Mi primera entrevista en la RADIO
“Esto es lo que me gusta de la radio: el no saber qué va a ocurrir.” – Luis del Olmo
Pues les cuento que el viernes 31 de Agosto estuve por primera vez en la radio. Permítanme contarles a continuación, brevemente, esta maravillosa experiencia…
Primero que todo, debo decir que no tengo formación profesional como periodista: lo mío es empírico y si tengo algún comando al menos “potable” de la palabra se lo atribuyo a lo mucho que disfruto de la lectura. Dicho eso, el punto sigue siendo válido: no soy ni por asomo un locutor profesional. De tal manera que a mi llegada a la estación radial adonde fui invitado estaba algo ansioso: los seres humanos somos muy malos administradores de la incertidumbre. Sin embargo, la cordialísima bienvenida del anfitrión, nada menos que el señor José Luis Altolaguirre. y el co-anfitrión, Daniel Suchar, fue determinante: se me trató como a “uno de la casa” y eso generó confianza.
Y bueno, que les cuento… se sienta uno y mira a los otros panelistas, cada uno con un micrófono de gran tamaño sostenido por una base ajustable: el micrófono me “miraba”, me “escuchaba”, me “invitaba” a un franco diálogo como si tuviera el oído de multitudes al frente. Al lado, tras un cristal, el profesional de audio controlando la consola. Y entonces, 3,2,1… ¡al aire! Lo curioso es que… nada cambió (era la misma habitación, la misma gente) pero todo se hace diferente durante ese lapso. La conversación se vuelve entonces un acto mágico, que combina el debate, el juego, el humor, el análisis… todo eso sumado a un imponderable, a “algo más:” la invisible presencia de los oyentes. Se los digo con franqueza: se siente “algo” – aquel que dijo que la radio es un medio de comunicación de una vía no tiene nada de poeta. Fue casi metafísico. Aunado a esa parte “espiritual” del intercambio, el uso de redes sociales permite el contacto directo con la audiencia, pero a mí (ingenuo soñador) me gusta concentrarme solamente en la etérea sensación de “estar al aire”.
La conversación se dió entonces con mucha naturalidad. La calidad de los interlocutores (me refiero a mis compañeros) permitió un intercambio analítico, sosegado y a la vez divertido sobre la economía nacional y el transfondo que tiene el sistema educativo sobre esta – para bien y sobre todo para mal.
Podría escribir aquí de lo que conversamos… pero creo que estaría desvirtuando una amena conversación. Es mejor escucharla, pueden hacerlo aquí. Fuí de hecho invitado a una segunda entrevista realizada el 5 de Septiembre (aún no tengo el link disponible, apenas lo consiga lo compartiré).
Quisiera cerrar diciendo que deseo repetir esta experiencia: la radio es una conversación íntima… entre miles de personas.
Fernando
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