Depósitos, “timing”, confianza y país
“La incapacidad de abrirse a la esperanza es lo que bloquea la confianza, y la confianza bloqueada es la razón de los sueños arruinados” – Elizabeth Gilbert
En mi primera juventud yo era absurdamente tímido. Viendo mis diarias tribulaciones, mi padre me compró un libro de autoayuda donde – entre muchos otros – se acuñaba el concepto de “cuenta bancaria emocional”. El concepto caló en mí. La analogía es la siguiente: ““la cuenta bancaria emocional es una metáfora de la confianza incorporada a una relación. Es el sentimiento de seguridad que tenemos respecto de otro ser humano.” (S. Covey). Cuando hacemos algo positivo a favor del otro, estamos “depositando” en la cuenta bancaria emocional. Cuando incumplimos promesas, cuando fallamos en la comunicación, cuando somos descorteses, estamos “retirando fondos”: mantener la cuenta lejos de los números rojos exige dedicación y esfuerzo consciente. En este artículo postulo – francamente, no sé con cuanta originalidad – que podemos hacer extensivo el concepto a la política y a los gobiernos. En este momento, tenemos un gobierno nuevo con solo semanas de haberse estrenado. Vienen arrancando y sin embargo (canta Sabina), la cuenta bancaria emocional ya está casi colorada. Objetivamente, eso es una injusticia: estamos, por decir lo menos, juzgando al libro por la portada; pero siendo el nuevo gobierno una vez más color rojiamarillo (con tintes rojiazules, entre otros) aunado con el desencanto que vivimos como sociedad para con la política en general lo hacen también un triste pero innegable hecho. Es como casarse estando peleado de antemano con el novio. Ante estos hechos, ¿qué puede hacer el novio, digo, el gobierno? Según la analogía, debe depositar. Veamos.
En el fondo todo se resume en la confianza. La confianza es el aceite que lubrica las relaciones. El gobierno debe apresurarse a generar confianza, depositando a favor del pueblo que lo puso en el poder. En este sentido, el “timing” es crucial. De nada le vale al novio el planear ahorrar por tres años para entregarle a la novia el “anillo soñado” si no le entrega al menos flores durante las primeras semanas y no la saca a cenar de vez en cuando: se va a cansar la novia con tan larga espera y puede que le revienten el anillo en la cara. Esta situación, en jerga de Gerencia de Proyectos, se traduce en que tenemos dos “drivers” esenciales para el proyecto 2018-2022: el tiempo y la satisfacción de los interesados. En este sentido, iniciativas como los proyectos TOPICS (ataque a los cuellos de botella por parte del MOPT) son excelentes, pues generan resultados rápidos a corto plazo. Otro buen ejemplo de “flores” para la novia (el pueblo) son los mega-operativos policiales: son prueba rápida de “amor correspondido” de parte del gobierno. Pero con todo y lo bueno que son estos esfuerzos, no bastan. Deben implementarse otras iniciativas ganadoras a corto plazo que oxigenen la relación, extendiendo el enfoque a los otros cinco ejes establecidos por el Sr. Presidente: educación, salud, ambiente, empleo, déficit fiscal. Todo ello mientras se cocinan los grandes esfuerzos que deben saldarse a mediano plazo (diríamos, antes del siguiente cambio de mando) y a largo plazo (más allá de ese periodo). Por ejemplo, en el área de infraestructura, el gobierno debe fijarse un plazo para la inauguración de Circunvalación Norte (un objetivo a mediano plazo) y otro para el tren interurbano (mediano-largo plazo). En cuanto a seguridad, debe fijarse un plazo para detener las negativas tendencias en violencia social (homicidios por cada cien habitantes y otros). Omito por trillado el tema fiscal, pero ciertamente gravita alrededor de todo lo demás como un espíritu chocarrero con sede oficial en Cuesta de Moras.
Concluyo: la confianza lo es todo. Gran parte de los problemas de gobernabilidad, productividad y eficacia de la gestión pública se deben a una ya crónica desconfianza entre todas las partes (pueblo, líderes, empleados públicos, empresa privada, etc.). Por ello, un sabio manejo de los tiempos y de la naturaleza de los proyectos a lanzar y gestionar durante cada año del mandato podría ser un principio rector de altísimo valor para el nuevo gobierno y para nuestro país: le deseamos suerte al Sr. Alvarado y su equipo, al final, su suerte es la nuestra… estamos todos en el mismo barco.
Este artículo fue publicado en el diario digital CRHOY el 26 de mayo del 2018 – link.
“Cuando la confianza es alta, la comunicación es fácil, instantánea y efectiva ” – Stephen Covey