LIBRO/BOOK: “En defensa de la ilustración” / “Enlightenment Now” por/by Steven Pinker
“El libro es fuerza, es valor, es poder, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial del amor”. Rubén Darío. Poeta y periodista nicaragüense (1867-1916)
Hay un refrán que reza “quien encuentra un amigo encuentra un tesoro”. Creo que podemos hacer extensiva esa cita a ciertos libros y – por inclusión – a sus autores. Esto fue lo que me sucedió hace poco cuando, hojeando noticias en la app/revista digital (Flipboard, se la recomiendo) topé con una recomendación que hacía Bill Gates de un libro escrito por un caballero llamado Steven Pinker. El libro que recomienda Mr. Gates se titulaba “Los ángeles que llevamos dentro” (“The better angels of our nature”, título original en inglés). La recomendación del libro era tan elocuente, franca y efusiva que no pude menos que tomar nota y por alguna razón, decidí buscar el libro físico (papel) en vez del e-book (debo admitir que me debato siempre entre dos mundos, uno digital y uno físico. A veces dudo cuál será más “real”…). Pero bueno, la cuestión es que fuí a una librería local y pregunté por el mismo: la amable chica que me atendió me dijo que sí tenían el libro en cuestión y además uno más nuevo por el mismo autor: “En defensa de la ilustración”. Por razones casi inciertas (me parece recordar que pensé que su último libro debía exponer las ideas más novedosas y que también leí la contraportada), terminé comprando este último… y debo decir que no me arrepiento. Déjenme contarles a continuación.
El título completo del libro es “En defensa de la Ilustración: Por la razón, la ciencia, el humanismo y el progreso”: ¡Ambiciosa causa! Lo más encomiable es que, en mi humilde parecer, Mr. Pinker se sale con la suya y con argumentos, evidencia y una fina pluma hace la quijotada. Creo que solo un intelectual del calibre de Steven Pinker puede llevar a buen puerto un reto de esta magnitud. Valga anotar que este señor es un científico cognitivo, autor de varios otros libros que versan sobre el funcionamiento de la mente, el lenguaje, la naturaleza humana y otros temas “pesados” (ya le tengo puesto el ojo a varios). Es catedrático de psicología por la Universidad de Harvard, ganador de multitud de reconocimientos internacionales, conferencista, consejero de múltiples firmas, etc.
Pero bueno, volvamos al libro (como que no puedo concentrarme hoy, disculpe Ud…): el libro está estructurado en tres partes, comenzando con una introducción que presenta la estructura y tesis general del mismo, que no es otra que argumentar que la época actual (sí, el hoy por hoy) es el “mejor momento para estar vivo”. En otras palabras, el autor hace una apuesta estadística por el optimismo, arguyendo que el devenir histórico de la humanidad es más que exitoso y que particularmente durante las últimas décadas, desde un punto de vista estadístico y generalizado como especie que somos, hemos venido haciendo las cosas mejor y mejor. Pinker ciertamente no niega que hayan problemas y catástrofes en el mundo, pero nos brinda un nuevo y esperanzador enfoque… Esto lo hace a través del cuerpo prinicipal o desarrollo del libro compuesto por 15 capítulos (copio el listado abajo para aquellos curiosos), cada uno dedicado a una dimensión de la existencia humana. En cada capítulo presenta información: evidencia, datos resumidos en forma de gráficos. Y es que aquí está la “salsa secreta” del asunto, el enfoque que mencionaba antes: en palabras del mismo autor, si queremos tener una visión objetiva de las cosas, necesitamos “contar” (en el sentido numérico, irnos a los datos). Lo hace a través de gráficos que permiten visualizar una perspectiva histórica de cada una de esas dimensiones. Veamos un par de ejemplos:
- Paz: en estos tiempos en que los noticieros nos bombardean con imágenes de Siria y de las últimas bravuconadas de algunos gobernantes, una visión histórica de la cantidad de muertes en batallas desde 1945 a la fecha es simplemente esclarecedora: no hay una comparación vs conflictos como la I o II Guerra Mundial, Vietnam y otros conflictos menos conocidos. Una perspectiva histórica sobre los genocidios, refugiados y otros también le pone a uno una sonrisa en la cara: su reducción es evidente.
- Calidad de vida: los gráficos que muestran la cantidad de horas laborales semanales (periodo desde 1870 al año 2000), edad de retiro, costo de la luz, cantidad de horas para adquirir un electrodoméstico, cantidad de horas libres semanales y otros son también aleccionadores. Cuando vemos las cosas con una perspectiva histórica, nos damos cuenta del inmenso progreso que hemos alcanzado como Humanidad.
El libro cierra con tres capítulos en los cuales hace una poderosa defensa en favor de la ciencia, el humanismo y la razón, causales maestros (según Pinker) detrás de todo el progreso que el libro detalla a través de esos 72 provocativos gráficos y sus más de 570 páginas. Ciertamente el libro ha tenido también sus detractores, incluyendo intelectuales de renombre que critican variedad de cosas (el enfoque “estadístico” del progreso que pone en segundo lugar al individuo, la proyección ad-infinitum del progreso que sugiere Pinker, la naturaleza cuasi-aleatoria de algunos eventos incluyendo los conflictos globales, etc. etc.) Sin embargo y a pesar de todo ello, le recomiendo encarecidamente este título: nos recuerda la importancia de mantener una perspectiva amplia, histórica y de especie. Soy un convencido que muchos de los problemas de la Humanidad pueden rastrearse hata una falta de perspectiva convertida en pavorosa miopía que nos encierra en el yo y el ahora. Pero fundamentalmente lo recomiendo por ser lo que es: una inyección de optimismo puro; algo que todos necesitamos (ahora sí, como individuos) tras ver el listado de sucesos y tragedias que proveen los noticieros. Noticieros que son precisamente la perspectiva inversa – absolutamene cortoplacista, mundana, diaria y sesgada hacia el suceso y la tragedia. No sé Ud., pero prefiero ver el vaso medio lleno.
Gracias Mr. Pinker – le considero ahora mi amigo y desde mi humilde esquina, compañero de armas (mejor dicho, de pluma).
ENGLISH VERSION
“Good friends, good books, and a sleepy conscience: this is the ideal life.” ― Mark Twain
There´s a saying (and a 1981 goofy movie!) that goes “Who finds a friend finds a treasure”. I think we can extrapolate that to certain books, and by extension, to their authors. That´s what happened quite recently to me when checking the digital-magazine app Flipboard (cool one, BTW) and I stumbled upon an article where Bill Gates recommended a book written by a gentleman named Steven Pinker. Gates´praise was directed toward a volume named “The better angels of our nature”. He was so eloquent, enthusiastic and sincere that I took a mental note and instead of going for the e-book, I asked for it at a local bookstore (I must admit that I balance like a pendulum between the digital and the physical world, sometimes wondering which is more “real”…). Ahem, anyway, the kind girl from the store confirmed the availability of the book and added that they also had in stock the newest one from the same author (guess which). For less than certain reasons (destiny?) I bought the last on… and I don’t repent at all. Let me tell you why.
The book’s complete title is “Enlightenment Now: The Case for Reason, Science, Humanism, and Progress”: now that is an ambitious cause! And, in my humble opinion, Mr. Pinker actually accomplishes at least a partial win. Only an intellectual mind with his background could dare to this quixotic feat. Steven Pinker is a cognitive scientist, author of several books on the nature of the human mind, language, human nature and other dauntless topics (I already have some in my “radar”). He is a professor from Harvard, winner of many international prizes and titles, speaker, etc.
But let´s get back to our topic: the book (seems I can´t focus today!). The book is comprised of three parts, including sort of an introduction where the volume structure and the general argument is presented. This core argument is that nowadays (yes – today) is by far the greatest time to be alive, since progress has been accumulating over centuries fueled by science, humanism and reason. Pinker does not denies the existence of problems and tragedies, but he provides us a new and refreshing “big picture”, statistical perspective. This is done along the body of the volume, through 15 chapters (below the table of contents for your benefit) each one devoted to a dimension of the human existence. And in every chapter, he presents info: evidence, data summarized in form of graphs showing humanity´s performance along decades. This is the “secret sauce” of the book, because in the author´s words, if we want to have objectivity in our judgement, we need to “count” (in the sense of a numerical count, say, statistics, data). The graphics permit this in an easy-to-digest format. Let´s see a couple examples:
- Peace: in these times where the news media almost literally bombard us with images from Syria and the latest bullying from a collection of world leaders, a historic vision of the quantity of deaths in battle from 1945 to this date is truly eye opening: there is simply no comparison between the recent years and the prior decades. Just think about WWI and II, Vietnam and other. A historic review on genocides, refugee crisis and other related items are also capable of putting a smile on your face – its dropping, seriously dropping. And that is a good thing.
- Quality of Life: the charts depicting the quantity of work hours per week from 1870-2000, retirement age, electricity cost, amount of work hours needed to buy house appliances and other are also enlightening. The historic perspective is indeed a motivational thrust for anyone.
The book ends with three chapters devoted to a strong defense on science, humanism and reason, which are as per Pinker the reason behind our progress depicted through the 72 charts and 570 plus pages of the volume. Certainly, this title has also a list of detractors, including reputed intellectuals who criticize a variety of things including the statistical perspective that “forgets” the individual, the “ad-infinitum” POV on progress, the aleatory nature of some events mentioned as trends in the book, etc. Nonetheless and in spite of all that, I strongly recommend the book: I am a big fan of the historical, “big picture” view. I believe that many of Humanity´s problems can be traced to a staggering individualistic myopia locked in the “I” and “now”. But I fundamentally recommend it because of what it is: a shot of pure optimism; so much required after reading or watching the news. News that are, by definition, events biased toward tragedies and related: the other side of the coin. I don´t know about you, but I truly prefer to see the glass half-full.
Thanks, Steven Pinker: I now consider you as my friend and, with my humble help to the cause, brother in arms (I mean, in words).
Fernando
Bonus Material / Material adicional:
Book´s TOC / Tabla de Contenidos del libro:
- Part I: Enlightenment. Dare to understand!
- Entro, evo, info
- Counter-enlightenments
- Part II: Progress. Progressophobia
- Life
- Health
- Sustenance
- Wealth
- Inequality
- The environment
- Peace
- Safety
- Terrorism
- Democracy
- Equal rights
- Knowledge
- Quality of life
- Happiness
- Existential threats
- The future of progress
- Part III: Reason, science, and humanism. Reason
- Science
- Humanism.
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Photo by Nicole Honeywill on Unsplash
DataCenter Summit 2018: Game of Phones / EDGE is coming…
Intro
I had the opportunity to attend the DC Summit Latin America 2018. Let me be candid: this was my first visit to this recurrent annual event, hence my upfront expectations were truly neutral. I must admit that has changed – the quality and variety of presentations during the event is really good. In the following paragraphs, let me try to summarize an all-day event for your benefit.
So let´s start with the post title: besides the geeky reference to the famous HBO´s series “Game of Thrones” line, I am trying to reference the EDGE computing topic, which I believe was at the heart of the entire event, and the 5G wireless communication new standard (coming to a city near you really soon).
So, for starters, what is EDGE computing? In my own words, it is basically an IT infrastructure strategy in which the computing power is located near the consumption of its outputs. This strategy makes sense in those cases where the latency (the interval between the data output and its input after processing) is crucial. Examples of these situations are robotic-intensive industrial facilities (just imagine a robot waiting for input in an assembly line), hospitals (real-time tests or surgery), financial institutions, etc. Actually, as appointed by one of the presenters, Mr. Gustavo Barrantes from IBM, the EDGE computing strategy is particularly attractive to the smart cities trend, where we will see more and more sensors capturing data, including river levels, pipeline vibrations, temperature measurements, route traffic, rain, pH, electric, water, gas and data lines detailed monitoring, etc. As a matter of fact, a couple presenters pointed out that we have produced more data in the last two years than in all the prior history of mankind. BTW, an EDGE computing center should not be envisioned only as a container: other options are skids, enclosures (stand-alone rack-level systems), modular small buildings, colocation, etc.).
Humanity has produced more data in the last two years than in all the prior history of mankind
5G: a revolution is coming
Both Mr. Barrantes from IBM, Mr. Alexander Muñoz (another presenter from Grupo Electrotecnica, a major DC provider in the region) as well as the joint panel of experts assembled at the end of the event made it clear that the Internet of Things is a reality and it is coming. Its just a matter of time… or to put it in more accurate terms, of more resilient and faster infrastructure availability. That in turn translates into both EDGE computing – which we have already mentioned – and faster connectivity, particularly 5G. Let me be honest: to this point, I was not clear about the key role of 5G in the next 5-10 years. To this point, 3G, 4G, 4.5G and any other you have heard are wireless service network targeting human consumption. In other words, all the wireless service networks we have used and known up to this day are designed for human consumption. This is not the case for 5G: this network is designed to support much more than solely human-originated traffic, but machine to machine (M2M) as well (perhaps I should say Thing to Thing… some stranger than other). It is WAY faster (at least 10X), and data is compressed in more efficient ways, saving energy (quite a plus for mobile phones). Anyway, point is: the real traffic, the real burden on tomorrow´s networks will not be “we the people” (even consuming HD video), but things, all kind of things exchanging data and more data.
43% of data will move through EDGE DCs in the near future. As per Gartner, 44% of orgs are looking toward EDGE DCs.
Energy: move on!
Another interesting and recurrent topic discussed during the summit was energy (this already smells like a soup of bits, electrons and atoms: mix and stir!). Several presenters converged on similar ideas. Phil Isaak, a reputed technologist, pointed out that EDGE DCs are particularly compatible with green/alternative energy solutions, simply because of their small scale (compared to the traditional titanic DC): fuel cells, wind, solar, even immersion cooling (check out the cool tip-of-the-spear approach to submarine DCs tech by Microsoft). Mr. Isaak also commented on the fact that EDGE DCs run on their own micro-grid, which is in turn a glimpse to the future of electrical networks (check out Solar City by Tesla as an example). And speaking of energy, two representatives from the World Green Building Council attended the summit, including Juanita Alvarez (Americas Head for the WGBC), who delivered a moving speech toward the importance of improving our building global portfolio to a better energy management performance.
Conclusion
At the end of the summit (I mean, besides the social activities ;o) ) there was a discussion that I particularly enjoyed: a panel of experts who discussed the business, social, tech and economic benefits of transforming Costa Rica (country of the event) in an international hub of DCs for the Americas, similar to what Ireland has done in Europe. The SMEs perspective was positive: the fact that the country produces more than 95% of its electricity from renewable sources, the quality of the manpower and its geo location are terrific advantages. As per the panel, political push is required. On that perspective, the Vice-Minister of tech stated that the government is looking forward to have at least partial 5G coverage before the admin ends, and further coordination among local institutions is already happening. Lowering energy tariffs and further support to the IT private sector (eg, taxes) would provide more tail winds to this initiative.
Let me finish this post by re-stating my opening comment: my take after the event is quite positive, the DC Summit is an opportunity to learn, to do networking and to catch a glimpse of the future. I truly recommend the event to anyone in the IT sector; Im already looking forward for next years event.
So, cheers, chapeau for the DC Summit! See you in a new post.
Bonus material:
GRAN FINAL: Reflexiones de un PM en un mal día / GRAND FINALE: The deliberations of a PM on a bad day
Versión en Español / English version below
“Enfrentarse, siempre enfrentarse, es el modo de resolver el problema. ¡Enfrentarse a él!”. – Joseph Conrad
Si han estado siguiendo esta serie de artículos (véanse secciones anteriores I, II, III), es natural que a estas alturas del partido estén algo frustrados. Y es que la mezcla de problemas técnicos y humanos detrás de la epidemia de fallas en proyectos es apabullante: ¡En que “broncón” nos hemos metido!. Pero no estamos aquí para llorar, así que vamos valientes con el contrataque. Divide y vencerás: aprovechemos más bien que tenemos agrupados a los “enemigos” en dos subgrupos para entrarle al tema. Primero la parte de los procesos – la menos interesante a mi parecer – y luego hablemos de las personas y nuestra (valga la redundancia) absurda capacidad para el absurdo, para equivocarnos y para engañarnos. Veamos:
Cómo mejorar los procesos y la organización
Acerca de este tema (debilidades organizacionales y procesales), mi opinión es que debemos implementar un enfoque más estructurado, que nos ayude a “ordenar la casa”: salgamos del “cajón PMI”. Afortunadamente, no tenemos porque “re-inventar la rueda”: la metodología PRINCE2 del Gobierno Británico tiene precisamente esa perspectiva (no en vano se refiere a “Projects in Controlled Environments“). Rescato de ella los siguientes puntos a ser emulados en este nuestro hemisferio occidental:
- El PM como Manager: Primero que todo, la estructura organizacional debe reflejar el hecho de que el Gerente de Proyecto, léase el PM es… ¡un Gerente y punto! Eso significa que esta persona tiene las potestades y habilidades para gestionar el proyecto, pero nada más. No es el PM la persona que debe generar el caso de negocio, el project charter o quien autoriza proyectos o fases. La metodología PRINCE2 es clara y estipula tres niveles: Nivel Directivo, compuesto por un “Board” que dirige el proyecto, nivel de Gerencia (Management), al cual pertenece el PM, y el nivel de Delivery el cuál ejecuta las tareas como tales. Ese Board es quien toma las decisiones ejecutivas – es “su” proyecto, el “accountability” reside últimamente sobre el Board. Agrego de mi parte que el PM debe tener voz pero no voto en ese organismo.
- El “Project Executive”: es equivalente al “Project Sponsor” en terminología PMI, pero que ostenta un grado de involucramiento y proactividad mucho mayor. El Project Executive es algo así como un coach y guía activo para el PM y toma decisiones ejecutivas para el proyecto, pero desde un punto de vista de NEGOCIO. Podría decirse que el “Project Executive” es el “Project Sponsor” que todo PM sueña con tener: alguien que, siempre desde un punto de vista estratégico, pero que no teme “ensuciarse las manos” por y para el proyecto .
- Rescatar la importancia del “Business Case”. Los proyectos se hacen por una razón. Sus entregables y objetivos deben ser deseables, valiosos y alcanzables. Todo esto debe de estipularse claramente por escrito en el Caso de Negocio, y este documento debe ser el verdadero punto de referencia para las decisiones directivas sobre el proyecto (eg, aprobación, VoBo para la siguiente fase, Cierre, Cancelación prematura, etc.). Debe consultarse por el Board y el PM a lo largo de todo el proyecto con énfasis al inicio y al cierre del mismo.
- Definición de rangos de tolerancia para el presupuesto, tiempo y alcance, entre otros: el PM toma las decisiones en tanto no se salga de esos rangos. En cuanto la tendencia sea claramente hacia salirse del rango o bien se salga del mismo, debe escalar inmediatamente al Project Executive para recibir instrucciones ad-hoc sobre el caso en particular. Cuando las cosas se salen de control entonces el Board debe “tomar el timón”.
- Utilización de los 7 principios mencionados en PRINCE2: justificación continua / revisión continua del caso de negocio, gerenciamiento por fases, gestión por excepciones, roles y responsabilidades definidos, enfoque en los beneficios, entre otros.
- Cierre del proyecto: esta decisión NO debe ser competencia del PM. En realidad, esta es una responsabilidad exclusivamente del “Board”. En pocas palabras, el proyecto no fue una ocurrencia o idea del PM, tampoco debe ser el PM quien autorize y comunique su cierre. El PM es un delegado, un ejecutor que lleva a cabo el proyecto, pero el proyecto como tal y su enfoque dentro del negocio (la consumación de los beneficios) es un asunto del Board y de nadie más. Valga mencionar que esto aplica también para los CAMBIOS al proyecto, sean estos de alcance, tiempo o fondos.
- Implementar un Reporte de Cierre del Proyecto: en mi opinión personal, si este reporte es implementado y ejecutado de manera correcta sería entonces mucho más valioso para la organización que las (casi, casi siempre) difuntas, marchitas, inertes y olvidadas “lecciones aprendidas”. En mi experiencia, casi nunca se generan las famosas “lessons learned” y cuando sí se recolectan terminan convertidas en listados olvidados en un rincón de “SharePoint” o en un archivo de Excel. Es por eso que sugiero enfáticamente que se implemente la generación de un Reporte de Cierre del Proyecto, lo más corto y sencillo posible, en donde se indique claramente el alcance original vs el final, costo original vs final, duración original vs final, recursos originalmente programados vs utilizados y los “gaps” correspondientes así como (muy brevemente) las razones detrás de esos “deltas” o diferencias. Además, este reporte debe tener “tags” o etiquetas que permitan alimentar una base de datos (eg, tamaño del proyecto por unidad de ejecución – número de servidores, número de agentes, número de licencias, número de metros cuadrados, etc. etc.. tipo de proyecto, etc.) de forma tal que esta información SI sea accesible y de fácil consulta a la hora de lanzar un nuevo proyecto. La base de datos se convierte entonces en una verdadera referencia , un registro histórico que con hechos y evidencia demuestra cuanto es lo que verderamente tardamos en promedio en un proyecto de X cantidad de servidores, Y cantidad de líneas de código ó Z cantidad de metros cuadrados, ¿Se imaginan ustedes el valor que tiene esta información para el Board y para los que venden los proyectos? ¿Y qué tal como fuente de datos para sistemas expertos / inteligencia artificial? (véase punto más abajo)
- Finalmente, la gobernanza organizacional como tal debe mejorar. Resumiendo, la gobernanza organizacional se encarga de definir los objetivos así como las políticas (reglas) & restricciones a respetar a la hora de ir por esos objetivos. En otras palabras, la gobernanza organizacional es asunto del más alto nivel (VPs, C-Suite, Exec Board) y nada más. Es a este nivel que se crean las condiciones, diríamos el “medio ambiente” para que la Gerencia pueda operar exitosamente. En mi opinión, el PMI en el “Practice Guide for the Governance of Portfolios, Programs, and Projects” comete el error de mezclar aspectos de gerencia con aspectos de gobernanza, y por lo tanto le asigna responsabilidades de gobernanza a niveles medios y bajos de la organización. De mi parte, quedo con la tarea de estudiar el estándar ISO/IEC 38500:2015 “Governance of IT for the organization” y el estándar ISO/AWI 37000 “Governance of organizations”: debe haber una manera de “cocinar” correctamente la mezcla de gobernanza organizacional con la de gobernanza de los proyectos (quizás esto implique además el estudio del estándar ISO 21500 “Guidance on Project Management” y aún otros documentos). Creo que solo este punto amerita, en el futuro, un nuevo post…
Cómo mejorar la gestión y las decisiones tomadas por las personas
¡Ah, el ser humano! He aquí el verdadero quid de la cuestión: si tan solo fuéramos todo lo lógicos, racionales e informados que se supone que somos. Si tan solo el personal de las organizaciones y particularmente los tomadores de decisiones tomarán sentencias en función de criterios objetivos y evidencia… pero no. Lamentablemente, los seres humanos somos cualquier cosa menos eso, estamos llenos de sesgos, subjetividades y heurísticos. Errare humanum est… Siendo así, tratemos de que el sistema compense un poco nuestras faltas personales, propongo los siguientes puntos:
- Metodología de las votaciones: Las votaciones de los Boards deben ser públicas… pero no “seriales” ni en tiempo real. A lo que voy es que para evitar el sesgo mental de “mentalidad de manada”, las tomas de decisiones de organismos colegiados (Boards y similares) deben ser ciertamente públicas (cada miembro debe ser responsable de su voto ante los demás y ante la organización) PERO eso no significa que deba votarse uno después del otro y a sabiendas de cuál fue el voto de mi antecesor. El ejercicio del voto de aprobación o rechazo de un proyecto, fase, cambio, cancelación, presupuesto etc. debe ser simultáneo para todos los miembros y debe comunicarse el resultado minutos después por una figura de “secretario” o similar. De esta forma evitamos el comportamiento “de manada”.
- Veto: Aunado a lo anterior, debe existir la figura del VETO. No tengo aún claro si esta figura debería ser potestad de todos en el Board o solo de un grupo aún más selecto, pero alguien debe de poder poner al menos en pausa una idea o proyecto. La figura del Project Executive arriba mencionada es tentadora para esta atribución tan especial.
- Otras herramientas para las decisiones: Existen otras metodologías que podemos implementar para mejorar la calidad de las decisiones. Algunas de ellas son:
- “Murder Board”: este interesantísimo ejercicio mental nos propone explícitamente el ponernos en el papel del fiscal y tratar de “asesinar” a las iniciativas y proyectos. Esto es un valioso punto de vista porque en caso que todos los proyectos tengan un ROI positivo (lo cual es esperable, nadie va a proponer un proyecto que no tenga ese carácter financiero) entonces todo es apetecible. Y entonces los seres humanos caemos en la gula… no podemos decir que no: ¿cómo vamos a justificar el decir que no si tal proyecto va a redituar X cantidad de dólares y ese otro Y cantidad? Por supuesto, lo que no estamos viendo es que esos dos proyectos van a sobrecargar la capacidad de la organización y al final atrasaremos a toda el portafolio, causaran multas, problemas de calidad, fricciones con los clientes, “quemarán” al personal. etc.
- Comparación 1-a-1: se trata de poner a los proyectos a competir uno-contra-uno. Como en la Copa del Mundo, los proyectos compiten unos con otros hasta descubrir quién es el campeón, sub-campeón y en general producir un ranking.
- Mercado Virtual: excelente metodología de trabajo que nos induce – literalmente – a(y me disculpan el coloquialismo) “ap poner la plata donde ponemos la boca”. A cada representante del Board (cada Director, VP o lo que fuere) se le asigna un monto virtual de dinero y esa persona debe entonces decidir que monto va a asignarle a cada uno de los proyectos / propuestas en el pipeline. Lo que sucede entonces es que la mente pasa de modo “se vale todo” a modalidad “recursos limitados” y se dispara un proceso analítico que genera una priorización automática.
- Implementación de la metodología “Six Thinking Hats”: este método de pensamiento creado por Edward de Bono nos propone ponernos deliberadamente diferentes “sombreros”, diferentes “modos” o roles de análisis: Procesos, Hechos, Sentimientos, Creatividad, Beneficios y Precauciones. Se asumen entonces diferentes perspectivas que permiten analizar el proyecto/caso/situación desde todos los ángulos.
- Cuéntame… pero no un cuento: Para atacar sesgos mentales/cognitivos como el Anclaje y la Disponibilidad, no veo otra solución mas que, como diría Steven Pinker, contar. Es decir, dejémonos de tonterías e intuiciones y vamos a los DATOS: “gimme facts baby, facts!“. Es aquí donde la implementación y uso del reporte de cierre de proyectos y una base de datos “for dummies”, de uso fácil e intuitivo es crucial. Necesitamos SABER cuánto es lo que tarda/cuesta/demanda-de-personal/equipo en la vida real un proyecto de este tipo y este tamaño. Los datos están ahí pero no en una forma digerible: no es información. Sugiero que nos olvidemos (al menos de momento) de los cuentos y prosas de las lecciones aprendidas (las cuales, como mencioné, casi siempre solo “apilan polvo”) y vayamos directo a los números. De esta forma, si el caso de negocio o el Charter del proyecto indica una duración que supone la mitad del promedio del tipo X de proyecto… necesitaremos una justificación al respecto: no es eso lo que dice la experiencia: ¿Está usted tratando de timarnos?
- El ROI: Y hablando de hechos, evidencias, datos y números, un elemento adicional a “rescatar del olvido” es el ROI. Y digo rescatarlo del olvido no porque no se presente junto con el “Business Case”… sino porque (muchas veces) inmediatamente despúes se olvida. Vamos a ver: cuando se está manejando un portafolio dinámico y grande de proyectos, en muchas ocasiones se exige la presentación del ROI como un requisito para aprobar el proyecto, PERO:
- No se comparan los ROIs de diferentes proyectos, ni se realiza un ranking.
- No se revisa/actualiza el ROI conforme el proyecto se desarrolla (conforme cambia la duración, alcance o costo)
- Y – peccata mortalia (pecado mortal) – no se revisa AL FINAL del proyecto ni tampoco cuando el producto(s)/entregables se han implementado: en otras palabras, no sabemos si financieramente el proyecto hizo sentido o si el ROI fue nada más una linda postal presentada para cumplir con un requisito.
- Rapidez: Un criterio & parámetro adicional que puede ser agregado a los proyectos es el “speed-to-market”: en el mundo actual, la velocidad de implementación es cada vez más importante. De esta manera, proyectos “low-hanging-fruit”/”early winners” pueden tener su nicho en el portafolio/pipeline.
- No va más: Debemos “prohibir” el así llamado “one-time-estimate” de una vez y por todas. Necesitamos como mínimo utilizar el enfoque de mejor escenario – más probable – peor escenario (y la fórmula de ponderación asociada), pero lo idóneo es utilizar probabilidad / estadística y registros históricos.
- “Watson-time”: Además, creo que ha llegado la hora de darle espacio a la Inteligencia Artificial. Esto aún es incipiente pero la AI tiene la ventaja de que es un enfoque fáctico: utiliza datos y proyecciones matemáticas, no intuiciones, rezos y esperanzas. Una correcta implementación de esta herramienta puede “iluminarnos” no solo acerca de las verdaderas fechas esperadas para finalizar tal o cual fase, entregable o proyecto (proyecciones estadísticas), sino que también puede proveer poderosos insumos a la hora de evaluar la alineación de los proyectos y sus cambios con la estrategia organizacional (véase el artículo II de esta serie, en donde se menciona el top 7 de causales de fallos de los proyectos). Veo incluso una oportunidad para mejorar la comunicación organizacional (intra e inter proyecto) por medio de la AI.
Y nos vamos: cierre
No pretendo tener todas las respuestas. Tampoco estoy sugiriendo que el conjunto de propuestas e ideas arriba enlistadas sean una solución total, una “bala de plata” que acabe con este problema. Sin embargo, la mezcla adecuada de estos factores puede servir – cuando menos – como un poderoso paliativo para esta epidemia de proyectos enfermos y fallidos que nos asolan cual zombis de película de terror.
Tengo aún otras ideas en mente (entre ellas, la integración del Riesgo en el análisis), pero primero quisiera escucharles. No dejen de enviar sus comentarios o bien escríbanme a [email protected] . Einstein dijo una vez “No esperes resultados diferentes si sigues haciendo lo mismo” – pensemos entonces “fuera de la caja” y ataquemos de frente este engorroso asunto. Debemos abandonar de una vez y por todas esa visión fantástica e imaginaria en la que el PM es algo más que un simple Gerente y se le adosan funciones directivas y estratégicas, una especia de superhéroe sin capa: difiero completamente de esta idea. Hay un nivel organizacional adecuado para cada nivel de decisión. Así, el PM tiene un rol táctico y una voz sobre las decisiones globales del proyecto, más ciertamente su rol no es estratégico.
Y bueno, supongo que es suficiente: ¡He dicho! Ahora, les escucho…
ENGLISH VERSION
“Facing it, always facing it, that´s the way to get through. Face it.” – Joseph Conrad
If you have been following this series (see prior posts I, II, III), it´s totally understandable that at this time you feel somewhat frustrated. It´s just that the mix of technical and human problems is overwhelming: what a monster! But we are not here to play the cry-baby, lets proceed with a brave counterattack. So, divide and conquer: let´s seize the fact that we got the issues divided into tech and human categories. Let´s start with the process/organizational aspects and then let´s jump to the (to my taste) more interesting human side of the conundrum. Check this out:
How to improve the processes and the organization
On org and process weaknesses, my opinion is that we should implement a more structured approach that attacks the “house divided against itself” syndrome. My take: let´s jump outside the “PMI box”. Luckily, we don´t need to re-invent the wheel, UK´s PRINCE2 methodology enforces that holistic, org perspective (after all, it´s name is “Projects in Controlled Environments“). I want to highlight the following points which should be emulated in this our Western Hemisphere:
- The PM as PM: First and foremost, the org structure needs to reflect the fact that the Project Manager is… just a manager! That means that this person has the skills and authority to manage the project but that´s about it. It is not the PM the one supposed to create the business case, the project charter or the one approving projects, phases or changes. The PRINCE2 methodology is clear on this, listing three org levels to deal with three levels of concerns: Directive Level, composed by a “Board” that actually leads and steers the project, then a Management level that is concerned with tactical stuff (the PM is part of it) and a Delivery level that is executing tasks and creating deliverables. It is the board the one taking executive decisions: at the end, it is THEIR project, since accountability rests on the Board. From my end, let me add that the PM should have a voice but not a vote in the Board.
- Project Executives: Summed to the prior point, we desperately need to implement the role of the “Project Executive”, a PRINCE2 equivalent to the “Project Sponsor” (as per PMI framework), but with a level of involvement and proactivity much farther ahead. The Project Executive is sort of a coach and active guide for the PM and actually takes executive decions for the project, but this person has a BUSINESS vantage point. We could say that the the Project Executive is the Sponsor that all PMs dream for: someone who, with a strategic and business perspective, is always willing to take decisions and actually “get the hands dirty” in order to make the project succesfull.
- The “Business Case”: Projects are done for a reason. Their deliverables must be desirable, valuable and achievable. All this – and more – must be clearly stated in the Business Case. This doc is the real anchor and “map” serving as a reference for exec decisions (eg, Phase approval, Closure, Cancellation, etc.). It must be regularly checked by the Board, the Exec and the PM, especially during project Launch and Closure.
- Tolerances: one-point definitions for budget, time, QA-aspects and others are a bad idea. The PM should have tolerances in order to properly manage the project. When there is a trend pointing toward upcoming out-of-range or factual out-of-range/tolerance, the PM must immediately escalate to the Executve and receive ad-hoc instructions. Possibly, the Board could be involved in order to steer toward more “calmed seas”.
- Usage of the 7 PRINCE2 principles:
- Continued business justification, the project should be beneficial, and stay so.
- Learn from experience, we are not supposed to reinvent the wheel.
- Define roles and responsibilities,each person should know what others expect from them, and what they can expect from others.
- Manage by stages, project should be broken down into stages, and planned/executed/controlled accordingly.
- Manage by exception, there should be a well-formed system for delegation and escalation.
- Focus on products, rather than on activities.
- Tailor to suit the project environment.
- Project Closure is NOT a decision/competence of the PM: this is something to be defined by the Board. In other words, the project was not the PM´s idea, so… why should him/her determine its ending? The PM is a delegate, responsible for the day to day management of the project in behalf of the Project Board, but the project and its business perspective (such as benefits) is beyond his/her duties. Let me add that this applies to Changes as well, regardless those being related to scope, time or budget.
- Implement a Project Closure Report: in my opinion and as long as it is implemented correctly, this report is far much valuable to the org than the (almost always) passed-away, dead, withered, droopy lessons learned. As a matter of fact, lessons learned are seen as of a bureaucratic hurdle to be avoided or dealt with on a “get-rid-of-it” basis. That´s why they tend to be forgotten in “dusty” lists in SharePoint or Excel. That´s why I strongly advise to collect DATA: original scope vs actual final scope, original budget vs actual final spending, original duration vs actual final duration, planned ROI vs actual ROI (among other) and (really briefly) the rationale behind the deltas/differences. And perhaps even more importantly, this data needs to be fed into a DB under the right tags and search criteria, in order to make it truly available for next project (and possibly, even AI-powered advisers). The project associated to the data should be characterized in the adequate terms (eg, number of servers, number of agents, number of licenses, number of square meters/feet, etc.) In this way data becomes info. The DB is a handy tool, a historical repository of truth that with facts and evidence states the true cost, duration, ROI, etc. of X type of project. Can you imagine the value of this info for the C-suite, Sales, Consulting and the Board?
- Last but not least, organizational governance needs to improve – and a lot! Briefly, org governance deals with the definition of the org objectives as well as the policies, rules and restrictions to respect when operating toward those goals. In other words, org governance is a topic for the highest org levels (VPs, C-Suite, Exec Board) and no one else. It is at this level that the conditions, that a successful environment is created for Management to operate (in turn) successfully as well. In my humble opinion, the PMI mixes management and governance aspects within the “Practice Guide for the Governance of Portfolios, Programs, and Projects” doc. I will put into my to-do list the study of the ISO/IEC 38500:2015 “Governance of IT for the organization” and the ISO/AWI 37000 “Governance of organizations” standards: there must be a way to correctly “cook” the blend between organizational and project governance (perhaps this also implies a deep-dive into the ISO 21500 “Guidance on Project Management” title and even other documents). I guess just this point accounts for a new post in the future: stay tuned!
How to improve the human factor (especially, the decision process)
Gosh, the human being! This is THE issue… if we just could be as logic, rational and informed as we are supposed to be. If org staff – and decision takers in particular – could make their calls as a function of solid criteria, facts and evidence, but… no. Sadly, we human beings are totally prompt to bias, subjectivity and heuristics. Errare humanum est… Being that the case, let´s try to make the system a little less easy to hack by our humanity, I suggest the following practices:
- Board votings should be public… but indeed not “serial” nor in 100% real-time. What I mean is that in order to avoid the “herd mentality” bias, decisions from boards and the like should be kept public for the sake of accountability, but that does NOT means that each member should vote one after the other, getting to know each one´s vote. The voting exercise should be simultaneous for all members and the result should be communicated a couple minutes later through a secretary-like figure. In this way, we avoid the herd behavior.
- Plus, the VETO figure should be available. I am not sure if this capability should be available to all the Board members or just to a select group, but someone must have the power to pause an idea or project. The Project Executive figure is a nice candidate for this (more on this figure below).
- There are other methodologies we can use to improve the quality of decisions. Some of them are:
- “Murder Board”: this is a really interesting mental exercise, which actually puts us in the prosecutor role and we try to “kill” initiatives and projects. This is valuable because (normally) all projects have a positive ROI (else, why should we do them – no one is going to suggest a project with a negative financial outcome), thus, everything looks just “yummy”… and orgs get greedy. I mean, how can we say no to project “A” if it´s going to generate actual revenue? Its good for us! And what about project B? And C? And X? Of course this line of (no) thought leads into “stack overflow”, overloading the pipeline, delaying the entire portfolio, frictions with customers, fines, staff “burnout” etc.
- Paired comparison: this one is about putting the projects to compete F2F. Like the World Cup, the projects “eliminate” against each other until we have a champ, a runner-up and a general ranking. Great for priotitization!
- Virtual Market: superb methodology that literally makes us put the money where we put the words. Each Board representative (Director, VP, you name it) is assigned an amount of “virtual money” and then they got to assign funds to the projects according to their best criteria. What happens is that the decision takers shift from a “anything goes” to an analytical mindset.
- “Six Thinking Hats” methodology: this method, created by Edward de Bono, pushes for the person to play different thinker roles, including the Process, Facts, Feelings, Creativity, Benefits and Caution ones. As such, we got a structured approach to analyse the project/topic through a variety of angles.
- 1…2…3… lets count: In order to attach cognitive biases such as the Anchoring and Availability ones, I don´t see any other option but actually (as Steven Pinker says) counting. I mean, let´s cut to the chase: I want to see DATA. No more poppycock: “gimme facts baby, facts!“. It is here where the implementation and usage of the Project Closure Report and a “for dummies” DB is crucial. We need to KNOW how much/how long/how much staff & equipment does this type of project actually entails. In my experience, data is there but not as info: its nebulous. I suggest for us to forget (at least for the time being) about the dusty prose in lessons learned and go direct to numbers. In this way, if the Business Case or Charter states a duration of, say, half the average for this kind of project, there will be an immediate warning sign – a justification is needed. Is someone lying?
- ROI: And speaking of facts, evidence, data and numbres, an additional element to rescue from oblivion is the ROI indicator. And I am saying “rescue from oblivion” not because it is not calculated, but because it is done once (during the business case or charter creation) and then sent to another pile of dusty docs. It is created as a requirement to present the project but that´s about it. Hence:
- There is no comparison of the ROIs of different projects, needless to mention the absence of a ranking.
- The ROI is not updated as per the unfolding of the project, not to mention when the scope/time/budget changes.
- And – peccata mortalia (mortal sin) – it is not validated at the END of the project nor when the actual product/deliverable is implemented. As such, we don´t know if the project was actually a success from the business/financial standpoint. Nonsense…
- The Fast and the Furious: Another criterion / parameter to add to the analysis is “speed-to-market”: nowadays, the actual velocity of the project delivery or implementation is key. As such, “low-hanging-fruit”/”early winners” projects will have their niche in the portfolio/pipeline.
- No more: We should ban once and for all the so-called “one-time-estimate”. We need at least to use the best-case-scenario / most-probable / worst-case scenario formula, and ideally we should jump into statistics derived from solid data: history, facts!
- “Watson-time” – let AI come: Finally, I think it is time to give a space in the stage to Artificial Intelligence (AI). This is still somewhat crude but we need to acknowledge that AI has the superb advantage of using a factual, objective standpoint all the time: data, trends, math instead of gut feelings, hopes and prayers. A correct implementation of this tool could certainly enlighten us not just about the realistic dates for finishing the phase or project but also provide valuable insight as of the alignment of the projects vs org strategy (see section II of this series of articles for the 7 main reasons behind project failure) and the reasons behind gaps and pitfalls. Furthermore, AI can also improve communication, both intra & inter projects and with the org.
Closure remarks
Let me say that I don´t pretend to have all the answers. Neither Im suggesting that the above list of ideas should be taken as a “silver bullet” that will solve this problem like an aspirin takes over a headache. Still, the adequate blend of those (plus others to be identified as per project/org/analyst) can really help to improve the health of projects and portfolios that currently pursue PMs as zombies in a bad movie.
I have even more ideas in mind (eg, the integration of Risk within the analysis, Problem Solving tools, etc.), but I would really like to hear from you first. Please don´t hesitate to send your comments here or write to [email protected] . Einstein said that “the definition of insanity is doing something over and over again and expecting different results” – lets think “outside the box” and tackle this monster directly. We need to abandon once and for all the false vision of a PM with “superpowers”, a magical mix of operational, tactical and strategical skills: kind of an org superhero. There should be an org level for each level of responsibility.
I guess enough is enough. Now, let me hear you guys… cheers!
“Management is doing things right; leadership is doing the right things.” – Peter Drucker
Material Adicional:
Nota/Photo Credit: Photo by Nikita Kachanovsky on Unsplash
Más Spock y menos reptil
“El mundo necesita mentes y corazones abiertos, y estos no pueden derivarse de rígidos sistemas ya sean viejos o nuevos” – Bertrand Russell
Siempre me ha maravillado el grado de sabiduría que alcanzaron las pasadas civilizaciones, particularmente los antiguos griegos. A lo que voy es que sin mayor tecnología, conectividad o instrumental científico lograron discernir la existencia del átomo (Demócrito), la circunferencia de nuestro planeta (Eratóstenes) e “inventaron” (hago uso laxo de la palabra) la democracia, el teatro, la geometría, la filosofía y la medicina occidental, así como la arquitectura y escultura clásica, por mencionar algunos ejemplos. ¿Cómo pudieron lograr tanto? Postulo una hipótesis plausible: creo que lograron todo eso porque tenían algo que hoy nos hace mucha falta, me refiero a una poderosa capacidad de raciocinio. Sin embargo, no me refiero a una capacidad innata: los antiguos griegos no eran una raza superior. Lo que tenían era un método al cual se apegaban: el pensamiento lógico y argumentativo, basado en la evidencia y la búsqueda conjunta de la verdad. Quizás la ausencia de smartphones les permitía concentrarse, conversar y hasta aburrirse y así ponerse creativos… no podemos invitarle un café a Platón (¿adónde he oído algo parecido?) así que esta explicación seguirá siendo una hipótesis.
En fin, traigo el tema a colación no solo por curiosidad histórica sino por un asunto totalmente actual. Resulta que en esta época en donde los mercados laborales son estrujados por la tecnología (robótica, inteligencia artificial, etc.), la vida en sociedad demanda cada vez en mayor medida las así llamadas “habilidades blandas”. Destacan en este apartado la capacidad de resolución de problemas, la adaptabilidad, la comunicación, la capacidad de trabajar en equipo, el manejo del tiempo y aún otras. A mi parecer, el ingrediente secreto detrás de todas estas habilidades es precisamente la capacidad de razonar: el así denominado “pensamiento crítico”. Irónicamente es ahí donde estamos fallando como sociedad. Una serie de externalidades negativas asociadas al inmenso progreso tecnológico, socioeconómico y hasta político de los últimos 100 años están minando la habilidad para razonar del individuo promedio. Algunos de estas externalidades son:
- La ya mencionada invasión de los artilugios electrónicos en la vida diaria. Estos “chunches” se infiltran en nuestras vidas y nos roban la capacidad de tener una conversación durante la cena, de caminar sin ver “Whatsapp”, de contemplar un paisaje sin tomar un “selfie” e inclusive de ponernos metafísicos a la hora de ir al baño.
- Las “burbujas de información”: los algoritmos detrás de las redes sociales (Facebook y otras) no le muestran a usted únicamente lo que usted quiere ver, reforzando un punto de vista único del mundo. Estas empresas viven de mantener su atención secuestrada al presentarle su perspectiva personal del mundo: aquella que usted adora (véase a Eli Parser y otros).
- “Fake news”: los políticos, corporaciones y otras entidades oscurecen aún más el panorama al comunicar y viralizar noticias falsas o tendenciosas. Si es cierto o no para ellos es totalmente secundario: lo que importa es si favorece o no a sus intereses.
- El fanatismo en todas sus versiones. Tenemos una pasmosa tendencia a dejarnos seducir por ideologías de todo tipo (como menciona F. Watkins, sean estas políticas, religiosas, económicas o cualesquiera otras) y estas funcionan como un anteojo de colores que deforma la realidad. Un problema conexo es el fenómeno psicológico identificado por Daniel Kahan llamado “Cognición Cultural”. En pocas palabras, se refiere a la distorsión mental de los hechos para ajustarlos al “guion oficial” de nuestro grupo social o ideología de referencia: con tal de encajar, nos contamos y creemos un cuento, y los hechos se acomodan a conveniencia (hablaremos más en detalle de este perturbador fenómeno en un próximo artículo).
Cuando estos y otros elementos se mezclan con el “lado oscuro” del ser humano – nuestra capacidad de hacer crítica destructiva, los celos, el ego, las ansias de poder y la ignorancia – tenemos una tormenta perfecta en la cual el individuo no razona y opina impetuosamente cualquier cosa sobre cualquier tema: lo que importa es opinar. Abrimos la boca (mejor dicho, escribimos en la red social, en los comentarios del foro o en el correo electrónico o el “SharePoint”) y decimos atrocidades, casi siempre lo primero que se nos viene a la mente. Estamos perdiendo la capacidad de razonar y de hacernos preguntas fundamentales tales como: ¿Tengo evidencia comprobable sobre lo que estoy diciendo? ¿Estoy atacando a mi interlocutor o estoy discutiendo el tema en cuestión? (falacia Ad Hominem) ¿Estoy tratando el tema en cuestión o simplemente lanzo un “señuelo” para distraer? (falacia “red herring”) ¿Lo que voy a decir viene del órgano que fabrica ideas o del que secreta bilis? (emotividad) ¿Será más valioso mi silencio que mi comentario? No se me malinterprete: no estoy atacando la libertad de expresión, estoy apelando a elevar la calidad del diálogo.
Dicho lo anterior, ¿qué podemos hacer para mejorar nuestras opiniones en redes sociales en particular y nuestro grado de pensamiento crítico en general? Recomiendo que inviertan unos 15 minutos y miren la charla TED de Michael Patrick Lynch. Ahí nos ofrece tres pistas: la primera, creer en la verdad. Vivimos en un mundo inteligible y trabajando en equipo, podemos alcanzar esa verdad. La segunda es aceptar que hay que esforzarse para saber la verdad: lo primero que aparece en su muro de Facebook no es necesariamente cierto. Tampoco lo que dice tal o cual medio noticioso, camarilla, político o inclusive que le reporta su colega o colaborador en la oficina. Debemos vencer la pereza: el saber requiere de investigación. Finalmente, Lynch nos dice que debemos ser más humildes, humildes para aceptar que no lo sabemos todo y que nuestro conocimiento puede mejorar si escuchamos a otros: “no somos la medida de todas las cosas”, expone magistralmente en su charla.
De mi parte, agregaría nada más que antes de saltar impulsivamente sobre el teclado, tomemos una respiración profunda y pensemos. No tenemos por qué vivir esclavizados por nuestra amígdala y nuestro cerebro límbico-reptiliano (Goleman, Daniel: “La Inteligencia Emocional”), reaccionando siempre, huyendo o peleando… Existen ciertamente ocasiones para los arrebatos de pasiones y la emotividad plena, pero por lo general el medio escrito no apunta a ser el foro adecuado para arrebatos irreflexivos. Démosle un chance al aquel orejudo y 100% lógico personaje de “Star Trek”, al “Señor Spock” que vive dentro de todos nosotros. Pensemos y junto al prójimo, con paciencia, argumentos y evidencia, busquemos la Verdad. Bajo esas condiciones, estoy seguro de que gustosamente aceptaría Platón la invitación al café. Es más, quizás hasta publicaría algo en Twitter. ¿Qué piensan ustedes?
“La mente es como un paracaídas. No funciona si no está abierta.” – Frank Zappa
Nota/Photo Credit: Photo by Daniil Kuželev on Unsplash
Reflexiones de un PM en un mal día (parte III) / The deliberations of a PM on a bad day (part III)
V. ESPAÑOL (English version below)
Proseguimos con este analisis que presenta la causa última ó fundamental detrás del fallo masivo de proyectos en las organizaciones y que además esbozará algunas medidas al respecto. En el post anterior, arguimos qué la verdadera razón detrás de tantos proyectos fallidos en las organizaciones modernas es… la organización moderna. En el fondo, el punto es sencillo: si (casi) todos los proyectos en su organización están fallando, entonces el problema no son los proyectos, sino la organización. Como un tipo que se queja lloroso en un bar de sus últimas 12 novias, el común denominador de tanto intento fallido es el caballero en cuestión, no las damas. Dijimos también que la mejor manera de caracterizar esta epidemia es una gobernanza organizacional deficiente (o inclusive del todo ausente). Veamos este tema de gobernanza corporativa con un poco más de detalle:
Comenzemos con una definición: Wikipedia nos dice que la gobernanza corporativa son los mecanismos, procesos y relaciones por medio de los cuales las corporaciones son controladas y dirigidas. El PMI por su parte define la gobernanza como sigue (voy a dejar la definición en inglés para efectos de purismo semántico): “Governance is the framework, functions and processes that guide activities in project, program and portfolio management. In organizational project management (OPM), governance provides guidance, decision making and oversight for the OPM strategic execution framework.” El RAE indica “Acción y efecto de gobernar o gobernarse”, y a su vez, define gobernar como “dirigir, guiar, mandar con autoridad”, entre otros. Deseo rescatar tres elementos de esta serie de definiciones:
- La gobernanza implica procesos , mecanismos y relaciones
- La gobernanza supone mandato con autoridad
- La gobernanza implica, requiere y demanda la necesidad de tomar decisiones.
Detrás de estos tres elementos críticos de la gobernanza hay un aspecto común: la PERSONA – léase el ser humano. Es la persona la que define los procesos, mecanismos y el que se relaciona, es la persona el que manda y ejerce la autoridad, es la persona la que toma decisiones. Y es aquí donde, citando a Mario Moreno “Cantinflas”: “ahí está el detalle”. Tal y como lo descubrió recientemente la ciencia económica, el ser humano NO es esa entidad lógica, fría, racional, informada y analítica (de hecho los economistas usan el irónico término “econo” para designar a esas entidades imaginarias que solo existen en los libros clásicos de economía). Somos más bien seres impetuosos, sentimentales, ilógicos, prontos a la generalización y al uso de heurísticos (que viva la economía conductual, adalid de este enfoque). En otras palabras: somos pésimos admnistradores, pues nuestra toma de decisiones está afectada por múltiples sesgos y desviaciones. Algunos de las trampas mentales (sesogos cognitivos) que nos afectan son:
- Anclaje: somos increíblemente sensibles a ser sesgados por datos, informaciones y eventos recientes, los cuales “marcan” y afectan nuestra evaluación de los efectos posteriores. Por ejemplo si le pregunto si la distancia entre Chicago y Nueva York es mayor a 1000km y cuál es esa distancia, Ud. probablemente dirá un rango entre 800 y 1200 km. Pero si le pregunto si la distancia es mayor a 500km y cuál es esa distancia… probablmente Usted dirá algo así como 600 o 40okm (la distancia real es de aprox. 1200km). Asimismo, si se echa Usted el café encima al desayunar, puede ser afectado por ese evento todo el día. ¿Irracional? Sí. Pero también es cierto. Imaginemos ahora un escenario en el cual se va a proceder a aprobar presupuestos para iniciar (launch) una serie de proyectos… y el evento inmediatamente anterior en la agenda fue entregar un reconocimiento por un proyecto exitoso (a tiempo, dentro del presupuesto, cumpliendo los requerimientos) a un PM. Adivine Usted cuál va a ser el “tono” general de la sesión de presupuestación… sí, adivinó bien: manos dadivosas.
- Disponibilidad: este sesgo afecta nuestra apreciación de la frecuencia de un evento, en función de la facilidad con que recordamos ejemplos relevantes. Por ejemplo, si hablamos de qué es más frecuente, los homicidios o los sucidios, probablemente nos decantemos por la primera opción puesto que los noticieros nos inundan de fatídicos casos. En el plano organizacional, imaginemos un escenario en donde se está discutiendo la aprobación de una inversión en un proyecto de Inteligencia Artificial (AI) vs invertir en un proyecto de Cloud. Los últimos 2 esfuerzos en la primera tecnología fueron fallidos, mientras que en el área de Cloud fueron exitosos: en este escenario, es muy difícil que se incursione en AI, a pesar de que el proyecto como tal muestre un mejor ROI y sobre todo mejor enfoque estratégico vs la ya “desgastada” área de Cloud computing.
- Sesgo del “status quo”: este sesgo se refiere a nuestra dificultad para romper el “momentum” actual – el curso actual de acción, el estado actual de las cosas pesa mucho, simplemente porque “así se hacen las cosas aquí”. Creo que no hacen falta muchos ejemplos para esta trampa mental.
- Mentalidad de manada: ¡Cuánto pesan en nosotros las opiniones de los demás! Los comercios lo saben y la etiqueta “Bestseller” es un excelente gancho de ventas. ¿Recuerda cuando andabamos de niños en bicicleta y formábamos pandillas? Más de un triste accidente se ha presentado cuando el primer niño cruza una calle y los demás lo siguen sin ver, en un clásico comportamiento de manada. Este tipo de comportamiento tiene su absoluto “mellizo” en la forma en la que las organizaciones reunen al staff para votar sobre el devenir de los proyectos: aprobaciones, presupuesto, cambios, etc. En muchas ocasiones, el primer voto es el del “hippo” (“highest paid person in the organization” – la persona de mayor rango en la reunión/organización) y a partir de ahí la suerte está echada: ese voto determina todo lo demás. Pero independientemente de si el “hippo” es el primero en votar, el voto público tiende a sesgar todo el proceso. Este es evidentemente una pésima metodología para la toma de decisiones y un atentado a la sana gobernanza organizacional.
Súmese a nuestra sesgada humanidad arriba retratada la ausencia de marcos normativos de gobernanza (según vimos en el primer post, solo el 2% de las organizaciones utilizan de manera continua”frameworks” como PRINCE2, véanse los datos exactos en el reporte PMI Pulse of the Profession 2018 (2018)) y tenemos entonces una tremebunda receta para el desastre. En vista de todo lo anterior, debemos hacer algo para mejorar la gobernanza corporativa/organizacional, en procura de una mejora en la gestión de los proyectos (en otras palabras, en procura de una reducción de ese demoledor porcentaje de proyectos falllidos). Si has venido siguiendo esta serie de artículos, creo que ya debes tener una serie de ideas en mente. Voy a compartir las mías… pero en el próximo artículo: quiero contar con toda tu atención y “frescor” mental para lo que sigue.
Me encantaría escuchar sus comentarios en este foro – soy todo oídos. ¡Hasta muy pronto!
“Los hombres no son prisioneros del destino, sino prisioneros de su propia mente.” – Franklin D. Roosevelt
ENGLISH V.
Let´s continue with this analysis that presents the root and core cause behind the massive failure of projects in modern organizations and that will also share some ways to tackle this concern. In the prior post, we discussed that the reason behind epidemic project fails in the orgs are… the orgs themselves. Check the post for details, but at the end the the argument is easy: if (nearly) all projects hurt, then the problem are not the projects but the org. Like a guy sadly and wrongly complaining of his last 12 girlfriends, the common denominator is the guy: the organization itself. The best way to characterize this failure on the “guy´s character” is organizational governance. Let´s get into governance then.
Shall we start with a definition? Wikipedia: “Corporate governance is the mechanisms, processes and relations by which corporations are controlled and directed.”. PMI: “Governance is the framework, functions and processes that guide activities in project, program and portfolio management. In organizational project management (OPM), governance provides guidance, decision making and oversight for the OPM strategic execution framework.” Merriam-Webster: “the way that a city, company, etc., is controlled by the people who run it”. Britannica: “Corporate governance, rules and practices by which companies are governed or run. Corporate governance is important because it refers to the governance of what is arguably the most important institution of the capitalist economy.” I want to highlight three aspects derived from those definitions:
- Governance implies processes, mechanisms and relationships
- Governance supposes ruling with authority
- Governance implies the need of taking decisions.
Subtly and hidden behind those three critical elements a new common denominator hides: the person, the human being. It is the person – the organizational staff, and particularly the Board and C-Suite, the leaders – the ones that define processes, mechanisms and relationshops, it is the person the one that holds authority and it is the person the one taking decisions. But the devil is in the detail: as the Economics Science recently discovered, the human being is NOT that logical, cold, rational, fully informed and analyticial creature pictured in classic economy textbooks (as a matter of fact, modern economists have coined the term “econs” in order to differentiate those “Vulcanians” from normal human beings). Contrarily, we are impetuous, sentimental, illogical, heuristical and bias-prompt creatures (we can talk more on this from the behavioural economics POV – check out this prior post). In other words, we are terrible business administrators, since our decision-making process is affected by an ocean of biases, moods, gaps and feelings. To illustrate, some of the mental tricks – cognitive biases is a more exact term – that affect us are:
- Anchoring: we are amazingly susceptible to be affected by recent data, info and events, which anchor our analysis and deviate our conclusions and decisions of current events and decisions. For example, if I ask you for the distance between Chicago and NYC, is it more or less than 800 miles, you will probably go for a range of answers between a 1000 0r 600 miles. But if the question changes a little bit (is it more or less than, say, 30o miles) you will probably go for something around 500 or 600 miles. Another case: if, during breakfast, you throw the hot coffee mug and stain your blouse or shirt, a bad-day feeling is prompt to appear. Irrational? Yes! But true it is as well, that´s the human nature. Now let´s imagine a scenario when a board is approving budgets for launching a series of projects and the immediate prior event in agenda was to grant a prize or recognition for a successful project. You see my point? All the budgeting exercise will be biased, anchored by the warm feeling of success derived from the prior point in agenda.
- Availability: this cognitive bias affects our appreciation of the frequency of an event, assessing it in terms of how many examples come handy to our mind. For example, if I ask what is more frequent: homicides or suicides, you will probably go for the first, since the media floods us with examples. Now in the org world, let´s imagine a scenario where executives are discussing where to put the money an AI vs a Cloud project. There are almost no examples in the company associated with the first, and the Cloud area has been succesful… in this scenario, the AI project is basically doomed in spite of an excellent business case and ROI – the execs will probably see the Cloud one a s a “safe plan” vs an uncertain bet.
- “Status quo” bias: this bias relates to our difficulty to alter the momentum, the current course of action, the current state of the situation – we have all heard that “profound” rationale “because that´s the way things are done here” or its close relative “because the boss says so” or similar… No need to provide lots of examples with this one.
- Herd mentality: It is amazing how much do the others opinions affect us! Retailers know this and the tag “bestseller” is a great sales tactic, stores know this and it works either online or in brick-and-mortar stores. Also, more than a single sad traffic accident has occurred when the first kid crosses the street (eg, bike gangs) and the other ones follow him/her without checking. This herd behaviour has its absolute “twin” in the moder organization in the way business cases, projects, programs, deliverables and changes are voted for approval. Many times, in a sign of respect, the first vote is granted to the “hippo” (“highest paid person in the organization”) and from that point on the faith is sealed, but regardless being the “boss” the first one voting, the prior votes will bias the rest. Evidently, this is a terrible methodology for decison taking and a true assault on organizational governance.
Add to the aforementioned portray of our human biased nature the absence of process frameworks such as PRINCE 2 (check out the exact data in the PMI Pulse of the Profession 2018 report) and we got a recipe for disaster. Under the light of all the contents of this post and the prior ones, we MUST do something to improve the way that organizations design and steer their governance, in order to improve the sad ratios of failed projects. If you have been following this series of posts, I guess you already have your own ideas in mind. I will share my own in the next post: this one is already a long one and we need your undivided attention for what´s coming next.
I would love to hear your comments: don´t be shy. See you soon!
“Men are not prisoners of fate, but only prisoners of their own minds.” – Franklin D. Roosevelt
Bonus material:
Mi primer MOOC (curso online)
Lo maravilloso de aprender algo, es que nadie puede arrebatárnoslo. – B.B. King
Tengo un propósito muy concreto con este artículo. Lo revelaré hasta el final, así que ténganme paciencia: prometo que será una corta lectura. Al grano entonces: les cuento que hace unas semanas, aprovechando un “colchón” de tiempo libre en mi agenda, decidí aprovecharlo de una manera concreta y productiva. Ya lo habrán adivinado: me matriculé en un MOOC (Curso Masivo Abierto en Línea, por sus siglas en inglés: Massive Online Open Course). En otras palabras, me matriculé en una “materia” a través de una plataforma por internet. Para ser franco, ya hace unos años lo había hecho, pero no tuve la disciplina para completar el curso. En esta ocasión, fundamentalmente para obligarme a mi mismo, decidí hacer una pequeña inversión y opté por la versión con certificado oficial: pagué. Lo que sigue le va a interesar…
No soy economista, pero la ciencia económica siempre me ha atraído. Y es que todos tenemos una serie de intereses, de carreras con las que sentimos afinidad, de “caminos no elegidos” diría el poeta (R. Frost). De forma tal que investigué un poco y me decidí por la plataforma edx.org (hay muchas otras, por ejemplo, Khan Academy, Coursera, Udemy, Udacity, etc.) y busqué cursos en esa asignatura: la cantidad de resultados me sorprendió. Al final me decanté por una serie de cursos impartidos a través del BID y además otro a través de Oxford. Tengo el honor de ser profesor invitado en la Universidad Nacional – acumulo alguna experiencia en el ámbito académico tanto desde la perspectiva del pupitre como la del pizarrón – y debo decir que estoy gratamente impresionado por la calidad del material didáctico disponible. Particularmente el caso del curso de Oxford es excelente: el modelo pedagógico es claro, apoyado en una multitud de videos, los ejercicios están bien diseñados y la materia como tal es de primer nivel, como lo respalda el grado del profesor en cuestión, reputado escritor, conferencista y académico en la materia. En fin: en fondo y forma, el curso es brillante. Por otro lado, fue otra agradable sorpresa el encontrarme asistiendo al curso con una pluralidad enorme de estudiantes de múltiples estratos sociales, formaciones profesionales, edades y de todos los rincones del globo, incluyendo países del África Subsahariana, Asia, América Latina, Europa del Este, etc. La interacción en las discusiones, ejercicios grupales y comentarios se torna entonces en toda una experiencia multicultural que permiten ver otras perspectivas más allá de esta pequeña “isla que somos”, como tan certeramente retrató a Costa Rica y a los ticos el sabio don Isaac Felipe Azofeifa hace ya casi 50 años.
Debo agregar que el hecho de haber invertido en el certificado realmente funciona: es un poderoso aliciente para terminar el curso. La curiosa psique humana es así: autores como Richard H. Thaler y Cass R. Sunstein en el libro “Un pequeño empujón” (“Nudge” es su título en inglés) – todo un tratado en economía conductual – nos retratan en cuerpo y alma. De hecho, el haber pagado ese más bien pequeño monto de dinero crea una sensación de compromiso muy poderosa. Tanto es así que terminé cumplidamente, en marcado contraste con mis anteriores intentos.
Les comento además que la variedad de contenidos, grados y proveedores es enorme. Tanto si usted desea aprender sobre “Cloud Computing” o un lenguaje de programación, o bien temas de Gerencia y Liderazgo, o quizás Apreciación del Jazz, Diseño de Ciudades Inteligentes, Idiomas, Inteligencia Artificial, Artes, Biología, Historia o Anatomía, hay un MOOC para usted. Hay versiones gratuitas, hay versiones con certificado oficial, hay programas completos (grupos de cursos que le acreditan con un grado), etc. En fin, hay un MOOC para cada gusto y necesidad.
A la vista de todo lo anterior, no puedo menos que pensar en el desperdicio de recursos disponibles de manera inclusive gratuita en internet, así como también se desperdician las mentes de toda una generación de jóvenes “ninis” que podrían utilizar sus teléfonos inteligentes de mejor manera (suspiro)…
Caramba, ya voy terminando y casi lo olvido: no he revelado mi propósito. Quizás también ya lo adivinó: mi objetivo es que Usted también se matricule en un MOOC y cultivemos algo nuevo. Esta nueva era nos exige reinventarnos. Aprender es algo hermoso. Como dijo alguien por ahí, “Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender.” ¡Buen provecho con esos MOOCs!
Material compementario:
- edX: www.edx.org
- Sobre el libro “Nudge”, “Un pequeño empujón”: haz click aquí
- ¿Quién es B.B. King? (autor de la cita de arriba): haz click aquí
- ¿Quién es Isaac Felipe Azofeifa? Haz click aquí
- “El camino no elegido” – poema de Robert Frost
“El camino no elegido”
Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo,
Y apenado por no poder tomar los dos
Siendo un viajero solo, largo tiempo estuve de pie
Mirando uno de ellos tan lejos como pude,
Hasta donde se perdía en la espesura;
Entonces tomé el otro, imparcialmente,
Y habiendo tenido quizás la elección acertada,
Pues era tupido y requería uso;
Aunque en cuanto a lo que vi allí
Hubiera elegido cualquiera de los dos.
Y ambos esa mañana yacían igualmente,
¡Oh, había guardado aquel primero para otro día!
Aun sabiendo el modo en que las cosas siguen adelante,
Dudé si debía haber regresado sobre mis pasos.
Debo estar diciendo esto con un suspiro
De aquí a la eternidad:
Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,
Yo tomé el menos transitado,
Y eso hizo toda la diferencia.
Robert Frost
Poema origina en inglés:
“The Road Not Taken”
Two roads diverged in a yellow wood,
And sorry I could not travel both
And be one traveler, long I stood
And looked down one as far as I could
To where it bent in the undergrowth;
Then took the other, as just as fair,
And having perhaps the better claim,
Because it was grassy and wanted wear;
Though as for that the passing there
Had worn them really about the same,
And both that morning equally lay
In leaves no step had trodden black.
Oh, I kept the first for another day!
Yet knowing how way leads on to way,
I doubted if I should ever come back.
I shall be telling this with a sigh
Somewhere ages and ages hence:
Two roads diverged in a wood, and I—
I took the one less traveled by,
And that has made all the difference.
Robert Frost
Robert Lee Frost nació en San Francisco, Estados Unidos, el 26 de marzo de 1874 Recibió el premio Pullitzer en cuatro ocasiones. Es considerado uno de los fundadores de la poesía norteamericana. Murió en Boston, 29 de enero de 1963.
Reflexiones de un PM en un mal día (parte II) / The deliberations of a PM on a bad day (part II)
El Pensador / The Thinker – A. Rodin (photo by Andrew Home)
VERSION EN ESPAÑOL (ENGLISH VERSION BELOW)
“La ignorancia es la semilla de todo mal” – Platón
En un artículo/post anterior (adivinen su nombre…) dijimos que la causa última – lo que en inglés se llama la “root cause” – asociado al fallo de tantos proyectos (en mi humilde opinión, de la mayoría) es la organización: la empresa o entidad como tal. Más aún, dijimos que eran los procesos organizacionales los culpables: procesos mal diseñados, mal implementados o mal ejecutados (o una combinación de estos aspectos). Tenemos entonces a un sospechoso: el sistema como tal, y caracterizamos a este sospechoso bajo el calificativo de una deficiente o incluso ausente gobierno corporativo: se trata de ORGANIZATIONAL GOVERNANCE. Postulo entonces que el fallo de la mayoría de los proyectos no se debe a causas nacidas dentro del proyecto, sino a aspectos coyunturales asociados al entorno del mismo. Antes de brindar algunas ideas para atacar este “enemigo universal”, permítaseme justificar por qué sostengo que es ese el meollo del problema. Quiero decir, de momento es solo mi opinión: no he argumentado ni he brindado evidencia que sostenga la hipótesis. Procedamos entonces a aportar una justificación.
Comienzo con datos. Vamos entonces al ultimo informe “Pulse of the Profession”, edición 2018, por el Project Management Institute (PMI). Es en la página 25 de este informe (parte del Anexo), se pregunta (la traducción es mía): “De los proyectos iniciados en su organización en los últimos 12 meses que fueron juzgados como fallidos, cuáles fueron las causas primordiales? (Seleccione hasta 3).” Luego se provee el compilado de las respuestas, que incluye 17 causales. Me permito transcribir aquí el top 7:
- Cambio en las prioridades de la organización: 39%
- Cambio en los objetivos del proyecto: 37%
- Recopilación incorrecta de los requerimientos: 35%
- Visión o meta inadecuada para el proyecto: 29%
- Comunicación pobre o inadecuada: 29%
- Oportunidades o riesgos no fueron definidos: 29%
- Inadecuada gestión del cambio: 28%
Propongámonos la meta de tratar de encontrar un mínimo común denominador en esta lista. Es retador puesto que a primera vista, estas razones para el fallo en los proyectos aparentan ser algo disconexas. Sin embargo, si miramos más atentamente, podemos ver que la palabra “cambio” se menciona en tres de ellos. En otros tres de ellos se habla de una meta inadecuada y de requerimientos incorrectos (una visión inconexa con la estrategia organizacional o bien ajena a las necesidades), además se menciona una mala gestión del riesgo (nótese que el mismo PMI utiliza el término “riesgo” de una manera cuestionable, puesto que en este informa lo utiliza como sinónimo de “Amenaza” y no como sinónimo de evento incierto; véase la definición de “Risk” transcrita abajo). Los otros dos factores mencionan aspectos de comunicación y costos. Sostengo que el mínimo común denominador (o al menos, la mejor aproximación que puede haber a una causa común) es un asunto ajeno al proyecto: no es una “infección local”, se trata más bien de un “mal pandémico” asociado más bien a la ORGANIZACIÓN.
Prosigo: las tres razones que expone Mr. Mark A. Langley (Presidente & CEO del PMI) para justificar el hecho de que el 10% del presupuesto global en proyectos se “vaya a la basura” debido a un desempeño inadecuado son (PMI´s “Pulse of the Profession” report 2018, página 2):
- Las organizaciones fallan a la hora de intentar cerrar el “gap” entre el diseño de la estrategia y su ejecución/delivery.
- Los ejecutivos no reconocen que la estrategia se implementa a través de los proyectos.
- La importancia fundamental de la disciplina del Project Management como el “driver” de la estrategia organizacional no es adecuadamente interiorizada.
Lo interesante es que el PMI (ciertamente no en ese informe y – que sea de mi conocimiento – en ninguna otra parte) se pregunta el POR QUÉ se presentan esos problemas. De nuevo, postulo aquí que se trata de un asunto de (deficiente) gobernanza: en una analogía, cual si fuera una persona que desea bajar de peso y no puede imponer su voluntad para mantenerse a dieta, la organización carece del “auto-dominio” para comer nutritiva y sanamente – léase que le falta la capacidad de imponer la estrategias que define (ya hablaremos de las razones). Siguiendo la analogía, la organización tampoco acepta que los proyectos adecuados son esos platillos nutritivos y correctos que la llevarán al peso deseado y desconoce el valor del ejercicio y la nutrición (el Project Management).
Me voy a permitir seguir argumentando: el mismo reporte 2018 indica que solo el 37% de las non-enterprise-wide PMOs están altamente alineadas con la estrategia organizacional. Es decir, el 63% no lo están. En el caso de las enterprise-wide PMOs (EPMOs) el resultado no es mucho mejor: solo el 41% lo está. A mi parecer, esto es grave: si bajando un solo nivel de management (C-Suite a Enterprise PMO) se perdió el alineamiento en el 60% de los casos… ¿qué podemos esperar a la hora de bajar al nivel de los proyectos, por no hablar de sus requerimientos y entregables? Además, la disciplina del Portfolio Management es gestionada solo por el 48% de las EPMOs, y marcos normativos como PRINCE2 es usado solo por el 2% (!) de las organizaciones. Los resultados de la pregunta asociada a la madurez organizacional en torno a proyectos, programas y portafolios tampoco son alentadores. Otro resultado altamente contrastante es la respuesta a la pregunta “”Qué tan exitosa calificaría a su organización desarrollando lsa siguientes actividades sobre los siguientes tres años – formulación de una estrategia adecuada para las condiciones cambiantes del mercado?” Los ejecutivos calificaron como “Excelente” en el 43% de los casos y “Bueno” en un 50%, mientras que los líderes de PMOs indicaron un 13% yu un 46% en esas categorías de respuesta… Hmmm… me pregunto cuáles serían las respuestas en el caso de preguntarle esto a los Program y Project Managers. La distribución de respuestas también contrasta a la hora de preguntar por la priorización de los proyectos: aparentemente los Ejecutivos creen estar haciendo un excelente trabajo… pero el resto de la organización no coincide con esta apreciación. Tengo algún otros puntos, pero para efectos de mantener este artículo de un tamaño “digerible”, voy a dejar mi argumentación hasta aquí: el “fiscal” descansa.
Sostengo entonces que esta pandemia está asociada a problemas de carácter estratégico, como lo son la visión, misión y objetivos organizacionales, y el alineamiento de los portafolios, programas y proyectos con los mismos. Finalmente, sostengo que este problema de alineamiento se deriva a su vez de un modelo de gestión de la gobernanza obsoleto, que como la teoría económica de hace solo unos 30-40 años, se erige sobre una serie de supuestos erróneos que desconocen la curiosa naturaleza del ser humano.
En el siguiente artículo de esta serie, vamos a explorar cuáles son esos supuestos que corrompen la toma de decisiones y ahondaremos en los problemas del modelo “usual” de gobernanza en las organizaciones, modelo que está “diseñado para fallar” y termina haciéndolo “brillantemente” de mil y una formas: aprobando el lanzamiento de proyectos que no deberían aprobarse, sobrecargando el “pipeline” con más trabajo de lo que los equipos organizacionales pueden gestionar, apurando de manera desmedida esfuerzos, etc. etc.
¿Curioso? Eso espero – le espero en el siguiente post…
Material complementario / fuentes:
- Informe “Pulse of the Profession 2018” por el PMI, haz click aquí
- Definición de riesgo del PMI: “El riesgo de un proyecto es un evento o condición incierta que, de producirse tiene un efecto positivo o negativo en uno o más objetivos del proyecto, tales como el alcance, el cronograma, el costo y la calidad”
- “El pensador”, la estatua mostrada al principio, haz click aquí
ENGLISH VERSION
“Ignorance, the root and stem of all evil” – Plato
In the prior article of this series (guess that post´s title…) we said that the root cause behind the failure of so many projects (in my humble opinion, of the majority) is the organization itself: the company or entity. Moreover, we said that the organizational processes are the ones to be blamed: processes that are faulty designed, faulty implemented, or faulty operated (or a mix of those faults). We got as such a suspect: the org system, and we characterized the suspect under the ORGANIZATIONAL GOVERNANCE tag. As such, I state that the failure of the majority of the projects is a cause not hidden within the project itself, but in the environment around it. Before I suggest some ideas in order to tackle this “universal enemy” of Project Management, let me justify why I state that this is the real enemy. I mean, to this point, this is basically an opinion, but I have not provided arguments nor evidence to back it up: let´s proceed with those right away.
Data comes first… There is “gold” hidden in the last Project Management Institute (PMI) “Pulse of the Profession” report v. 2018. Let´s jump to page 25, where this question is raised: “Of the projects started in your organization in the past 12 months that were deemed failures, what were the primary causes of those failures? (Select up to 3).” Then the stock of answers is provided. Below the top 7:
- Change in organization’s priorities 39%
- Change in project objectives 37%
- Inaccurate requirements gathering 35%
- Inadequate vision or goal for the project 29%
- Inadequate/poor communication 29%
- Opportunities and risks were not defined 29%
- Poor change management 28%
Let´s try to figure a lowest common denominator to this list. It is a challenge because at first glance, the reasons seem to be rather arbitrary. But when we take a closer look, we notice that the word “Change” is mentioned in three of those. Another two mention an inadequate goal and inaccurate requirements (in other words, a project vision not aligned to the organizational strategy or goals – changes and changes are required to adapt along the way). Failed risk management is also there (notice that the PMI itself is doing a corrupt use of the term risk in this report, since it it uses it as a synonym of threat instead of the official definition associated to uncertainty – see official definition below). The other factor is linked to communication. I assert that the lowest common denominator (or its best approximation, if you will) is associated to the organization: its a pandemic fault, not a “local disease”.
Let me continute: the three reasons that Mr. Mark A. Langley (Presidente & CEO, PMI) mentions as the rationale behind the fact that 10% of the global project budget is literally wasted are (PMI´s “Pulse of the Profession” report 2018, page 2):
- Organizations fail to bridge the gap between strategy design and delivery.
- Executives don’t recognize that strategy is delivered through projects.
- The essential importance of project management as the driver of an organization’s strategy isn’t fully realized
The interesting thing here is that the PMI (certainly not in this report and to my current knowledge, nowhere else) ever asks WHY do these things happen. Again, I avow that this happens due to deficient organizational GOVERNANCE: in an analogy, like a person that wants to cut weight but cannot stick to the diet, the organization lacks the “self-control” to eat in a healthy and nutritive way (it lacks the ability to implement the defined strategy and select the right projects, we will talk as of the why soon). Continuing with the analogy, the organization also neglects the importance of those nutritive meals and of exercise which are the driver to the right weight (meaning, the importance of enforcing healthy Project Management).
And I have even more reasons to support my point: according to the same Pulse of the Profession report v.2018, just 37% of non-enterprise-wide PMOs are highly aligned to the org stratetgy. In other words, 63% are not. In the case of enterprise-wide PMOs (EPMOs) the result is frankly not much better: only 41% are. To my understanding, this is a big issue: if going down just one step of the org ladder (C-Suite to an EPMO level) generates strategical misalignment in 60% of the cases, what can we expect when we go down to the project, requisites and deliverables level? To make things worse, the same report states that Portfolio Management is steered just by 48% of the EPMOs and that powerful normative and structuring frameworks such as PRINCE2 is used just by 2% (wow!) of the organizations. The results that measure maturity level aren´t also heartening.
Yet another enlightening point is the answer to the question “How would you rate your organization’s success in performing the following activities over the last three years? – Formulating strategy appropriate for changing market conditions?” Execs went for “Excellent” in 43% of the times and “Good” in a 50%, whereas PMO-leads stated 13% and 46% for those categories (Excellent and Good) Hmmm… I wonder which would be the percentages if those questions were raised to PgMgrs and PMs. The contrast between Execs and PMO-leads perception is also apparent when asking about the quality of the project prioritization efforts: it seems Execs are quite positive about their work but the rest of the org is not very fond of it. I have even more arguments and evidence to support my case against organizational governance, but for the sake of brevity, I´ll leave it here: the prosecutor rests.
CONCLUSION: I affirm that the core cause is associated to strategic issues and its steering through the org: misalignment of the portfolios, programs and projects to the org strategy. And I finally assert that these alignment problems are due to an outdated governance model across our organizations that, like the economic theory that ruled just about 30 or 40 years ago, relies on a series of faulty assumptions associated to the way we human beings live, take decisions, enact and act.
In the next post of this series we will examine which are those assumptions and biases that corrupt the strategic and decision-making processes and we will deep-dive in the problems associated to the “standard” organizational governance model, which is “designed to fail”: and indeed it fails brilliantly, overloading the pipelines, approving for launch or for next-phase a load of “mutant” endeavors, smashing timelines, etc. etc. And we will also suggest some ways to tackle the problem – or at least reduce its intensity.
Curious? I hope so: see you in the next post of this series…
BONUS MATERIAL:
Suicidio y resurrección (en Facebook, claro está)
“La adicción no es más que un sustituto muy degradado de una verdadera experiencia de gozo.” – D. Chopra
No tengo que pensarlo mucho para encontrar la causa, o más bien, el detonante final: la pasada elección presidencial fue la gota que derramó el vaso. Simplemente me harté de la cantidad de odio, discusiones carentes de todo principio lógico, insultos, trolls, falacias argumentales y un largo etcétera que creo está de más detallar. Tomé entonces una determinación que para el usuario promedio de esta red social es – literalmente – asunto de vida o muerte: me di de baja de FB. En otras palabras, me “suicidé” en el mundo virtual. Para ser más exacto, opté por inactivar mi cuenta, pues la otra opción disponible supone el borrado de todos mis datos y sostengo que esa es una promesa vacía que solo entrega más poder a los anónimos administradores de la “Big Data”: las huellas digitales son básicamente indelebles.
Pero bueno, les escribo no tanto para contarles el hecho en sí, pues salirse de una red social es objetivamente cuestión de unos cuantos “clicks”, sino primordialmente de sus consecuencias y lecciones aprendidas. Vamos por partes entonces… Primeramente, debo decir que, tras años de usar esta red, me consideraba básicamente inmune a convertirme en un adicto grave: craso error. Lo que se necesita para caer en la adicción es simplemente que los algoritmos que seleccionan el contenido que se muestra en nuestro muro encuentren cuál es nuestro talón de Aquiles, ese tema o temas que simplemente nos domina. Para algunos puede ser el fútbol, para otros pueden ser los chismes, para otros la farándula, otros sentirán predilección por la moda, lo que sea: TODOS tenemos una o más pasiones que simplemente nos desbordan.Y Facebook está ansioso, está urgido, codicia y se desvive por saber eso. Una vez que lo sabe, el sistema le va a “atacar”. Le presentará en su muro cada vez más contenido relativo a ese tema tan sensible. El detonador interno es el aburrimiento: cada instante en que sentimos que la mente divaga, la red social funciona como un analgésico y provee entonces una carnada: las notificaciones. Hay que mantener esa barra “limpia”, es como una maquinita de monedas en el casino. También le ofrece un premio: los “likes” a sus publicaciones. Mi kriptonita personal fue la campaña política. Supongo que mis intenciones iniciales eran buenas, pues deseaba defender con argumentos y evidencia la postura partidaria que creía que mejor convenía a nuestro país pero terminó estallándome Kriptón en la cara… FB lo detectó y creó una verdadera burbuja de información (véase el libro “The Filter Bubble”, por Eli Pariser) que llegó a dominarme. Dichosamente, fue tal el nivel de saturación que me sentí intoxicado… y entonces tomé la (valiente) decisión de cometer “e-suicidio”. Fue todo un ritual: ¡harakiri virtual para el caballero!
¿Qué aprendí de mi suicidio? Muchas y valiosas cosas. Primero que todo, aprendí que hay vida después de FB. Hay vida y mucha y de mejor calidad que la que ofrece en su pantalla el Sr. Zuckerberg: empecé a tener más tiempo para mis proyectos personales y una mejor concentración laboral. Recordé también que está bien aburrirse de cuando en cuando: esos ratitos de “colgarse en las alturas” (Serrat) son verdaderos semilleros de ideas. Aprendí también que hay aplicaciones mucho mejores para mantenerse informado (en mi caso, utilizaba FB para leer sobre temas de mi interés, pero hay aplicaciones que funcionan como revistas personalizadas). Luego de unos meses de estar “muerto”, motivado por la necesidad de publicitar este blog www.fernando-quesada.com , me “resucité”. Fue entonces cuando, por el marcadísimo contraste en mi nivel de interacción con esta red social, comprendí a cabalidad a qué nivel había llegado mi descontrol con esta herramienta: había sido un adicto. Hoy por hoy, orgullosamente puedo decir que no uso la red social más que para compartir mis artículos e ideas, pero las cuentas de “likes” y de “íconos rojitos en la línea azul” me valen un pepino, como dice la ranchera de “Chente” Fernández: ¡aquí el que manda soy yo y si no te gusta vete!
Y bueno, creo que he dicho lo que deseaba decir. Cierro: me permito respetuosa más enfáticamente el sugerirle unas vacaciones de FB. Pruebe por un par de semanas. Le prometo que se sentirá tan empoderado como el “Chente”…
“El placer es como ciertas substancias medicinales: para obtener constantemente los mismos efectos, es menester doblar las dosis, de las cuales la última lleva consigo la muerte o el embrutecimiento.” Honoré de Balzac
Material complementario:
Artículo publicado en el periódico digital CRHOY el 20 de junio del 2018: haz click aquí
Depósitos, “timing”, confianza y país
“La incapacidad de abrirse a la esperanza es lo que bloquea la confianza, y la confianza bloqueada es la razón de los sueños arruinados” – Elizabeth Gilbert
En mi primera juventud yo era absurdamente tímido. Viendo mis diarias tribulaciones, mi padre me compró un libro de autoayuda donde – entre muchos otros – se acuñaba el concepto de “cuenta bancaria emocional”. El concepto caló en mí. La analogía es la siguiente: ““la cuenta bancaria emocional es una metáfora de la confianza incorporada a una relación. Es el sentimiento de seguridad que tenemos respecto de otro ser humano.” (S. Covey). Cuando hacemos algo positivo a favor del otro, estamos “depositando” en la cuenta bancaria emocional. Cuando incumplimos promesas, cuando fallamos en la comunicación, cuando somos descorteses, estamos “retirando fondos”: mantener la cuenta lejos de los números rojos exige dedicación y esfuerzo consciente. En este artículo postulo – francamente, no sé con cuanta originalidad – que podemos hacer extensivo el concepto a la política y a los gobiernos. En este momento, tenemos un gobierno nuevo con solo semanas de haberse estrenado. Vienen arrancando y sin embargo (canta Sabina), la cuenta bancaria emocional ya está casi colorada. Objetivamente, eso es una injusticia: estamos, por decir lo menos, juzgando al libro por la portada; pero siendo el nuevo gobierno una vez más color rojiamarillo (con tintes rojiazules, entre otros) aunado con el desencanto que vivimos como sociedad para con la política en general lo hacen también un triste pero innegable hecho. Es como casarse estando peleado de antemano con el novio. Ante estos hechos, ¿qué puede hacer el novio, digo, el gobierno? Según la analogía, debe depositar. Veamos.
En el fondo todo se resume en la confianza. La confianza es el aceite que lubrica las relaciones. El gobierno debe apresurarse a generar confianza, depositando a favor del pueblo que lo puso en el poder. En este sentido, el “timing” es crucial. De nada le vale al novio el planear ahorrar por tres años para entregarle a la novia el “anillo soñado” si no le entrega al menos flores durante las primeras semanas y no la saca a cenar de vez en cuando: se va a cansar la novia con tan larga espera y puede que le revienten el anillo en la cara. Esta situación, en jerga de Gerencia de Proyectos, se traduce en que tenemos dos “drivers” esenciales para el proyecto 2018-2022: el tiempo y la satisfacción de los interesados. En este sentido, iniciativas como los proyectos TOPICS (ataque a los cuellos de botella por parte del MOPT) son excelentes, pues generan resultados rápidos a corto plazo. Otro buen ejemplo de “flores” para la novia (el pueblo) son los mega-operativos policiales: son prueba rápida de “amor correspondido” de parte del gobierno. Pero con todo y lo bueno que son estos esfuerzos, no bastan. Deben implementarse otras iniciativas ganadoras a corto plazo que oxigenen la relación, extendiendo el enfoque a los otros cinco ejes establecidos por el Sr. Presidente: educación, salud, ambiente, empleo, déficit fiscal. Todo ello mientras se cocinan los grandes esfuerzos que deben saldarse a mediano plazo (diríamos, antes del siguiente cambio de mando) y a largo plazo (más allá de ese periodo). Por ejemplo, en el área de infraestructura, el gobierno debe fijarse un plazo para la inauguración de Circunvalación Norte (un objetivo a mediano plazo) y otro para el tren interurbano (mediano-largo plazo). En cuanto a seguridad, debe fijarse un plazo para detener las negativas tendencias en violencia social (homicidios por cada cien habitantes y otros). Omito por trillado el tema fiscal, pero ciertamente gravita alrededor de todo lo demás como un espíritu chocarrero con sede oficial en Cuesta de Moras.
Concluyo: la confianza lo es todo. Gran parte de los problemas de gobernabilidad, productividad y eficacia de la gestión pública se deben a una ya crónica desconfianza entre todas las partes (pueblo, líderes, empleados públicos, empresa privada, etc.). Por ello, un sabio manejo de los tiempos y de la naturaleza de los proyectos a lanzar y gestionar durante cada año del mandato podría ser un principio rector de altísimo valor para el nuevo gobierno y para nuestro país: le deseamos suerte al Sr. Alvarado y su equipo, al final, su suerte es la nuestra… estamos todos en el mismo barco.
Este artículo fue publicado en el diario digital CRHOY el 26 de mayo del 2018 – link.
“Cuando la confianza es alta, la comunicación es fácil, instantánea y efectiva ” – Stephen Covey
Reflexiones de un PM en un mal día (parte I) / The deliberations of a PM on a bad day (part I)
VERSIÓN EN ESPAÑOL (ENGLISH VERSION BELOW)
“Los cántaros, cuanto más vacíos, más ruido hacen.” – Alfonso X el Sabio
Serrat canta “Hoy puede ser un gran día”… pero ciertamente hay días que no son así. Como Gerente de Proyectos (Project Manager – PM) estos días aciagos se presentan más seguido de lo que quisiéramos. Recuerdo uno de esos días sucedido recientemente. Con la cabeza fría, puedo identificar (al menos) los siguientes factores como parte de la receta del desastre:
- Un Portfolio Manager con una visión sesgada de los proyectos y programas bajo su cargo: diríamos que el caballero en cuestión vivía su puesto mirando siempre “hacia arriba”, hacia la Alta Dirección y el “C-Suite”, y nunca hacia el portafolio, salvo para dar direcciones.
- Un Program Manager del área en que me desempeñaba (a la cual reportaba directamente) con un estilo gerencial absurdo. Su mantra era “quédese en su caja”: una manera muy directa y poco poética de enarbolar la bandera de los “silos” o “compartimentos estancos” organizacionales. Además de ello, una limitada capacidad de escucha. y el sistema de escalación era disfuncional.
- Ausencia de un Project Charter o SOW confiable: me encontraba luchando en el proyecto desde hacía casi 6 meses y aún no existía un documento que oficializara su alcance, objetivos, presupuesto y otros “detalles”.
- Ambiente generalizado de premura y urgencia: deadline inamovible y, por decir lo menos, poco realista. Todo es “para ayer”.
- Alcance (scope) “saltarín”: la cantidad de elementos a desarollar en el proyecto cambiaba a un ritmo insólito, inclusive semana a semana – el término “scope creep” se quedaba muy corto.
- Juego de la “papa caliente” con la responsabilidad: más que un esfuerzo conjunto entre los diferentes equipos desarrollando los diferentes proyectos y programas del portafolio para entregar a tiempo la masiva cantidad de productos (entregables), el tema recurrente en el día a día era un juego político en donde lo más importante era que la culpa no recayera “en mí”: un juego de búsqueda de culpables y evasión de responsabilidades, amén de falta recurrente de coordinación y por supuesto de visión y trabajo en equipo.
- Mal ambiente laboral, epidemia del síndrome de “burnout”, faltante crónico de staff, alta rotación, etc.
Coincidará conmigo en que esta es la “tormenta perfecta”: una acumulación de factores que solo puede devenir en un proyecto / programa / portafolio fallido – independientemente del presupuesto, el cual, como adivinarán, era limitado y controlado con “marca personal”. Con el paso del tiempo, reflexioné: ¿Existirá un factor común que es el verdadero causante de todos estos (en algunos casos aparentemente inconexos) problemas? ¿Hay una causa raíz “maestra” subyacente a todo este desastre, un mínimo común denominador? Y, para rematar: ¿Es esto culpa del PM o de alguien más, y quién es ese “alguien más”? Unas cuantas lecturas, incluyendo breves repasos del PMBOK, el “Rita”, PMI´s “Pulse of the Profession”, algunas conferencias y artículos varios de estrategia y gerencia pero sobre todo un análisis concienzudo me llevaron a una conclusión general: efectivamente, hay una causa raíz detrás de todo esto: la organización como tal. Puede sonar en primera instancia como una perogullada, pero analicemóslo un momento: el problema no es el PM, tampoco el PgM y tampoco el PfM. Así que no hay que “echarse encima el muerto” en la conciencia. El problema es el SISTEMA: cuando en una organización la norma es el desorden, la sobrecarga laboral, la corrupción de prioridades, sobrecarga del pipeline de proyectos, etc. etc. entonces no es alguien, son los procesos globales de la organización los que están mal diseñados, mal implementados o mal ejecutados (o estos tres problemas a un tiempo). Y esto a su vez puede traducirse en una palabra: mala (o ausente) gobernanza: léase gobierno corporativo, pasando por elementos tácticos y cuasi-operativos.
Tenemos entonces un diagnóstico: un sospechoso, el supuesto “villano de la película”. Pero… ¿Cómo podemos estar seguros de que este es ciertamente el culpable y qué hacer ante esta triste realidad? Ánimo, hay esperanza: dejaremos esas reflexiones para las siguientes partes de este análisis, nos vemos en los próximos posts…
“Un hombre con una idea nueva es un loco hasta que la idea triunfa.” – Mark Twain
ENGLISH VERSION
“The empty vessel makes the loudest sound.” – William Shakespeare
Cat Stevens sings “Morning Has Broken” in an all-positive mood, but sometimes… oh gosh it isn´t a good day. As PMs, those bad times come more often than what we would linger for. I remember one of those days. With a cushion of months in between and a fresh and more objective perspective, now I can identify (at least) the following list of factors behind the “Perfect Storm” scenario hailing over that particular project:
- A Portfolio Manager with a biased, unbalanced perspective of the programs and projects under his accountability: this person was leading with the eyes always pointing at the Executives, Sponsors and the C-Suite, with virtually no time nor attention for the team under his command.
- A Program Manager directing the area in which I was working (I reported directly to that person) with an absurd management style: that person´s Project Management mantra, preached to all the team, was “stay-in-your-box” – do not ask about other areas and projects, do not request info on the general effort status, shut up and look down. Of course, this translates into the official empowerment of organizational silos, not to mention a very limited capacity to listen.
- No Project Charter or SOW available: we were six months already into the effort, and there was no official charter nor Statement of Work… requisites were managed in a pretty muchinformal way and in any case, there was no definitive document stating the project objectives, terms and conditions.
- An universal environment of urgency: if anyone received a task or an instruction, the rationale was always urgency, “it is late”.
- Project and Program scope capable of competing in the “Calaveras County Jumping Frog Jubilee” (remember Mark Twain´s short story? Check the link below): the scope changed week by week. The list of applications in our scope mutated sometimes even twice per week.
- Responsibility was managed like the a hot potato game: as such, the spirit was not to work as a team and actually solve issues, but to toss the blame on someone else, fast, before it hurts you. As such, the Project Team behaved in a political and evasive way, creating lack of trust and unnecessary antagonisms.
- Staff issues: we were always short on staff, people were demotivated and “burned-out”, the project suffered due to high staff turnover and attrition.
Of course, the sum of these factors create a nearly impossible scenario, regardless the budget allocated for the effort (which, of course, was limited and strictly controlled). This set of conditions steer the project / program / portfolio towards failure. As stated above, with the perspective of time and distance, I have meditated: is there a common factor, a root-cause, a minimum common denominator behind all the above listed issues? Moreover, if that is the case, what is that “sum of all fears” thing, and is the PM to be blamed? A series of lectures, including the new PMBOK v6, Rita Mulcahy´s famous training book, PMI´s latest “Pulse of the Profession” report, a couple conferences and other technical articles but mainly a lot of internal deliberation have led me to a sound conclusion: YES, there is a common cause, and it is the organization itself, the company. This may sound initially as a “duh” statement, but before you bully me, let me present the nuts and bolts to extract the real value out of it. First of all, we need to be clear that the PM (nor anyone in the project, nor the PgM of the PfM or even the Sponsor) is to be ultimately blamed. This is not a small thing: so first and foremost, don´t feel personal frustration or take the blame. The root cause lies in the SYSTEM behind the projects: its not the actors, its not the play, its the stage and the theatrical company (Shakespeare would be proud of the analogy I guess). When disorder, lack of priorities, lack of staff, work overload, high attrition, pipeline “cholesterol” and overload are the norm, then something is utterly wrong at a general level. This means that the blame is not to be put on someone – and especially not you as the PM (perhaps C-Suite, but let´s avoid the blaming exercise for the time being) but on the organizational PROCESSES, which may be faulty designed, faulty implemented or faulty executed (or a combination of those). In a nutshell, all this mess can be translated into a single evil: tainted, degraded organizational GOVERNANCE.
So, we have come to a conclusion and we now have a SUSPECT. Still, how can we be sure that this is indeed the despicable villain behind all this mess and how to tackle this inconvenient reality? We will deal with these questions in the coming posts. Stay tuned…
“A person with a new idea is a crank until the idea succeeds.” – Mark Twain
Bonus material:
- Mark Twain´s short story – “The Celebrated Jumping Frog of Calaveras County“
- PMI´s “Pulse of the Profession” report 2017: click here
- PMI´s “Pulse of the Profession” report 2018: click here
- Alfonso X of Castile: click here – he is the author of the top quote in the Spanish version of the article: “Pitchers, the emptier they are, the louder they sound”