Buscando Inspiración (Musas de vacaciones)
Me senté con una olorosa taza de café caliente y una ingente necesidad de escribir. De escribir algo. Hace ya un buen tiempo que llegué a una conclusión: para ser un ser humano completo necesitamos un balance entre el volumen de información que consumimos y la cantidad de artefactos que creamos. No somos Homo Sapiens si lo único que hacemos es atracarnos con videos, audios y texto: Y nótese que no entro en el temazo de la calidad de ese consumo (vaya, que no es lo mismo leer a Tolstoi que ver quince horas de videos de treinta segundos en TikTok). Para efectos de este comentario, lo que estoy diciendo es que debemos balancear nuestro tiempo consumiendo información versus nuestro tiempo analizandola, sintetizandola y últimamente generado nuestras propias opiniones y productos.
Pero… divago. Les decía que me senté a escribir y me quedé trastabillando en el teclado. No había por donde. Dos líneas por aquí y “backspace”. Tres palabras y “delete”. Resbalón. Pifia. Nada. Las ideas flotaban con vaguedad en mi cabeza. Mi ánimo vacilaba entre la alegría que inpira el cálido sol que hemos esperado tras semanas de lluvia y la estoica aceptación de tantos sucesos que, no por lejanos, son menos sombríos. En medio de estas fluctuaciones no se puede hilvanar pensamientos. Es como tratar de vestirse para este mes en el cual llueve a ratos, luego hace sol, y viene luego el viento, seguido de frío y de nuevo calor. Misión fallida. Con estos juegos del espíritu la mente no sabe cuál tecla presionar. Me quedé colgao en las alturas… Y me surgió la pregunta…
Dijo Edison que el genio era 99% transpiración y 1% inspiración. Pero sin ese 1% estamos fritos: la sudoración es asunto meramente de antitranspirantes. ¿De dónde viene la inspiración? ¿Qué extraño influjo produce una sinfonía, una novela, un diseño o una pintura? ¿Qué o quién motivó a Miguel Ángel, a Mozart o a Dostoyevski? ¿Será algo etéreo, algo místico en nuestra naturaleza? ¿Será más bien un algoritmo, una especia de inteligencia que no por ser natural deja de ser programática- un “LLM” o “GPT” que automáticamente busca la siguiente palabra, la siguiente nota, la nueva idea que mejor se vincula con la anterior? ¿O será esta la prueba última de que hay algo más que nos susurra al oído, acaso los mejores ángeles de nuestra naturaleza; entes ajenos que sutilmente siembran las semillas de nuestras ideas, anhelos y sueños? ¿De dónde vienen esas visiones en nuestras cabezas? ¿Serán nuestras al menos?
No lo sé. Lo que sé es que hoy, parafraseando al Nano, “No hago otra cosa que pensar en ti / Nada me gusta más que las reflexiones / Pero hoy las musas han pasa’o de mí / Andarán de vacaciones. “
Un abrazo,
Fernando
A veces pienso que…
[Un (intento) de poema original]
A veces pienso que yo pienso
Que los vivos no están vivos
Que los muertos no están muertos
Que en este, el único instante
No hay de estos ni de aquellos
Que mis hijos te redimen
Que tus hijos son mis verbos
Que solo soy porque tú eres
Que no hay horas, ni desiertos
Que la vida es antesala
Que somos solo los recuerdos
Que lo único que importa…
es que otros gocen, de la sombra…
…de los árboles, que siembro.
Fernando
Agosto 2022
Foto: Ladrillos de un Recuerdo / Photo: Bricks of a Memory
VERSIÓN EN ESPAÑOL / ENGLISH VERSION BELOW
La foto fue capturada con la cámara en automático, pues literalmente tuve que “lanzarme” de mi automóvil para no perder la ocasión: se hizo válido aquello de “darle importancia al momento”, supongo. Luego, la imagen fue procesada con algunos filtros digitales para realzar la irresistible y dulce nostalgia que naturalmente transmite.
Y es que, no sé a ustedes, pero estos viejos ladrillos, apilados como trozos de un pasado en donde fueron más útiles, me hacen respirar un aire de un tiempo ya ido. Parecen ser lo que queda de un lugar difuminado en un recuerdo sin forma. Esas antiguas tejas, recostadas por el cansancio de tantos soles, parecen descansar tras eternas jornadas. Es forma en potencia, trozos de un recuerdo, vestigios de una era.
Es “saudade”, como dirían mis amigos brasileños. Me recuerda la canción “Linger”, por “The Cranberries”. Se las comparto abajo además.
Un abrazo,
Fernando
ENGLISH VERSION / VERSIÓN EN ESPAÑOL ARRIBA
This shot was captured with the camera in auto mode: I literally had to jump from the car in order to seize the moment. Later on, I processed it through a series of digital filters, just to emphasize the irresistible, sweet nostalgy that the image conveys.
I don´t know about you, but these old bricks, sitting there like pieces of a past in which they played a much more important role, transmit the air of a time long gone. They are the memory of a past mutated into a shapeless pile. The old tiles, tired, leaning on the wall after endless days, fill up the delicate picture. Pieces of a lost era.
This is “saudade”, as my Brazilian friends would say. It also reminded me of “Linger”, by “The Cranberries”, song I share with you below.
Warm regards,
Fernando