Gracias, Diego.
“Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha.” – Diego Armando Maradona
Te voy a contar algo, Diego. Primero que todo, debo confesarte que no soy argentino, soy tico, bueno, costarricense para usar un término que entenderás mejor, por lo que debería estar más bien molesto contigo: no estuvo bien eso que dijiste de la “Sele” en el 2016. Así que ya ves, no solo nos separa la nacionalidad, sino que nos hiciste seria afrenta. Pero bueno, cosa pasada; disculpa aceptada. Porque lo que quiero de verdad decirte es una sencilla palabra, una sola. Hay tantas y tantas otras que podrían decirse, pero quiero resumirlo en una sola. Porque… cuando yo era solo un niño, solo un “pibe” dirías, me enseñaste a vibrar de verdad con el deporte. Me enseñaste que lo más terrenal (patear un balón) se vuelve divino cuando el alma y el talento se juntan con la pasión. Tendría yo quizás unos diez años. Aún puedo recordarlo. Mis ojos simplemente no podían creerlo… ¿cómo podía alguien hacer eso con una pelota? ¿Era posible que nadie pudiera detenerlo? ¿Existían de verdad los héroes? ¿Era así como luchaba Aquiles? ¿Era así que derribaba gigantes Hércules? ¿Era posible hacer eso? Aún me estremezco al recordar…
Me enseñaste también que se besa el escudo de la patria y que hay luchas que trascienden lo “mío” en función de lo “nuestro”. Me enseñaste que a veces hay que gritarle al mundo de frente, como tú lo hiciste a través de aquella cámara. Me enseñaste que la rebeldía y el genio pueden convivir… y muchas veces son dos caras de la misma moneda. Me enseñaste a llorar de emoción.
Y te cuento algo más: tus millares de detractores, esos que se la han pasado antes y ahora señalando tus faltas y errores, esos son los que te brindan el último y mayor homenaje. Esa gente que tanto se empecina en mostrar tus constantes cuitas, tus yerros y torpezas, esos solo realzan el nivel de tu grandeza. Porque Diego, como te cantan aún en Nápoles, tu segunda patria, vos sí que eras uno de los nuestros. Boquiflojo, vicioso, mujeriego. Bohemio, embustero, andariego. Indolente, inconsecuente, impulsivo. Pasional, fogoso, satírico. Humano a carta cabal, con un menú de falencias y trastadas para llenar varias vidas. Y a pesar de todo eso, Diego, fuiste quien eras y te vas el que sos. Como dicen por tu amada patria, te “bancaste” tus errores, cometidos ante los ojos del mundo en tu calidad de figura pública universal. Porque… ¡qué fácil es juzgar! ¿Por qué estamos siempre tan prestos para el odio y el rencor? Qué fácil es esconderse detrás de un teclado, en la fetidez convulsa de una red social, en un meme o en la sorna del chiste de cantina. Esos agudos críticos, cristianos solo de título, ellos tienen el lujo de la privacidad y el anonimato. Tu lado oscuro estaba completamente expuesto, tus errores eran noticia. Aquí seguimos nosotros, pusilánimes, escondiendo día a día los nuestros. Diego, tu nunca pudiste ser normal: desde que eras un adolescente, nunca tuviste derecho siquiera a un café sin el acoso feroz de periodistas, paparazzis y fanáticos. Saltaste en un instante de la más abyecta pobreza a la fama y el dinero. Al menos yo, sinceramente, no lo hubiera hecho mejor. No te juzgo. Inclusive, me conduele esa faceta de tu vida. En fin, Diego amigo, no te apures: esos cobardes, su odio y sus sornas se irán apagando poco a poco, para verdades el tiempo. Tu recuerdo en la cancha, ese es eterno.
Caramba, cuantos amagues he hecho y aún no te lo he dicho, una vez más me has inspirado en la gambeta. Mejor lo hago ahora antes que vuelva a olvidarlo, porque la emoción es fuerte. Quería simplemente decirte algo. Y es que eres la encarnación más humana de los cuentos de hadas, la mixtura del pantano y del Olimpo, lo que todos llevamos por dentro. Hay un viejísimo video de tu infancia – te están entrevistando, la historia no miente – lo dijiste, Diego, y eras solo un “cebollita”. Dijiste: “Mis sueños son dos. Mi primer sueño es jugar en el Mundial. Mi segundo sueño es salir campeón”. Diego, eres un privilegiado, alguien que cumplió su mayor deseo, ese sueño eterno de la infancia que no se le cumple al resto de los mortales. Y a través de tu proeza, nos hiciste campeones a todos contigo. Todos los que te vimos jugar alzamos contigo la anhelada Copa.
Bueno, esa fue la última finta – aquí va ya el zurdazo final: por todo eso y más, yo quería simplemente decirte “gracias”, Diego.
Chau.
Fernando
Photo by Jack Hunter on Unsplash
Foto: Naturaleza (no tan) Muerta / Photo: (Almost) Still Nature
ESPAÑOL: la foto original y una versión con filtro digital. ¡Disfruten!
ENGLISH: original shot and a digitally edited version. Enjoy!
Foto: Que brille! / Photo: Let it Shine!
Estos tiempos que pasan necesitan mucho, pero mucho de estas imágenes. Los mejores deseos.
Fernando
These times need a lot of these images. Best to you.
Fernando
Valiosos, Variados y Vitales: VECINOS, Oda a lo cercano.
Partiendo de que “los amigos son la familia que escogemos”, pues entonces los vecinos tienen clara ventaja para integrarse a nuestras íntimas “comunidades del anillo”. ¿Por qué es esto así? La respuesta es obvia: su máxima cercanía para con nosotros maximiza la oportunidad de interactuar. O para decirlo más sencilla & redundantemente: por su vecindad. Porque, y siguiendo con los refranes, “mejor pájaro en mano que cien volando”. Mejor aún, sazonemos el refrán con el sabor de los tiempos que corren: “mejor humano en mano que cien teleconferenciando”. Lean ustedes como se ha dado esto en mi micro-mundo a continuación.
Bueno, supongo que no le cuento nada nuevo si afirmo que la cuarentena asociada a la crisis global del COVID-19 cambió la dinámica en todas partes. El barrio donde habito no es la excepción. Se hizo evidente el valor inherente del vecino, quien en otras circunstancias nos era solo un desconocido al cual si acaso le dedicábamos un forzado y displicente “buenos días”. Este columnista se ha acercado a sus vecinos y ellos a nosotros. Nos hemos unido, asociado, en última instancia, nos hemos hecho más “humanos”, desapareciendo ese extraño velo del “anónimo” tejido con frios y protocolarios “buenos días y punto final”. En un marcadísimo contraste, las barreras físicas (distancia social, mascarillas, etc.) se han reforzado; pero las barreras mentales han caído.
Todo empezó transcurridos uno o dos meses de la cuarentena. En medio de la época más caliente del año, nos “asábamos” en casa, encerrados día y noche, sitiados por el virus. Una mañana, mientras “matábamos” el tiempo en el jardín, escuché una voz al otro lado de la cerca. Era mi vecino, quien me ofrecía espontáneamente una cerveza fría. Sí, así no más, solo porque sí. O mejor dicho, ¿por qué no? Fue un instante esclarecedor, una epifanía, un “eureka” con sabor a (sabrosa y helada) malta. “Caramba, esta gente está pasando por lo mismo que nosotros y están aquí, pero aquí no más a nuestro lado. Cuánto tenemos en común, cuánto podemos apoyarnos.” Cura de soledades y ermitaños forzados, la relación humana se ha estrechado a dos metros de distancia. Ese fue el detonante de muchos otros “eurekas” con otras familias del barrio, las cuales ahora nos servimos de red de apoyo, recordándonos con solo un saludo (ahora sí, sentido, real, a los ojos) que “somos de los mismos”, que estamos en la misma refriega y que combatimos a un enemigo invisible motivados por los mismos motivos vitales: hijos, sueños, anhelos y esperanzas. Se ha hecho evidente el valor de conocer al vecino y de poder confiar en esas familias a unos pasos a distancia. Son soporte inmediato y cercano en caso de emergencias, urgencias y necesidades. Y en los tiempos que corren, representan buena parte de lo que nos queda de “normalidad”, de humanidad, de genuina interacción.
Lamentablemente, debo reconocer que siempre hay sus excepciones y todos hemos tenido o tenemos un vecino incómodo. Pero bueno, la convivencia exige amoldarse y alzar la bandera de la tolerancia: “el respeto al derecho ajeno es la paz”, nos enseñó un prócer mexicano ya hace un “tiempito”. En fin, suficiente de refranes, reflexiones e intrincadas disquiciones, que me está esperando mi buen amigo, mi vecino.
¡Salud!
Fernando
Photo by Ludovic Charlet on Unsplash
Foto: RESPIRA / Photo: BREATH
ESPAÑOL: tomada mirando directamente al cielo a la sombra de este vergel, el encuadre no está mal, pero el verdadero mérito técnico de la foto es más bien de la cámara. De alguna manera, el modo automático en el teléfono hizo un trabajo excelente con la retadora y truculenta luz del mediodía.
Más allá de esos detalles, no sé a Ustedes pero a mí esta imagen me provoca una lenta, pausada, profunda y deliciosa inhalación. Solo miren fijamente ese verdor. Respiren. Bocanada. Oxigenación. Todo va más despacio. Todo vuelve a hacer sentido. Paz…
Que estén bien.
Fernando
ENGLISH: shot looking directly to the sky under the shadow of this “friend”, the framing is not bad, but the true technical merit of the photo is on the camera. Somehow, someway, the cheap phone adapted really well to the challenging light conditions of the tropical noon.
Beyond those details, I don´t know about you but the message makes me take a profound, deep, slow and delicious breath. Just take a look at that shining green tone. Inhale. Oxygen flowing. Everything goes slower. Everything falls naturally in place. Peace…
Best to you,
Fernando
Foto(síntesis) / Photo(synthesis)
ESPAÑOL: Casi lo puedes tocar. Las hojas muestran un aura mágica, un halo blanco. Casi puedes sentir su respiración. Casi podemos ver la luz convirtiéndose en savia y verdor. Una foto que sintetiza la respiración… y una respiración hecha hoja: ¡Hágase la luz! Y la luz se hizo… vida.
ENGLISH: You can almost touch it. The leaves show a white halo a magical gleam around them. You can almost feel its sigh. You can almost see the light becoming the blocks of life. A photo that is a synthesis… and a synthesis made breath: Let there be (green) light! And there was… life.
Foto: Hojas de Hierba / Photo: Leaves of Grass
ESPAÑOL (ENGLISH BELOW): la hermosísima película “La Sociedad de los Poetas Muertos” (¡estrenada hace ya 30 años!) difundió el tremendo poder de los versos de Walt Whitman, autor de “Hojas de Hierba”, una de las joyas de la poesía norteamericana y universal. Estas fotos, las cuales tomé en mi propio barrio, aspiran a transmitir un poco de esa magia que transpira el poeta en sus eternos versos.
Comparto abajo material complementario para “refrescar” la película y la obra del inmortal Whitman. Por favor – te lo ruego – solo mira ese pequeño video…
El mundo entero reflejado en unas sencillas briznas de hierba… ¡yo te saludo, hermano, hermana, que nuestros versos sean sonoros!
Fernando
ENGLISH (ESPAÑOL ARRIBA): the gorgeous movie “Dead Poets Society” (a 1989 hit: 30 years ago!) shared the power of Walt Whitman´s poetry, author of “Leaves of Grass”, one of the greatest american poetry works. These pictures, which I shot in my very neighborhood, intend to transmit a piece of the magic captured by those verses.
I am sharing below additional material on the movie and Whitman and his works. I beg you: just watch that 1 min video.
I salute you, wherever you are, brother & sister, may our verses be brave!
Fernando
Foto: Ansias de Libertad (El Perro Doliente) / Photo: Craving for Liberty (The Whining Dog)
ESPAÑOL: tomé estas tristes fotos a principios de año. Las imagenes transmiten muchísimas sensaciones, pero fundamentalmente nos cargan de una inmensa empatía, compasión y misericordia para con el sufriente animal. La Humanidad puede desplegar niveles absurdos de crueldad e ignorancia. Es hora de reconsiderar nuestra relación con todo lo viviente. Todo animal es nuestro hermano, y la Tierra como un todo actúa casi cual Madre para con sus hijos. No al egoísmo. No a nuestro lado oscuro.
“Love is all we need.”
Fernando
ENGLISH: I took these sad photographs recently. The images convey a bundle of feelings, including an immense empathy, true commiseration with the poor animal. As Humanity, our cruelty can reach absurd levels. Its time to reconsider our relationship with the entire biosphere. We are ignoring our brotherhood ties to all living things, and to the Earth as a whole. Say no to egotism. Say no to our dark side.
“Love is all we need.”
Fernando
Foto: El Bailarín / Photo: The Dancer
ESPAÑOL: ya les he contado que me fascinan los árboles que “danzan” en el viento, pero este “amigo” lleva la metáfora a otro nivel… ¿alguien más puede ver la figura humanoide bailando “limbo”? :o)
¡Feliz Viernes!
Fernando
ENGLISH: I have already shared that Im fascinated with trees “dancing” in the wind, but this “friend” takes the metaphor to a whole new level… anyone sees the humanoid figure dancing “limbo”? :o)
Happy Friday!
Fernando
Foto: Tres Sabores para un Sueño / Photo: Three Flavors for a Dream
Una hermosa fotografía y tres ediciones digitales, tres interpretaciones de ese instante. ¿Cuál te gusta más? / A nice shot and three digital editions, three enhancements, three interpretations of that instant. Which one do you like the most?
Foto original / Original photography
Edición 1 / Edited version 1
Edición 2 / Edited version 2
Edición 3 / Edited version 3