pasos temblorosos las veces, reculando en ocasiones, cayendo en largas pausas en otras. Esa es la Historia, una amalgama de Guerra y Acuerdo, de Nacionalismo y Apertura, de Enfrentamiento y Cooperación, de Conflicto y Abrazo. Sin embargo, tengo la convicción de que con todo y todo, la tendencia general es positiva y algún día esa masa crítica de empatía global se alcanzará. Esta masa crítica de consciencia como Humanidad sería entonces el equivalente humanista, léase no teológico ni cosmológico, al Punto Omega que expusiera Teilhard de Chardin en su ambiciosa obra. Sobrevendrá entonces una etapa de prosperidad y paz, no solo para nosotros, sino para el planeta.
Conclusión(es)
No me cabe duda, amigo lector: la Nuestra es una ardua odisea que nos aleja tortuosamente de la prisión del Egoísmo. Al elevarnos al nivel de “ojo de pájaro”, los “Mejores Ángeles de Nuestra Naturaleza” que acuñaba Steven Pinker van ganando la batalla. Es nuestro deber ayudarles: todo aquello que “huela” a imponer el “Yo” y lo que este crea, supone o representa – llámese Nacionalismo, Fascismo, Racismo, Xenofobia debe ser rechazado. Patriarcado, Misoginia, Etnocentrismo, Chauvinismo, Discriminación. Antropocentrismo, Prejuicio, Estereotipado, Plutocracia, Nepotismo, Clasismo. Clientelismo, Dogmatismo, Feudalismo, Corrupción, Homofobia. Todo eso debe ser repelido individual y socialmente. Todas esas ideologías y aberraciones abrevan de una mismo cenagal llamado Egoísmo. No son sino manifestaciones sociales de la misma reconcentración en el “Yo”. ¿Qué es el Nacionalismo sino un coro de “YO soy de este lugar y usted no”? ¿Qué es el Racismo sino un coro de “YO soy de este color y usted no”? ¿Qué es es la Homobia sino un coro de “YO tengo este gusto sexual y usted no”? ¿Qué es el Clasismo sino un coro de “YO tengo tanto capital y usted no”?
No quiero dejar de destacar de entre la lista de los mencionados descarríos al Antropocentrismo, por su naturaleza sutil y eterea. Porque esta absurda creencia, esta ingenua idea de que por alguna feliz coincidencia (para nosotros los humanos, por supuesto) somos los únicos dignos de atención moral y la medida de todas las cosas, dueños y señores de la creación es simplemente nefasta. Podemos repetir la fórmula anterior para evidenciar la farsa: ¿Qué es el Antropocentrismo sino un corto de “YO soy humano y ustedes no”? Supuestamente, somos dignos de hacer y deshacer a nuestro placer: una de las más calamitosas manifestaciones de ese Egoísmo: el Cambio Climático y el Maltrato Animal son solo dos ejemplos de sus consecuencias. El empoderamiento que esta idea recibe a través de diferentes corrientes religiosas – el judeocristianismo en particular – la hace aún más peligrosa: es casi un supuesto, un “hecho juzgado”, un cimiento de arenas movedizas donde hemos construido toda una catedral de ulteriores sandeces.
Pero bueno, para cerrar con una nota más positiva, reitero lo ya afirmado: el balance neto, la tendencia generación a generación, es positiva. Este es un nuevo año y la pandemia que asola al mundo cederá pronto. Ayudemos con lo que está dentro de nuestro limitado círculo de influencia para que triunfe la empatía, la solidaridad y la fraternidad. Amigos, aceleremos la huida de la prisión del egoísmo.
Un abrazo,
Fernando
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No, a year is not equivalent to 365 days (that is, project-wise).
I hope that through the title I already have your attention: it´s a bold statement, I know. Still, my point is not driven from a post holidays´ bad hangover or an astronomical delusion. Because yes, the 2021 gregorian calendar has 360 days to go (five gone by now), but this is more sort of a reminder, a call for awareness for decision makers, namely C-Suite, Executives, Managers, PMs etc. now that we are opening the 2021 cycle. In the following paragraphs I´ll explain myself, so bear with me.
For starters, unless your projects run in the same way as your operations (24×7), we are tricking ourselves from the very beginning of our planning exercise: most of us have a deep, almost subconscious assumption (sort of a collective verbal agreement) that concurs that the project has 365 days per year to exploit. Well, that is normally not the case. Let´s start with the ends, I mean the weekends. I have done some research (my data sources are Wikipedia and ourworldindata.org) and assuming Saturdays and Sundays are off and 52 weeks per year in average, then we got 104 days less. After adding the average number of paid holidays (11 is a rounded average worldwide, 13 is the mode), the result is that we loose about 34% of the year calendar days due to weekends and holidays. That leaves us with approx. 240 days to go. Still, if we examine this count from a realistic perspective, we must consider that the last weeks of the year are quite low productive, as the first one usually is. So I dare to say that the real result of this initial filtering exercise leaves us with about 230 or 225 days to produce whatever deliverables are expected. But wait, there is more…
The aforementioned 225 available days need to have paid vacations deducted as well. Now, leave-time varies a lot across countries & legislations. Let´s again use statistics as our allies: world average paid-day vacations based on a five-days work week is 16, and the mode is 20 (source: Wikipedia, these final aggregated numbers were calculated by Fernando). So now we are down to about 205 days to work. Is this the magic number? No, there is always a catch
The 205 days are also a mirage: this number is not accounting for sick, grief and other type of leaves, not to mention travelling days if your endeavor implies such needs. So at the end, I believe we have circa 200 days to go per individual, per calendar year. For the sake of keeping it short & sweet, I am not going in detail about historical trends on leave days. Let´s just mention that diminishing working hours is a historical fact and that 4 days work week is one of the big topics of our time: “experiments” on this idea are happening as we speak. All that being said, and for the peace of your minds, the translation of the work days into work hours provides some relief, especially now that work-from-home is ubiquitous and extended working hours are a new normality: to what extent this simultaneous trend counters/balances the day availability reduction is yet to be assessed as the post-COVID era matures.
As a conclusion, I want to leave you with three ideas in mind: first, if your projects run on a 5 work days week basis, you have in fact about 200 work days per year to go (in other words, you loose 45% upfront!). Secondly, if time is of the essence (and according to my experience, it always is) we should consider for budget to work during Saturdays and/or double or triple shifts and/or a follow-the-sun tactic. A buffer for delays should be embedded into the plan as well. And then last but not least: at the end, our results depend not so much on calendars but on productivity. The point is simple: one truly devoted, focused hour – not to mention a day of undivided attention – produces more relevant outcomes than hours of “multitasking” and mediocre efforts. So let´s strive to be human and deal with one thing at a time – the correct one, the current priority – with all our capabilities and skill in this brand new 2021.
My sincere best wishes to you and your kin, may this new cycle around our star be more productive, focused, happy and healthy for all Humankind.
Fernando
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