El Shock del Presente / Present Shock
VERSION EN ESPAÑOL (ENGLISH VERSION BELOW)
¿Ha escuchado Usted el término “ICE-ed”? Pues significa “Internal Combustion Engine”-ed, un juego de palabras en inglés que podríamos traducir por “Congelado por el Motor de Combusión Interna”. Se refiere a un grotesco comportamiento, donde los dueños de grandes camionetas y pickups estacionan deliberadamente en los espacios de recarga para vehículos eléctricos. Se trata de bloquear el acceso al punto de carga a los dueños de autos Tesla y similares. Pues sí, créalo o no, en los Estados Unidos, este asunto se está convirtiendo en un serio problema. Si lo pensamos un momento, este comportamiento no tiene sentido alguno. Es más bien un acto de odio puro que no aporta nada más que envilecimiento al que lo hace. Sin embargo, es muy ilustrativo de nuestra época actual. Veamos.
Postulo que el “ICE-ed” es una encarnación, diríamos el símbolo de la agitación social que estas primeras décadas del siglo 21 representan para la Humanidad. Para efectos de simplificar el argumento, diremos que lo que estamos observando es el choque de dos entidades que, más que colectivos sociales, son representantes de épocas & sus posturas existenciales. Tenemos por un lado a un grupo que, en mayor o menor grado, está abrazando el cambio cada vez más acelerado propulsado por la ciencia y sus derivados: la tecnología, la globalización y las comunicaciones mundiales. Los dueños de autos eléctricos son la encarnación de este clan. Ahora bien, este colectivo no es ni mucho menos algo estable u homogéneo y hay grados en el nivel de aceptación tecnológica, por no mencionar una progresión en la tolerancia de diferentes fenómenos sociales por parte de sus miembros – “modernidad líquida”, nos advierte Z. Bauman. Me refiero a las complejas relaciones con grupos minoritarios (eg, LGBTI, otros credos); el sentir para con las migraciones y otros fenómenos sociales. Sin embargo, en general podemos caracterizar a este primer colectivo como aquellos que aceptan el cambio y son capaces, en mayor o menor medida, de navegar las nuevas demandas sociales, incluyendo la evolución del mercado laboral y la creciente mezcla cultural. A riesgo de contradecirme con anteriores artículos y de saltarme un par de advertencias de Hans Rosling (no deje de leer “Factfulness”, su obra póstuma), podríamos etiquetar este “macro-clan” con los títulos de adaptables, progresistas, tolerantes. Son los “Anywhere” que brillantemente caracterizó David Goodhart, a la altura de las demandas de los tiempos. Y por tanto, los que abrazan – con mayor o menor beneplácito – nada menos y nada más que el FUTURO.
Por otro lado, tenemos al segundo colectivo. Los conductores de camionetas que practican el “ICE-ed” son la postal perfecta de este clan. Defienden posturas, ideas y hasta tecnologías del ayer. Algunos síntomas asociados a esa postura son los nacionalismos, fascimos, machismos, xenofobias, patriarcados… Un perfecto ejemplo es el mencionado odio hacia los autos elécticos y los ataques “ICE-ed” (¿que tal si bautizamos esa irracional antipatía como “amperofobia”?). Ahora bien y consecuentemente con lo anteriormente expresado, este grupo no es tampoco una entidad estable u homogénea, y sus integrantes manejan con varidos grados diferentes síntomas, pero en general son aquellos que se orientan más hacia el PASADO. Son los “Somewhere” de Goodhart. Un buen ejemplo, tal y como lo identificó Yuval Noah Harari, es el slogan de “Make America Great Again”, el cual podríamos “traducir” en “Make America 60s Again”. Sí, “take it back to the good ol´ times”, cuando los empleos eran estables y para toda la vida, la sociedad era predominantemente “blanca” y era fácil identificar a los “buenos” y los “malos”.
Estas dos posturas existenciales – una que apunta fundamentalmente al mañana y otra al pasado – entran casi naturalmente en conflicto. Los políticos y medios lo saben y lo explotan. Lamentablemente, los objetivos de esos supuestos “líderes” no son alcanzar acuerdos y soluciones sino más bien ganar votos, fondos, adeptos y ratings; por lo que exacerban las diferencias y animan al choque frontal e irreconciliable en torno a temas cruciales, como la mencionada inmigración, el cambio climático, economía, etc. sin importar plazos o consecuencias.
Y bueno… el escenario arriba descrito no es lo que se diría optimista. Sin embargo, me atrevo a retar esa percepción. Esto porque los HECHOS expuestos por Steven Pinker (leer “En defensa de la Ilustración”) y del mencionado Rosling (“Factfulness”) comprueban sin lugar a dudas el continuo progreso de la Humanidad en cualquier parámetro que a Usted pueda ocurrírsele (cantidad de guerras, personas en extrema pobreza, hambrunas, enfermedades, muertes en catástrofes, etc.). Entonces, ¿cómo entender este enigma, en donde el mejor de los tiempos -el presente – parece ser a la vez el más conflictivo? Postulo tres razones para ello. Primeramente, el ruido de los medios: tal y como lo han dicho tantos otros autores, los medios viven del rating, y la atención del público se consigue con lo excepcional, con la tragedia, con los temores y el amarillismo. Ningún noticiero publicará que no hubo hoy un terremoto en San José o cero catástrofes aéreas en todo el mundo este mes. Aunado a esto, las modernas telecomunicaciones sirven como caja de resonancia para cada evento reportado a nivel mundial. En segundo término, el inexorable ascenso de Oriente como el nuevo gran eje del poder mundial. Créame, es cuestión de simple demografía, porque 4 de los 7 billones de personas que viven hoy moran en Asia. Y para el año 2040, 5 de los 9 billones habitarán ese continente. India y sobre todo China serán el “centro de masa” del mundo desde cualquier perspectiva que a Usted se le ocurra. Estados Unidos y Occidente no dejarán fácilmente el “trono” del poder mundial, y las escaramuzas y roces son ahora la nueva constante: nadie quiere “perder el balón” así no más. Estos son tiempos de cambio.
Y finalmente, se me ha ocurrido una idea que supongo es el aporte fundamental de este pequeño ensayo. Vislumbro la posibilidad de que estemos llegando a un punto de inflexión en la historia, pero no en el sentido del “Fin” a lo Fukuyama, sino más bien de alcanzar una “velocidad de escape”. Recurro a continuación a una analogía para explicarme: durante la II Guerra Mundial, cuando los cazas alcanzaban velocidades cercanas a la velocidad del sonido (0.7 Mach o más), se volvían ingobernables: los mandos de vuelo no respondían, había grandes vibraciones y parecía que el avión iba a saltar en pedazos en pleno vuelo, era como si la nave se estuviera estrellando contra un muro invisible. La única manera de ganar de nuevo el control era bajando la velocidad. Postulo que es esto lo que nos está ocurriendo: el ritmo del progreso ha aumentado tanto que nos estamos aproximando a una velocidad límite, a una “Barrera del Hombre” equivalente a la “Barrera del Sonido”. Las vibraciones y el descontrol al acercarse a esta barrera son tales que se encienden los miedos y alarmas en el mundo entero: se hace tentador aminorar o detener la marcha, o mejor aún, regresar a un pasado que entendíamos y “controlabamos”: no vaya a ser que nos explote el planeta en pedazos si seguimos como ahora. Más el reloj avanza en una sola dirección y, a mi parecer, debemos diseñar un nueva nueva “aeronave” capaz de cruzar y dejar atrás las ondas de choque del presente. Una nueva sociedad capaz de atravesar esa “Barrera del Hombre” y llevarnos a un futuro (¿casi?) ininmaginable. Debemos soñar como Humanidad con un nuevo orden mundial, en donde entidades como Naciones Unidas, el Banco Mundial y otros derivados de la II Guerra Mundial, de Bretton Woods y de la mente de Mr. Roosevelt tengan una “re-ingeniería” total; algo así como un modelo 2.0 para la gobernanza global. Además, debemos re-pensar el modelo de contrato social vigente para adecuarlo a un mundo en donde las máquinas y la inteligencia artificial (AI) apuntan a cambiar la naturaleza misma del trabajo o quizás a eliminarlo del todo, con las implicaciones económicas y sociales que esto conlleva (¿impuestos a las máquinas, como sugirió Bill Gates? ¿Ingreso Básico Universal – UBI – como propugna E. Musk y tantos otros?). Debemos también de salvar al planeta del cambio climático. Estos puntos solo para comenzar, por no mencionar una visión a largo plazo en donde la Humanidad se convertirá en una raza multiplanetaria, con colonias permanentes en Marte, la Luna y más allá; un futuro en donde se avizora un control total de la genética y tal vez de nuestra expectativa de vida.
Me dirá Usted que estoy divagando, soñando con los ojos abierto: yo respondo con Lennon que “You may say I´m a dreamer, but I´m not the only one“. Lo innegable es que los modelos del pasado no están a la altura de los retos del presente, por no mencionar los tiempos que vivirán nuestros hijos. Por ellos, hagamos el doble esfuerzo de SOÑAR y PENSAR. Esforzarnos por encontrar respuestas a cuestiones tan difíciles como “hacia adonde apunta mi mente”, “hacia donde se dirige mi país”, “cómo puedo ayudar a hacer de este lugar un mundo mejor” y ante todo “qué mundo quiero heredarle a mis hijos”.
Éxitos en este año 2019… y, como diría Buzz Lightyear, ¡To Inifinity and Beyond!
Fernando
ENGLISH VERSION
Have you heard the term “ICE-ed”? Stands for “Internal Combustion Engine”-ed. It refers to a grotesque behavior where the owners of big SUVs and trucks deliberately park their vehicles occupying electric vehicles charging spots in order to block access to the charging service. Attacks have been particularly fierce on Tesla owners. Believe it or not, this is currently becoming an issue in the US. If we stop and think on it for a moment, it doesn’t makes any sense. It is an act of pure evil that will accomplish nothing. Still, it is a nice depiction of our era. Let´s see why.
I state the the “ICE-ed” phenomenon is the incarnation, the symbol of the social convulsion that the first decades of the XXI century are representing to mankind. For the sake of simplicity and argumentation, we can envision modern society as the noisy clash between two entities. Two entities that, more than just social colectives, are representatives of eras & their associated existencial perspectives. On one end there are the ones embracing the speeding change which is throttled by science and its derivates: tech, globalization and telecommunications. E-car owners are the avatars of this group. Now this group is not a stable or homogeneous collection of individuals – there are infinite levels of tech acceptance, not to mention the progression of steps toward social phenomena like, for example, LGBTI minorities, races, religions and migrations. So let´s be careful, this is a “modern liquity” as per Z. Bauman. Nonethless, in general, this group can be characterized as those that embrace change and are capable of navigating the demands of the new society, including the labor market evolution and the increased cultural and ethnic blends. Thus risking falling in a contradiction with prior posts and with due respect to Hans Rosling (do not miss “Factfulness”, his last book), we can tag this global clan with the titles of adaptive, progressive, tolerant. These are the “Anywhere” brilliantly depicted by David Goodhart. These are the ones embracing – with more or less disclamers – nothing else but the FUTURE.
On the other side we got a second clan. Pickup owners doing the “ICE-ed” thing are the perfect “postal card”. They defend postures, ideas and even technologies from the past. Some symptoms associated to this existential/time perspective are nationalisms, fascisms, xenofobia, patriarchy. Again, the perfect example is the hate against e-cars and “ICE-ed” attacks (shall we baptize this irrational antipathy as “amperophobia”?). Now and in congruence with above´s statement, this clan is not a stable, homogeneous or standardized entity. People belonging to it express different symptoms and in different degrees. Still, in general these are the ones pointing more toward the PAST. As identified by Yuval Noah Harari, an excellent example is the “Make America Great Again” slogan, which can be translated to “Make America 60s Again”. Yep, “take it back to the good ol´ times”, when jobs where stable, manufacturing was done in America, society was white and “good guys” and “bad guys” were evident.
These two existential postures, one pointing toward tomorrow and one toward yesterday, naturally collide. Politicians and media know this and harvest the conflict. Sadly, their goals & objectives are not about reaching agreements and getting to solutions. They are hunting for votes, funds and ratings. Thus, they “throw gasoline to the fire”, pushing toward frontal collision on crucial topics such as immigration, climate change, economics, etc. with no real concern on consequences and deadlines.
Hmmm, the above depicted scenario is not a positive one. Yet, I dare to challenge that perception. Why? Because of FACTS – it´s a matter of evidence. Numbers, graphics and analysis by Steven Pinker (“Enlightment Now”) and the very Rosling (“Factfulness”) prove – to no doubt – that Humanity is progressing in any possible parameter you can think of (wars, povety, famine, sicknesses, etc.). An enigma immediately arises: how is it then possible that the best of times – the present – seems to be the most troubled one? I propose three reasons for it. First, the noise by the media. Media lives by rating, and the public´s attention is captured with the exceptions, the tragedies, the fears and sensationalism. No journal will publish a story stating “no plane catastrophes in this month” or “no wars currently at Canada”. Empowering this behavior, modern telecommunication provide a global resonance effect to any event around the globe. Secondly, we have the inexorable climb of Asia as world´s superpower. Believe me, it is a matter of simple demography. 4 out of the 7 billion currently alive human beings reside in Asia. And for the year 2040, it will be 5 out 9. India and especially China will be the centers of power of the world, regardless the perspective (with the possible exception of pure military/nuclear capacity). The occidental world, and particularly the United States, are not willing to easily let their dominant position fade. The noise and frictions we are seeing now is the new normal – these are times of change. The king is dead… long live the king!
And finally, I have come to an idea which I guess is the real value added from this little essay. I foresee the possibility that we are reaching an inflection point in History, but not in the sense of an “End” as per Fukuyama, its more about reaching an “escape velocity”. Let me use an analogy to explain myself: during WWII, when planes reached speeds close to the speed of sound (0.7 Mach or above), curious things happened. Flight instruments didn´t respond, powerful vibrations appeared and the entire aircraft looked like exploding, like hitting a wall. The sole way to gain control again was to lower the speed. I suggest that this is precisely what is currently happening: we are coming close to a speed limit, a “Humankind Barrier” similar to the “Sound Barrier”. The vibrations and the the lack of control are tempting: shall we slow down? Perhaps stop or even go back? We better, else the entire planet will blow in pieces… But the clock ticks on a single direction and, to my best understanding, we need to design a new “airplane” capable of crossing the barrier. A global society that can leave the shock waves of the past behind and carry Humankind into an (almost?) unimaginable future. We must dream as a race of a New World Order, were entities such as the United Nations, the World Bank and other derivatives of Bretton Woods, World War II and Mr. Roosevelt´s mind evolve to embrace a more diverse and inclusive world – a total re-engineering of the world´s governance. We must re-think the social contract and adapt it to a time when machines and AI will mutate the concept of work – with all the implications to this (taxes to machines, as per Bill Gates? UBI as per Elon Musk and other?) We must save the planet from human-caused climate change. These points just for starters, not to mention a long term vision were Humanity will become a multi-planetary race with permanent colonies in Mars, the Moon and beyond; a future where we have full control of genetics and the genome and perhaps of our lifespans.
You could say I am dreamer… but I am not the only one. And it is undeniable that the models of the past are not the best for the current days, not to mention the times of our offspring. Hence, let´s make a double effort to DREAM and THINK. Let´s strive to find answers to questions such as “where does my mind points to”, “where is my country heading”, “how can I make of this a better place and above all, “what kind of world do I want to inherit to my sons and daughters”.
Paraphrasing Buzz Lightyear, all the best to you in this year 2019… and beyond!
Fernando
Un mundo distribuido: la Tercera Revolución Industrial (libro)
La lectura del libro “The Third Industrial Revolution: How Lateral Power is Transforming Energy, the Economy, and the World” (Rifkin, 2013) conduce a una serie de reflexiones sobre el mundo que nos espera a 30 años plazo y su impacto en el contexto costarricense. Por “mundo distribuido” entiéndase un mundo interconectado en todas sus dimensiones: una verdadera red de redes que fomenta la descentralización, la multiplicidad y el compartir y colaborar. La expresión anterior invita inmediatamente a pensar en internet, pero hay otros factores a considerar. Rifkin propone cinco pilares para la 3ra Revolución Industrial: 1. El paso a energías renovables 2. La transformación de todos los inmuebles en plantas de producción eléctrica 3. La popularización de sistemas avanzados de almacenamiento de energía 4. La transformación de los sistemas de distribución de energía en sistemas inteligentes (una “internet de la energía”) y 5. La transición de la flota vehicular de los combustibles fósiles a electricidad y otras energías alternativas.
Según Rifkin, las revoluciones industriales suceden cuando se enlazan avances en telecomunicaciones junto con avances en la energía: la transformación de una sola de ellas no es suficiente. La 1ra Revolución Industrial vino de la mano de la imprenta unida a la máquina de vapor. La 2da Revolución Industrial nació de la convergencia de la tecnología radioeléctrica y el motor de combustión interna. La 3ra Revolución Industrial – y con ella, el salto evolutivo hacia un nuevo mundo más sano y próspero – acaecerá cuando se acople a la ya envolvente y avanzada informática un nuevo modelo energético: un modelo distribuido y sostenible. Esto derivará en una verdadera transformación económica, política, social y ambiental a nivel planetario, veamos:
El nuevo modelo de manejo de la información (informática y telecomunicaciones) está en franco apogeo, con tendencias como las redes sociales, la incipiente Internet de las Cosas, Big Data y otros avances. Enfoquémonos en la menos desarrollada faceta de la energía. El poderoso “lobby” de las titánicas compañías eléctricas y petroleras ha entorpecido – y entorpece aún – la marcha natural de este proceso. Con todo y todo, comienza a despuntar la nueva era: la era de la energía distribuida. La energía solar para autoconsumo es ya una realidad: los paneles y calentadores solares son cada vez más accesibles y se trabaja activamente en la reglamentación correspondiente (inclusive en nuestro país). Hace poco se alcanzó un nuevo hito de la mano de Elon Musk y TESLA: la batería “Powerwall” es el primero de una nueva generación de artefactos que permitirán almacenar y utilizar energía de manera inteligente en cada inmueble del planeta, salvando así el “astronómico” escollo de carecer de luz solar por las noches .
¿Qué podemos deducir de todo esto a la luz del contexto costarricense? A mi parecer, en primera instancia, si el Estado costarricense sigue aferrado al pasado, iremos “como el cangrejo”. Una empresa como RECOPE debería estar pensando en cómo adaptarse a un mundo cada vez menos dependiente de los combustibles fósiles. Deberían trabajar en convertirse en una entidad que apoye el uso de combustibles alternativos; así como en crear una red de carga para una flota vehicular eléctrica y auto-pilotada. El ICE por su parte debería estar pensando en cómo transformarse en un gigantesco “router” o “carrier inteligente” de electricidad, sirviendo como director de orquesta en un país con generación y almacenamiento eléctrico masivamente distribuido. El Estado como un todo debería apuntar hacia una visión a futuro congruente con esta nueva era
Y es que además de esperanzador, es asunto de supervivencia el pensar a largo plazo. Plataformas como Kiva, House-Exchange, Couch-Surfing, SharingNL y tendencias como el crowdfunding y los MOOCs son solo ejemplos muy incipientes del despuntar de una nueva era. Este es el futuro y no se detendrá, por mucho que se opongan todas las corporaciones y sindicatos del mundo. Sus esfuerzos podrán ralentizar el proceso, más los días de los combustibles fósiles y los modelos puramente verticales están contados: intentar detenerlo será tan inútil como el esfuerzo de los medios tradicionales (p. ej., casas editoriales) por destruir el nuevo modelo, “online” y “a la carta”, de distribución y consumo de libros, información y entretenimiento. Vamos hacia un mundo más lateralizado y distribuido. La Tercera Revolución Industrial cambiará para siempre el mundo: bien haríamos como país en abrazar estas nuevas tendencias y ponernos a tono con los tiempos, en vez de estar defendiendo ciega y egoístamente feudos y gollerías.